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El mar Rojo, un destino de sol y playa que gusta a los turistas rusos

Los turistas rusos representaron un 25% de los visitantes extranjeros en Egipto en 2014

Allegados de los pasajeros este sábado en el aeropuerto de San Petesburgo.
Allegados de los pasajeros este sábado en el aeropuerto de San Petesburgo.ANATOLY MALTSEV (EFE)

El majestuoso templo de Karnak, en la ciudad egipcia de Luxor, ofrecía durante los últimos meses un aspecto desierto. Desbordado por los turistas hace un lustro, apenas unas pocas familias lo solían visitar a primera hora. El panorama solo se animaba a media mañana gracias a la llegada de varios autocares con turistas rusos, único sostén del maltrecho sector turístico egipcio, que ha ido acumulando una desgracia tras otras desde la revolución del 2011.

Su atuendo -bermudas, chanclas y bikinis- delataba su procedencia: los complejos turísticos del mar Rojo cercanos a Hurgada, situada a unos 200 kilómetros. Entre los días de playa, sol y discoteca, los touroperadores incluían en su paquete una visita relámpago de algunas horas a la ciudad que atesora algunas de las joyas más preciosas del Antiguo Egipto. La mayoría de ellos parecía desconocer completamente las costumbres conservadoras del país árabe.

Asustados los turistas occidentales por los estallidos violentos del periodo posrrevolucionario, poco a poco, los visitantes provenientes de una aún pujante Rusia fue reemplazándolos hasta convertirse en el país que aporta más viajeros a Egipto. Ahora, tras el accidente de un avión de pasajeros ruso con 224 personas a bordo, también su bonanza podría peligrar. “Es demasiado pronto para hacer ningún tipo de evaluación sobre cómo puede afectar el accidente al turismo”, declaró este sábado a través de una llamada telefónica la portavoz del Ministerio de Turismo, Rasha Azazi. Mohamed Badran, un empresario del sector era más optimista: “Un hecho así tiene un impacto para la aerolínea y la agencia de viajes, pero no para el país. Así lo indican los precedentes”.

Antes de la revolución que destronó a Hosni Mubarak en 2011, el turismo representaba más del 10% del PIB del país, y empleaba a cerca del 15% de su mano de obra. Pero quizás más importante aún, el turismo representa la principal fuente de divisas. Su valor dobla a las obtenidas en el canal de Suez, vitales para mantener a flote la libra, la moneda nacional.

El año pasado, un total de 3,1 millones de ciudadanos rusos visitaron Egipto, dejando aproximadamente unos 2.300 millones de euros a la economía local. Esta cifra representa más de una cuarta parte de los extranjeros que viajaron al país de los faraones, pero cerca de un 60% de quienes escogieron el mar Rojo como destino vacacional. Sus bajos precios y elevadas temperaturas durante todo el año, que contrastan con el frío invierno ruso, han convertido a Egipto en el destino turístico favorito de los rusos junto a Tailandia.

Esta región cuenta con varios centros turísticos, como Hurgada o Marsa Alam. Sin embargo, el principal es la ciudad balneario de Sharm el Sheij. Aprovechando los magníficos arrecifes de coral que rodean sus playas, el régimen de Mubarak quiso convertirlo en un referente turístico mundial, y para proyectarlo allí celebró varias cumbres internacionales. De su aeropuerto salió en dirección a San Petersburgo el avión siniestrado el sábado.

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A causa de la devaluación del rublo y de la recesión que padece la economía rusa, provocada por la caída del precio del petróleo y las sanciones occidentales por la guerra de Ucrania, la llegada de turistas rusos a Egipto durante el primer trimestre de este año cayó un 20%. No obstante, la Federación Egipcia de Turismo esperaba revertir esta tendencia gracias a la ampliación de las conexiones con vuelos chárter entre los aeropuertos egipcios y Rusia, limitada tradicionalmente a Moscú y San Petersburgo.

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