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El único debate argentino consolida a Macri como gran favorito

Nadie descarta una sorpresa pero Scioli no logró el giro que necesitaba

Carlos E. Cué
Karina Rabolini acompaña a su esposo, Daniel Scioli, mientras Mauricio Macri besa a la suya, Juliana Awada, al finalizar el debate.
Karina Rabolini acompaña a su esposo, Daniel Scioli, mientras Mauricio Macri besa a la suya, Juliana Awada, al finalizar el debate.David Fernández (EFE)

Argentina vive un momento de ebullición que anticipa un gran cambio. Gane quien gane las elecciones del domingo, nada volverá a ser lo mismo. Y la mayor prueba está en que después de 32 años de democracia recuperada, y 12 de kirchnerismo, la política argentina dio un vuelco y logró organizar el primer gran debate electoral de la historia de este país. El liberal Mauricio Macri logró según las primeras encuestas imponerse a Daniel Scioli, por lo que se mantiene como gran favorito. Pero nadie descarta una sorpresa.

La lógica política clásica diría que Mauricio Macri ganó con claridad el debate de la noche del domingo, que logró enganchar a millones de argentinos -53% de audiencia-. Estuvo más suelto, sobre todo al principio, se montó en la ola del favorito y logró lanzar varios golpes duros a su rival. "¿Qué te han hecho, Daniel, en qué te transformaron?" le llegó a decir apelando al giro de Scioli, de hombre de diálogo a durísimo crítico del "peligro" que en su opinión supone Macri para Argentina. Scioli no logró en el debate el vuelco que necesitaba, ni forzó a su rival a cometer a algún error. Y por eso, incluso aunque se asumiera que fue un empate, él como aspirante fue el perdedor.

Pero la lógica política clásica no suele ser muy útil para analizar la política argentina, donde izquierda, derecha y centro se mezclan en todos los partidos y confluyen siempre en el peronismo, que lo invade todo y hace imposible cualquier comparación con otros países. Y ahí, en el voto peronista, es donde se está jugando todo una vez más las elecciones.

Scioli va por detrás, tenía que ganar y no lo logró. Así que el ambiente político en el centro de Buenos Aires, donde Macri arrasó en la primera vuelta, concluye que ya está hecho. Pero si uno se aleja un poco y se va a la periferia, por ejemplo al barrio de Bella Vista, en el popular partido de San Miguel (a 48 kilómetros del centro) las cosas se ven de otra manera. Allí, en casas bajas precarias con algunas calles de tierra, donde no hay teléfono fijo, ni tanto twitter o Facebook como en el centro -Macri arrasó en las redes- Scioli logró entrar con un mensaje claro: "Estoy aquí para defenderte, compañero trabajador, te pido que votes en defensa propia", dijo Scioli, que como Macri es millonario, hijo de un rico empresario, y saltó de la jet set a la política, pero ahora es el candidato del kirchnerismo. "Detrás de la idea del cambio hay una gran mentira. Cuando se le quita el velo aparece la devaluación, el ajuste. En su equipo Macri tiene exgerentes de Shell, Monsanto, de JP Morgan", insistió.

Scioli, como hizo Dilma Rousseff en Brasil el año pasado -y funcionó- estaba hablándole a esa gente de Bella Vista y otros barrios populares, que en primera vuelta votaron al peronista disidente Sergio Massa -5,2 millones de respaldos- y ahora dudan. Si, como cree Antonio Sola, el experto español que asesora a Massa, el 65% de su voto se irá con Macri y el 35% con Scioli, el candidato oficialista está acabado. Pero si logra darle la vuelta, aún tiene posibilidades. Y ahí se concentró. No tanto en ganar el debate para las grandes masas, algo casi imposible con un Macri subido en una espectacular ola de entusiasmo por el cambio. Sino en esos votantes de Massa que tienen miedo de lo que pueda pasar con Macri. "Acá hay mucha gente que no sigue la política y anoche escuchó a Scioli contarle que Macri votó en contra de la nacionalización de YPF, de Aerolíneas, de la universidad gratuita. Eso tiene mucho más efecto que ver quién estuvo mejor o peor", explica Laura López, que recorre el barrio cada día, casa por casa, a la búsqueda de votos para Scioli.

El oficialismo juega a la desesperada la baza del voto del miedo a la devaluación y el ajuste que dicen que llegará con Macri, aunque él lo niega. Fue la obsesión de Scioli en el debate. "Las propuestas de Macri son un gran peligro, vamos a volver al ajuste que acabó incluso con la vida de mi padre, que murió por el disgusto que le causó ver a su empresa con problemas", llegó a decir Scioli, hijo del dueño de una gran cadena de electrodomésticos.

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Macri iba muy preparado para ese ataque. "Daniel, la gente en Argentina ya no tiene miedo. Los únicos que tienen miedo son ustedes, los que están en el Gobierno, que temen perder sus privilegios". La apelación a la amistad de ambos, pertenecientes al mismo círculo social, parecía un golpe para Scioli, que insistía en contestar con "el ingeniero Macri, el candidato Macri" para distanciarse. Muchos analistas creen que las políticas de ambos no serían tan distintas, como mucho en el grado de intensidad.

Scioli parecía noqueado al principio, pero se fue recuperando. Ya ha disparado con el debate su última gran bala. Ahora solo le queda la guerra casa a casa, la que protagonizan gente como Laura. Es la última oportunidad del peronismo para no perder un poder que parece escapársele de forma imprevista.

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