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El PS portugués negociará con los conservadores y con la izquierda

El líder socialista advierte de que su partido es la llave para cualquier futuro Ejecutivo y los comunistas le ofrecen su apoyo

António Costa, en el día de las elecciones. Antes del recuento de votos.
António Costa, en el día de las elecciones. Antes del recuento de votos.JOSE MANUEL RIBEIRO (AFP)

Tras el varapalo, la calma. Una cosa es no ganar y otra que no se valore que el Partido Socialista (PS) ha conseguido el 32% de los votos en las legislativas del domingo; más del doble que los que le han robado el protagonismo poselectoral (Bloco de Esquerda y PC). Así, el Partido Socialista quiere hacer valer su papel de llave en el futuro Gobierno. La comisión política nacional del PS portugués ha respaldado en la noche del martes al miércoles el liderazgo de su secretario general, António Costa, que el día 4 fue derrotado en las urnas por la coalición centrista PSD-CDS, y le dio permiso para negociar con todas las fuerzas del nuevo arco parlamentario.

Este miércoles, el ganador, el conservador Pedro Passos Coelho, invitó al PS a sentarse a negociar para encontrar una solución de gobierno que garantice la estabilidad. En una declaración al país, el actual primer ministro informó que ha hecho llegar hoy a primera hora esta propuesta a Costa, con quien pretende reunirse esta semana para sentar las bases de un acuerdo antes del día 14. "El país no puede permitirse estar sin presupuesto para 2016",dijo, un presupuesto que debe presentarse a la Comisión Europea.

La reunión del PS en la noche del martes no fue de cuchillos largos, en parte porque la mayoría de la dirección es costista. De los 66 miembros, solo tres militantes se abstuvieron y cuatro votaron en contra, entre ellos Álvaro Beleza, que en la misma noche de las elecciones se postuló para sustituir a Costa, "si no hay nadie mejor" que él mismo.

La dirección socialista respaldó a su líder y le dejó las manos libres para negociar acuerdos de gobierno con cualquier grupo parlamentario, al centro o a la izquierda. Tras la reunión, Costa recordó que su partido es la llave para cualquier tipo de gobierno que se quiera formar. Anunció que va a comenzar a reunirse con los líderes del PSD-CDS, pero también con los del Bloco de Esquerda y el PC.

Aunque el PC ofreció su apoyo a Costa para evitar un nuevo Gobierno de Pedro Passos Coelho, un acuerdo con comunistas y bloquistas es prácticamente imposible, si bien Costa va a hablar con todos. Al menos para cumplir las formalidades y demostrar que el poder de la izquierda es él (32,4% de los votos) y no el Bloco con un 10,2% o el PC, con el 8,2%, que habían asumido el protagonismo de la izquierda tras las elecciones. El éxito de Bloco y PC, medido en crecimiento de votos y escaños, no empaña que el primer partido de izquierdas sigue siendo el PS.

Costa criticó la interferencia del presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, que horas antes había apoyado un Gobierno de PSD-CDS con el PS, sin haber realizado la formalidad constitucional de recibir a cada uno de los líderes representados en la nueva Asamblea. Una intervención nada neutral que ha envenenado el ambiente político.

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La nueva matemática parlamentaria, sin mayoría absoluta del actual Gobierno, permite un Gobierno de izquierdas, por variopinta que sea, pero Cavaco Silva recordó que Portugal tiene que seguir dentro de la OTAN, dentro del euro y cumplir su programa de sostenibilidad económica pactado con Bruselas. Unas condiciones que limitan la formación de un Ejecutivo al PSD-CDS y al PS. Cavaco pidió un Gobierno "estable y duradero" y recordó que, si no hay acuerdo, hasta abril de 2016 no puede haber nuevas elecciones.

La fortaleza-debilidad del momento que vive el PS también ha repercutido en el respaldo oficial a los candidatos a las presidenciales que se celebran en enero. Costa, y varios expresidentes, estaban apoyando al profesor independiente António Sampaio da Nóvoa, por delante de la histórica socialista María de Belém; ahora Costa anuncia que no respaldará a nadie en la primera vuelta de las elecciones, "para evitar fracturas en el partido".

La reunión de la comisión política también decidió aplazar el Congreso Nacional, donde se dirimirá si Costa continúa al frente del partido. Se celebrará después de las elecciones presidenciales, es decir, en 2016.

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