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“Los sacaron ya muertos. Fue sangriento”

La gente se acerca con flores a la sala Bataclan, donde ayer murieron unas 80 personas

Daniel Verdú
Personas depositan flores cerca de la sala Bataclan.
Personas depositan flores cerca de la sala Bataclan.JULIEN WARNAND (EFE)

El Boulevard Voltaire no se ha ido a dormir hoy. A las nueve de la mañana todavía había gente alrededor de la sala Bataclan de París, donde ayer murieron unas 80 personas, que seguía despierta. Imposible pegar ojo con lo que había sucedido contaban. Otras habían pasado la noche ayudando a heridos. Como Imene, una estudiante de 21 años que se encontraba en el café de enfrente de la sala de conciertos cuando empezó a oír los disparos. “Eran metralletas. Enseguida supimos lo que había pasado. Empezó a salir gente despavorida, les estaban masacrando. Era terrible, muchos heridos. A algunos pudimos ayudarles, darles agua… No entiendo cómo ha podido suceder esto aquí otra vez”.

Muchos otros vecinos se preguntaban también por la coincidencia de este atentado con el de Charlie Hebdo, a unos 500 metros de la sala de conciertos. “No entiendo cómo ha podido volver a suceder. Nos sentimos profundamente desprotegidos. Yo vivo aquí al lado y ya me encontré la otra vez con aquello”, relata Defaut, un vecino de la zona muy enfadado.

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A 20 metros de la sala, todavía había restos de ropa de las víctimas del atentado. Relojes, zapatillas, trozos de pantalón… “A muchos los sacaron ya muertos. Fue sangriento. Nosotros no lo vimos, pero nuestra hija trabaja al lado y nos contó que fue un infierno. Los disparos duraron una hora, nadie sabía qué demonios pasaba”, explican Victor y Anne Ginola, una pareja de vecinos.

El cordón policial continuaba a mediodía. Centenares de periodistas están agolpados frente a las vallas que impiden el paso. Muchos vecinos siguen acercándose para colocar ramos de flores en el perímetro policial. “Han matado a mucha gente joven. ¡Es intolerable! No nos van a asustar, no nos van aterrorizar, se lo aseguro. Puede poner que me llamo Francia!”, vocifera una mujer con lágrimas en los ojos que acaba de dejar un ramo de rosas.

A esa misma hora, la policía acordona el perímetro de la Ópera de París. Al parecer hay un vehículo sospechoso. Según algunos asistentes, por momentos se revive la tensión de la noche anterior.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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