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Los republicanos se enzarzan en otra batalla: los debates televisivos

Los aspirantes a la nominación están divididos sobre los cambios de formato

Una escena del debate de la semana pasada
Una escena del debate de la semana pasadaMark J. Terrill (AP)

Un debate televisivo puede hundir o salvar a un político. Conscientes de ello, el formato de los debates se ha convertido en motivo de discusión entre los candidatos del Partido Republicano a las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos. El origen está en el ambiente crispado en el debate de la semana pasada organizado por la cadena financiera CNBC. Varios de los aspirantes a la nominación republicana criticaron a los moderadores durante el evento. Ahora aspiran a reescribir las reglas de juego.

El Comité Nacional Republicano (RNC, en sus siglas inglesas) anunció el viernes la suspensión provisional del debate que debía organizar el grupo televisivo NBC el próximo febrero en Texas con su cadena hispana Telemundo. La decisión es en represalia al modo en que se desarrolló el debate en Colorado de CNBC, también parte del grupo NBC, marcado por las interrupciones de los moderadores y los choques con los candidatos.

El presidente del RNC, Reince Priebus, acusó al canal de haber incumplido su promesa de que las primeras preguntas serían genéricas sobre economía y de que se garantizaría un tiempo ecuánime de respuesta.

“Las preguntas fueron imprecisas o rotundamente ofensivas”, escribió Priebus en una carta al presidente de NBC News, Andrew Lack. “Tengo un respeto tremendo por la Primera Enmienda [de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión] y la libertad de expresión. Sin embargo, también espero que los medios celebren un debate sustancial en asuntos importantes y consecuentes para los americanos. CNBC no lo hizo”.

A las quejas del partido, se unieron el domingo las de los candidatos. Representantes de la mayoría de las campañas se reunieron a las afueras de Washington para acordar, sin la presencia del RNC, una serie de demandas conjuntas sobre el formato de los debates. Entre ellas: que cada candidato hable al inicio y al final del debate durante al menos 30 segundos, acabar con las preguntas con trampa y las que hay que responder en pocos segundos, controlar los aspectos biográficos del candidato que aparecen en pantalla y limitar la temperatura de la sala a un máximo de 19 grados centígrados.

Los candidatos saben que tienen influencia sobre las cadenas televisivas dado que los debates suelen atraer a una audiencia significativa y suculentos ingresos en publicidad. Sin embargo, sus peticiones no lograron el apoyo de todas las campañas. El magnate Donald Trump, en la parte alta de las encuestas, ha dicho que negociará los cambios por su cuenta. Otros candidatos, como Jeb Bush y Ted Cruz, se han mostrado reacios a suscribir los cambios.

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Ante la falta de consenso, se han rebajado algunas de las peticiones. El jefe de campaña de Ben Carson, que ocupa el primer lugar en las últimas encuestas, distribuyó la noche del martes a sus homólogos una nueva versión de la carta que aspira a que firmen todos los candidatos, según el diario The Washington Post. El documento ya no incluye la solicitud de que no haya preguntas cortas y sobre la temperatura de la sala. Tampoco la frase de “igual calidad” en la petición de que hubiera “el mismo número de preguntas”.

Las quejas de 2012

En la campaña presidencial de 2012, los candidatos republicanos celebraron 20 debates. En la campaña actual, ya se han celebrado tres y están previstos ocho más. Tras los comicios de 2012, se especuló acerca de si la cifra de 20 debates fue excesiva y, dada la presencia de rivales más conservadores, empujó demasiado a la derecha en sus postulados al candidato del establishment Mitt Romney, que perdió las elecciones ante el demócrata Barack Obama.

El RNC dijo haber aprendido de esa lección, pero, tras el polémico debate de la semana pasada crecen las voces que se preguntan si el Partido Republicano debería haber negociado mejores reglas con las cadenas televisivas. Ante las críticas, el RNC ha nombrado a un nuevo encargado de coordinar los debates con las campañas y las televisiones.

El próximo foro televisivo es el martes en Fox News. Mientras se eterniza la discusión sobre el formato ideal, los demócratas aprovechan para lanzar dardos. “Dicen que cuando hablo con [el presidente ruso Vladímir] Putin él sobresale [...] y luego resulta que ellos no pueden manejar a un puñado de moderadores de CNBC”, dijo Obama el lunes. “Si no puedes manejar a esos chicos, no creo que les preocupes a los rusos y chinos”.

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