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La investigación de Roseburg se centra en un joven solitario e inquietante

Chris Harper Mercer, de 26 años, vivía en un pueblo vecino y dejó en las redes sociales rastro de su interés por las armas y los tiroteos

Pablo Ximénez de Sandoval

Pasaban siete horas desde el tiroteo en un campus de Roseburg, Oregón, cuando la policía estatal reveló la indentidad del supuesto asesino, y lo hizo sin decir su nombre. Fueron los medios locales y nacionales, citando agentes del sheriff, quienes dieron el nombre de Chris Harper Mercer, de 26 años, que falleció por disparos de la policía, y vecino del cercano Winchester. Cuando salió a dar su última rueda de prensa del día, el sheriff se negó a decir el nombre del sospechoso. “No le daré la fama que probablemente buscaba con sus cobardes actos”. Mientras sus agentes confirmaban la identidad, John Hanlin pedía a la prensa que no diera el nombre para “no glorificarlo”.

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Para entonces las especulaciones sobre la identidad y el móvil del sospechoso estaban descontroladas. Sobre todo porque una testigo relató a los medios locales que el asesino, desde la puerta del aula, iba pidiendo a sus víctimas que se pusieran de pie y dijeran cuál era su religión. Si decían que eran cristianos, los ejecutaba.

Algunos detalles permitían ya en la noche del jueves hacer un bosquejo de la vida de Mercer, aunque faltan las respuestas más importantes: cómo consiguió las armas y cuál era el motivo por el que quería atacar el campus universitario de Umpqua. Según CNN, llevaba un chaleco antibalas, tres armas cortas y una larga tipo AR15.

Una vecina de la casa de Mercer lo describió como “realmente antipático”. La vecina asegura que “se sentaba por las noches solo en el balcón con una pequeña luz”.

Una hermanastra del sospechoso dijo a CBS en Los Ángeles que este había nacido en Reino Unido pero se mudó de pequeño a EE UU cuando su padre se casó de nuevo. El padre del sospechoso vive en Tarzana, un pueblo del norte de Los Ángeles. Su padre, Ian Mercer, dijo a los medios en la puerta de su casa que estaba “impactado”. “Es todo lo que puedo decir”.

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Por el momento, el rastreo de este hombre en Internet ha dado como resultado una página de MySpace en la que aparece una foto posando con un arma y se le localiza en Torrance, California, donde vivió unos años. Existe otro perfil en una web de contactos llamada Spiritual Passions en la que aparece la misma persona y se declara heterosexual, “tímido al principio”, y “conservador, republicano”. En esa web dice que estudia en la universidad. La policía aseguró que no era un estudiante de UCC.

Por último, los medios norteamericanos citan un blog en la web Kickass Torrents en el que supuestamente el mismo Mercer hace una reflexión sobre los tiroteos a raíz de un documental compartido sobre la matanza de Sandy Hook. Sobre el asesino Vester Flanagan, que el pasado 26 de agosto mató en directo en televisión a una reportera y a su camarógrafo en Virginia, dice: “Es interesante, me doy cuenta de que hay mucha gente como él que están solos y son desconocidos, pero entonces derraman un poco de sangre y el mundo entero sabe quienes son”.

Ninguna fuente oficial ha confirmado que estas fuentes sean de verdad del sospechoso muerto a tiros por la policía el jueves por la mañana en Roseburg.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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