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El Ejército da un golpe de Estado y dinamita la transición en Burkina Faso

Las fuerzas armadas toman el poder tras secuestrar al presidente y al primer ministro

José Naranjo
Una protesta contra el golpe de estado en Ouagadougou el miércoles
Una protesta contra el golpe de estado en Ouagadougou el miércolesJOE PENNEY

Un sector del Ejército de Burkina Faso encabezado por la Guardia Presidencial ha dinamitado este miércoles el proceso de transición hacia la democracia en curso en este país tras dar un golpe de Estado, secuestrar al presidente y al primer ministro y tomar el poder en nombre de un autoproclamado Consejo Nacional para la Democracia (CND), anunciando la disolución del Gobierno. En el origen de este alzamiento se encuentra la exclusión de varios candidatos próximos al expresidente Blaise Compaoré, derrocado hace casi un año por un levantamiento popular, para las elecciones previstas para el próximo 11 de octubre. Prácticamente toda la comunidad internacional y los organismos africanos han denunciado este golpe, mientras en las calles de Uagadugú se han escuchado disparos, según fuentes en el terreno.

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El golpe militar comenzó este miércoles al mediodía cuando miembros de la Guardia Presidencial irrumpieron en el Consejo de Ministros que se estaba celebrando en la capital burkinesa y se llevaron detenidos al presidente de transición, Michel Kafando, al primer ministro, el teniente coronel Yacouba Isaac Zida, y a otros dos ministros, que fueron trasladados a un campamento militar próximo. Durante toda la tarde y la noche la situación fue de enorme confusión.

Este jueves por la mañana, un militar de alto rango apareció en la cadena pública de televisión para anunciar el fin de la transición y la toma del poder por el Consejo Nacional para la Democracia, asegurando que el régimen interino “se había apartado progresivamente de los objetivos de refundación de una democracia consensual”, justificando su acción en el hecho de que varios candidatos próximos a Compaoré habían sido excluidos del proceso electoral así como en la persecución a la que han sido sometidos los próximos al antiguo régimen. “La ley electoral ha creado división y una gran frustración en el seno del pueblo, creando dos clases de ciudadanos”, según los golpistas en un comunicado, “la democracia es el derecho de todo ciudadano de ser elector y elegible”.

Durante todo el proceso de transición, miembros de la Guardia Presidencial considerados próximos al expresidente habían protagonizado distintos incidentes dirigidos a forzar la dimisión del primer ministro, el teniente coronel Zida, hasta ahora sin éxito. La posible supresión de este reaccionario cuerpo de élite, una medida anunciada por algunos candidatos a las elecciones que iba cobrando fuerza, es otra de las razones que podrían estar en el origen de esta asonada militar.

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El proceso de transición en Burkina Faso comenzó hace casi un año cuando un levantamiento popular logró derrocar al entonces presidente Blaise Compaoré, que llevaba 27 años en el poder y que pretendía volver a concurrir a unos comicios. Tras este alzamiento, las autoridades de transición, encabezadas por un civil pero con un fuerte peso militar, se comprometieron a organizar elecciones, previstas para el 11 de octubre. A dichos comicios concurrían 14 candidatos, entre los que dos opositores a Compaoré eran claros favoritos, el liberal Zéphirin Diabré y el expresidente del Parlamento Marc Roch Christian Kaboré. Aspirantes próximos al expresidente como Eddie Komboïgo y los exministros Djibril Bassolé y Yacouba Ouédraogo fueron excluidos por el Tribunal Constitucional.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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