Colombia busca casa para todos sus niños huérfanos

A Víctor Serna nunca lo adoptaron. Desde los tres años, cuando sus papás murieron, esperó una familia. A los seis, cuando faltaba un día para que una pareja se lo llevara a él y a sus dos hermanos a Alemania, el proceso se truncó. “Yo estaba muy ilusionado, pero apareció un familiar y la ley no permitió que nos adoptaran”, cuenta. Pero así como apareció, el familiar desapareció. Y él y sus hermanos tuvieron que crecer en un hogar sustituto.

Serna tiene hoy 27 años, es abogado y trabaja en el Instituto de Bienestar Familiar (ICBF), el organismo del Estado que vela por el bienestar de los menores, que acoge a los niños abandonados o huérfanos y que tramita sus adopciones, cuando se ha determinado no hay un familiar que responda por él. Serna no tuvo la suerte de los 10.392 menores que en los últimos cinco años han sido adoptados en Colombia. Aunque agradece que el hogar sustituto en el que estuvo 22 años le permitiera estudiar y convivir con sus hermanos, sabe cómo es vivir con la ilusión de tener una familia. Por eso apoya la campaña del ICBF, Cuando das amor, renaces. “No solo los recién nacidos merecen tener una familia”, afirma.

En Colombia, de los 10.442 menores declarados adoptables en la actualidad, 4.669 están en condición especial. Es decir, tienen más de dos años, padecen algún tipo de enfermedad o discapacidad, o hacen parte de un núcleo de hermanos. De estos, 3.224 son mayores de 13 años. La directora del ICBF, Cristina Plazas, explica con preocupación que, mientras en el 2011 se adoptó a 1.035 menores con características especiales, en el 2014 este número bajó a 652. Y este año apenas van 480. Además, el 75% de estas adopciones ha estado en manos de extranjeros. En la actualidad, 2.201 familias no colombianas esperan por un menor.

“Mis papás: el ICBF”

En el registro civil de John López siempre apareció en las casillas para los nombres de sus padres, la sigla ICBF. Él, como Serna, nunca fue adoptado. “Eran tiempos diferentes, la institución en ese entonces no se preocupaba por los que ya estábamos grandecitos”, cuenta ahora, a sus 28 años. Estudia Derecho y trabaja en el ICBF. “Estar toda la vida en estado de protección me permitió tener otro tipo de familia, que también me dio amor y me permitió estudiar”, afirma. Recuerda que conoció el mar a los 9 años de la mano de las personas de su hogar sustituto. “Fui muy afortunado”, asegura. Pero reconoce que la espera de una familia no es fácil. Sobre todo cuando pasan los años y nunca llega. “La gente cree que si son niños grandes tienen manías, vicios, son raros. Hay que empezar a entender que no es así”.

En Colombia, parejas heterosexuales y homosexuales, mujeres solteras, y hombres solteros pueden adoptar, pero el ICBF ve con preocupación lo que las cifras muestran. Mientras en el 2010, 3.058 encontraron una familia, en el 2014 lo hicieron 1.148. Cada vez hay menos bebés recién nacidos para dar en adopción, lo que ha significado que disminuyan los procesos. Ahora son los niños que ya caminan y hablan los que engrosan la lista de menores que esperan una familia.