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El precedente afgano: ataques de soldados locales contra extranjeros

Uniformados afganos han matado a 114 miembros de la coalicióndesde desde 2007

SILVIA AYUSO (ENVIADA ESPECIAL)

A finales de agosto, un hombre vestido con uniforme militar afgano mató en un campamento en la provincia de Helmand a dos soldados estadounidenses de Resolute Support (apoyo decidido), la misión de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas afganas que desde enero sustituye a la misión de combate de la OTAN en Afganistán. Fue el tercer y último en lo que va de año de los ataques green on blue (verde contra azul, por el color de los uniformes de las respectivas fuerzas), que alcanzaron su pico entre 2011 y 2013.

Estos ataques internos, como los llama la OTAN oficialmente, suelen tener una capacidad mortífera más limitada que otros atentados. Pero su impacto político y sobre la moral es desproporcionadamente alto, sobre todo porque mina la confianza entre las fuerzas extranjeras y las autoridades civiles y militares locales, uno de los objetivos de los talibanes y otros grupos insurgentes en Afganistán. Ataques de este tipo llevaron en los últimos años, entre otros, a la suspensión temporal del entrenamiento de las fuerzas afganas por parte de la ISAF, según el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS) de Washington. Un atentado de este tipo causó en agosto del año pasado la baja del militar de más alto rango de Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001: el general del Ejército Harold Greene, que murió abatido por un hombre que vestía el uniforme de soldado afgano en una base en Kabul.

Según la misión estadounidense, los 110 ataques de este tipo desde 2007 han costado la vida a 144 miembros de la coalición internacional. El peor año fue 2012, cuando se registraron 48 ataques verde contra azul que dejaron 64 muertos y 102 heridos. Desde entonces, la cifra se ha ido reduciendo drásticamente hasta los cuatro muertos de este año por este tipo de atentados.

Fuentes de la misión internacional en Afganistán atribuyen este descenso a las medidas tomadas tanto por las fuerzas internacionales como por el Gobierno afgano para "reducir el riesgo" de este tipo de ataques, entre otros mediante una mejora de las revisiones de seguridad, de la contrainteligencia y de una mayor "comprensión de la diversidad cultural".

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Sobre la firma

SILVIA AYUSO (ENVIADA ESPECIAL)
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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