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La matanza de Nankín tensa el deshielo entre China y Japón

El suceso ha sido aceptado en el Registro de la Memoria de la Unesco a propuesta de Pekín

Macarena Vidal Liy
Museo dedicado a la memoria de las víctimas, en Nankín.
Museo dedicado a la memoria de las víctimas, en Nankín.Getty

La Historia ha vuelto a ser el argumento para una nueva disputa entre China y Japón. Si este verano el 70º aniversario del final de la II Guerra Mundial generaba numerosos reproches mutuos, esta semana el objeto de discordia ha sido la matanza de Nankín de 1937. En su reunión de este mes en Emiratos Árabes Unidos, un panel de la Unesco aceptó la propuesta de China para incluir en el Registro de la Memoria de esa organización documentos sobre aquel suceso, uno de los más controvertidos en la historia y en la relación chino-japonesa. El 13 de diciembre de 1937 las tropas japonesas atravesaron las murallas que protegían la ciudad de Nankín y entraron en lo que entonces era la capital de la República de China. Los nipones, denuncia Pekín, mataron, violaron y saquearon sin control. Más de 300.000 civiles fueron masacrados, según su versión. Japón niega que la matanza alcanzara tales dimensiones.

El historiador Guo Biqiang, de los Archivos Históricos de China, explicó que la decisión de presentar el material —imágenes, películas y documentos— busca “recordarnos que no debemos olvidar la Historia y tenemos que alegrarnos de la paz”, según declaró al diario China Daily.

Pekín había presentado una segunda propuesta al Registro de la Memoria, que busca preservar la memoria histórica mundial. La segunda serie de documentos concernían a las llamadas mujeres de confort, forzadas por los soldados japoneses a servir en burdeles militares. La Unesco rechazó esa iniciativa, al considerar que no solo hubo mujeres chinas víctimas, sino también de otras nacionalidades. El Gobierno de Shinzo Abe reaccionó con furia en Tokio a la aceptación de los documentos. Japón ha amenazado con suspender su aportación anual a la Unesco, cerca de 28,5 millones de euros que suponen el 10% del presupuesto de la organización multilateral.

“Hay una gran discrepancia en los puntos de vista entre Japón y China y la decisión [de la Unesco] refleja una opinión unilateral, lo que convierte el asunto en un problema político”, declaró esta semana el ministro portavoz nipón, Yoshihide Suga.

Nadie tiene interés en perjudicar un deshielo que puede resultar muy beneficioso

Los ánimos se han atemperado con la visita esta semana del consejero de Seguridad Nacional chino, Yang Jiechi. Después de reunirse con el ministro de Exteriores nipón, Fumio Kishida, y el propio Abe, ambos países acordaron continuar el incipiente deshielo en los lazos bilaterales pese a la disputa.

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Tras dos años de práctica congelación de las relaciones por su disputa territorial en el mar del Este de China, las dos capitales están inmersas en un proceso de reaproximación, que podría incluir una cumbre trilateral con Corea del Sur. Ni Pekín ni Tokio tienen interés en perjudicar un deshielo que puede resultar muy beneficioso para la relación comercial, en momentos en que las dos economías necesitan impulsos.

Aunque la disputa histórica va a seguir latente. China ya ha dejado saber que examinará la posibilidad de presentar una propuesta con otros países para aprobar la admisión de los documentos sobre las mujeres de confort cuando el panel vuelva a reunirse, en 2017. El año del 80º aniversario de la matanza de Nankín.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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