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El presidente de Portugal encarga a Passos Coelho formar Gobierno

Duras críticas de Cavaco Silva al PS por no haberse puesto de acuerdo con los conservadores

Pedro Passos Coelho.
Pedro Passos Coelho.HUGO CORREIA (REUTERS)

El presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, ha otorgado el mandato de gobierno a Pedro Passos Coelho, líder de la coalición de centroderecha que ganó las elecciones del 4 de octubre, aunque sin mayoría absoluta. Cavaco recordó que en los 40 años de democracia siempre se ha hecho así, incluso cuando el Partido Socialista (PS) ganó las legislativas sin mayoría, y recalcó su mensaje de un Gobierno que “garantice los compromisos internacionales” del país. En un mensaje televisado a la nación, el mandatario hizo también hincapié en que es tiempo “de consolidar el crecimiento y la creación de empleo”.

El discurso de Cavaco fue especialmente duro con el PS y las que llama fuerzas "antieuropeístas", PC y Bloco de Esquerda, aunque nunca citó siglas ni líderes políticos. "Esta situación es más singular cuando los programas electorales de esos partidos (PSD-CDS y PS) no se mostraron incompatibles, siendo prácticamente convergentes en cuanto a los objetivos estratégicos de Portugal. Lamento que intereses coyunturales se hayan superpuesto a la salvaguarda del superior interés nacional”.

"En 40 años de democracia", recordó Cavaco, "nunca los gobiernos de Portugal dependieron del apoyo de fuerzas políticas antieuropeístas, de fuerzas políticas que en los programas electorales defienden la revocación del Tratado de Lisboa, del Tratado Presupuestario de la Unión Bancaria y del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, así como el desmantelamiento de la Unión Monetaria y la salida de Portugal del euro, además de la disolución de la OTAN, de la que Portugal es miembro fun dador. Fuera de la Unión Europea y del Euro el futuro de Portugal sería catastrófico”.

"Aún es más incomprensible que las fuerzas europeistas (PSD-CDS, PS) no hayan llegado a un entendimiento cuando, en pasado reciente aprobaron en la Asamblea el Mecanismo Europeo de Estabilidad, mientras que los otros partidos votaron siempre en contra".

Estoy frontal y absolutamente contra la idea de constitución de cualquier gobierno de una hipotética mayoría de izquierda

Cavaco, por otra parte, recordó que esas fuerzas antieuropeistas no le habían presentado garantías de una solución alternativa “estable, duradera y creíble”.

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El discurso del presidente de la nación recoge absolutamente todos los argumentos de la coalición PSD-CDS y ninguno de la mayoría de izquierdas, a las que recuerda su programa antieuropeístas, aunque en el pacto con el PS han quedado absolutamente marginados.

La primera reacción al discurso ha sido la del PC, que la ha calificado de “parcial” y le ha responsabilizado de falta de respeto a la Constitución. "El presidente será el responsable de la inestabilidad que se cree".

Por su parte, Catarina Martins (BE) calificó de "inaceptable" el discurso de Cavaco, no su decisión de designar gobierno. Para Martins lo grave son los argumentos y las palabras insultantes de Cavaco hacia "fuerzas políticas que han recogido un millón de votos". "Está haciendo chantaje", añadió.

Los 15 diputados 'seguristas' podrían echar abajo el acuerdo de la mayoría de izquierdas; no lo harán

Es más que previsible que el programa de gobierno de Passos Coelho sea rechazado en el Parlamento por la mayoría de izquierdas (122 escaños de 230, frente a los 107 del centroderecha). Aunque aún no se han sentado a la misma mesa, el pacto entre el PS con los comunistas y el Bloco de Esquerda está casi concluido, según los medios portugueses. Esta posibilidad de tripartito ha provocado las primeras fisuras en el PS. “Estoy frontal y absolutamente contra la idea de constituir cualquier Gobierno de una hipotética mayoría de izquierda”, afirmaba el eurodiputado Assis en un artículo de opinión publicado en el diario Público. Assis recuerda la gran distancia que separa al PS del PC —“partido que aún lamenta la desaparición de la Unión Soviética”— y del Bloco, “con una completa oposición al presente modelo de construcción europea”.

Assis aglutina el movimiento crítico frente a António Costa. Lo forman los llamados seguristas, los socialistas fieles al anterior secretario general del partido, António Seguro, que fue defenestrado por Costa en noviembre sin guardar las formas, siendo como son las formas algo muy serio en Portugal. En mayo de 2014, Seguro consiguió ganar las elecciones europeas con cuatro puntos de ventaja sobre la coalición gobernante PSD-CDS, de centroderecha y liderada por Passos Coelho. Al día siguiente, Costa matizó que la de Seguro era una victoria “pequeñita” y que quería presentarse a las legislativas en su lugar. Costa ganó las primarias en buena lid (logró el 68% de los votos), pero un año después se enfrenta a su vez a una derrota pequeñita ante el PSD-CDS.

Ahora parece llegado el momento de la venganza para Seguro y sus partidarios, y solo la posibilidad de que pudiera proclamarse primer ministro un socialista, aun con la ayuda del PC y Bloco, podría evitar o retrasar la revancha. Por si acaso, en las listas electorales, los seguristas ya habían sido relegados; sólo han sido elegidos 15, el 14% del grupo parlamentario, cuando en las votaciones internas habían obtenido el 32% de los apoyos. “Si el PS firma un acuerdo de tal naturaleza”, prosigue Assis, “renuncia a su dimensión de partido transformador y reformista”. Y si el supremo argumento es apartar del poder a la derecha —“la mayoría negativa”, como el propio Costa la definió antes de las negociaciones—, eso supone, en opinión de Assis, “una ambición desmedida por el ejercicio del poder”.

Assis también responde a los que dicen que el camino tomado es el menos malo frente a la alternativa de ser “muleta de la derecha”: “Nada más falso. El PS debería asumir en toda su plenitud el estatus de principal partido de oposición, imponiendo serias limitaciones a la acción de gobierno y no despreciando las posibles convergencias con los partidos situados a su izquierda”, escribe. El artículo de Assis cimenta la oposición interna al propio Costa, tan silenciosa como su propio jefe, ya que Seguro no habla desde su derrota. A falta de nueve diputados para una mayoría del PSD-CDS, los 15 diputados seguristas podrían echar abajo el acuerdo de la mayoría de izquierdas, aunque no parece probable que lo hagan.

Unanimidad

Frente al gallinero socialista, destaca la unanimidad de Bloco y PC. El semanario Avante, órgano oficial del partido comunista, titula su editorial de una manera muy clara: Pueden contar con el PC. Aunque el texto subraya todas las profundas divergencias que les separan de los socialistas, “nada obsta para que el PS tome la iniciativa de formar Gobierno y entre en funciones”.

Tampoco hay discrepancias públicas en el Bloco. Catarina Martins, la líder de esta formación hermanada con Syriza (en el poder en Grecia), mantiene casi en silencio a los otros cinco portavoces y  concretó un poco más sus condiciones para apoyar un Gobierno de Costa: el acuerdo con el PS es para cuatro años siempre que se vayan cumpliendo objetivos por etapas, precisamente marcadas. Frente a las críticas, la propuesta de tripartito de Costa ha recibido el apoyo de la corriente socialista de la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), el mayor sindicato del país, y principal artífice de las movilizaciones que en 2012 hicieron recular a Passos Coelho en algunas medidas de austeridad. En una resolución, la CGTP alertó de “graves problemas” si el PS apoyara un Gobierno en minoría de Passos Coelho. Si bien no es una solución “fácil, ni simple”, un Gobierno de izquierda es “el único camino coherente para concretar los valores de izquierda del PS” y recuperar “el desarrollo económico y el progreso social”.

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