_
_
_
_
_

“Aquí hay una parte importante de la historia de España”

El presidente del comité de Rivesaltes, Denis Peschanski, hijo de un brigadista en España, cuenta las deportaciones de españoles y judíos a los campos nazis de la muerte

Carlos Yárnoz
El presidente del Comité Científico del Memorial, Denis Peschanski, entre los barracones de Rivesaltes.
El presidente del Comité Científico del Memorial, Denis Peschanski, entre los barracones de Rivesaltes.C. Y.

El prestigioso historiador Denis Peschanski (París, 1954), presidente del Comité Científico del Memorial de Rivesaltes, recordaba en esta entrevista el pasado miércoles en el Campo de Internamiento que su padre, ruso, fue brigadista en la guerra civil española. “Parte de mi corazón está en España”.

Pregunta. ¿Qué importancia tiene este campo para los españoles?

Respuesta. Es el principal lugar de la memoria de España de la II Guerra Mundial. Esa guerra empieza en España con la victoria de Franco y con La Retirada, el paso a Francia de 450.000 refugiados españoles. Entre 1941 y 1942, había 17.000 encerrados en Rivesaltes, de los que 9.000 eran españoles.

P. ¿En qué condiciones?

R. Terribles. Todos los testigos recuerdan con horror el viento, la Tramontana, la malnutrición, la catastrófica higiene. El invierno era helador. Y el verano, asfixiante. En unos barracones de paredes muy endebles y delgados. Y aún estaban contentos, porque venían de Argelés. Mi padre, brigadista con 30 años, estuvo en Argelés. Pasó durante La Retirada tras luchar en Albacete. Era chófer. Luchó luego en la Resistencia y había españoles en su grupo. Una parte de mi corazón está en España. Por ese combate por la República en España, contra el franquismo, que ha sido también mi combate.

P. Y para Francia, ¿qué significa este campo?

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

R. Aquí están las trazas de dos grandes traumatismos que Francia sufrió en el siglo XX: la II Guerra Mundial y la guerra de Argelia. En enero de 1941, en Rivesaltes hay españoles, judíos y gitanos. O sea, Los Indeseables. Para el régimen de Vichy, eran los responsables del hundimiento de Francia: los judíos, los comunistas y los francmasones. Había que excluirlos y el Campo de Rivesaltes es una pieza decisiva en la política de exclusión.

P. ¿Cuántos judíos había?

R. Más de 7.000. Y aquí se aplicaba la lógica de la deportación para la exterminación. Vichy aceptó cogestionar con Alemania la solución final. Entre 1941 y octubre de 1942, cuando no había ni un solo soldado alemán en el sur de Francia, las autoridades francesas enviaron a campos de exterminio nazis 2.300 judíos desde Rivesaltes.

P. ¿Y cuántos españoles?

R. Los españoles fueron los únicos que, siendo excombatientes, fueron encerrados en el campo por los franceses y, luego, considerados prisioneros de guerra por los alemanes después de 1942. Y como tales fueron los únicos, juntos con los judíos, enviados a campos de exterminio. Entre 8.000 y 10.000 fueron enviados a Maunthausen y otros. Murieron el 65%. Por eso, la Memoria española está muy marcada por esta historia.

P. Aunque con tardanza, Francia al menos empieza a recuperar la Memoria.

R. Hace años que sí, que se mira de cara a la historia. Y es curioso, porque la sensibilidad, la movilización, ha partido de la sociedad civil. También asociaciones españolas de descendientes de refugiados. El Estado se sumó después. Había ya un proyecto para destruir el campo de Rivesaltes, pero ese movimiento y el apoyo de algunas autoridades forzó este Memorial. Yo entré en el proyecto en 2000.

P. ¿Contactaron con el Gobierno español o pidieron su participación?

R. Hubo contactos al comienzo, pero luego se desvaneció la colaboración. Para los españoles, es “su” lugar…a pocos kilómetros de la frontera. Es una importante parte de la historia de España que está aquí. No hay nada equiparable. Yo espero a España, al Gobierno español, a la Generalitat de Cataluña… Tienen que venir. Y tienen que venir los escolares, los profesores…

P. Usted conoce el problema con la Memoria en España.

R. Habrá que construirla. La transición se basó en parte en el olvido de la fractura de la guerra, pero está ahí. La condición para que la España democrática se desarrolle es que asuma su historia, su pasado. Es una condición para construir la democracia del presente.

P. ¿Este Memorial puede aportar algo en ese objetivo?

R. Sí. Este Memorial es el recuerdo de historias negras, pero también un espacio de esperanza. Porque por aquí pasaron muchos que lucharon primero por unos ideales y luego otros para que fuera un lugar libre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_