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Herramientas occidentales para llevar ‘millennials’ a la Guerra Santa

El Estado Islámico busca atraer a jóvenes con imágenes de videojuegos y series

En su esfuerzo propagandístico, el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) utiliza las armas de la cultura pop para atraer a su causa a las generaciones jóvenes. Las referencias a videojuegos y series de televisión occidentales son frecuentes en la estudiada estrategia de comunicación del grupo yihadista.

“Son millennials [la generación nacida en los años ochenta] hablando a millenials”, dice en una entrevista Javier Lesaca, profesor visitante en la Universidad George Washington, que investiga la comunicación audiovisual de la organización terrorista.

Apenas hay diferencias visuales, por ejemplo, entre las escenas de los videojuegos de acción Call of Duty y GTA, y algunos vídeos difundidos por el Estado Islámico. Pero mientras los primeros son ficción, los segundos son reales.

El grupo extremista suní controla 36 productoras audiovisuales en 10 países o regiones y ha producido casi mil vídeos desde enero de 2014, cuando empieza la investigación de Lesaca (Pamplona, 1981). “Es el primer grupo terrorista que está utilizando magnitud y segmentación de mensajes”, dice el experto, que prepara una tesis doctoral sobre este asunto. Aspira a que los resultados sirvan a las estrategias antiterroristas de gobiernos e instituciones.

Lesaca ve una “correlación” entre los países más amenazados por el ISIS en las redes sociales con los golpeados por sus atentados. Desde enero de 2014 hasta septiembre de este año, Rusia, Francia y Reino Unido eran los países más amenazados. Casualidad o no, el grupo se ha atribuido el derribo a finales de octubre de un avión comercial ruso en Egipto y los atentados en París de la semana pasada. El experto también ve un paralelismo entre el auge de los mensajes en Internet del ISIS y del número de combatientes extranjeros en sus filas.

Los Gobiernos son conscientes del potencial online del grupo. El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo el lunes que una de las características únicas del ISIS es su “mayor efectividad en las redes sociales”, que usan para atraer a combatientes y perpetrar atentados. El jefe del Pentágono, Ash Carter, los consideró los “primeros terroristas” de las redes sociales.

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Desde hace un año, EE UU lidera una coalición que bombardea posiciones del ISIS en Irak y Siria, pero uno de los pilares de la estrategia para derrotarlo es frenar su músculo propagandístico.

Lesaca considera insuficientes los intentos de contrarrestar la maquinaria online del ISIS. Pide aumentar la cantidad y la calidad de los mensajes de la contranarrativa. Por ejemplo, utilizar el mismo lenguaje audiovisual del ISIS con testimonios de familiares de sus víctimas. “Prácticamente el 99% de las personas que han asesinado en esos videos son musulmanes o árabes. Están matando a su propia gente. Hay un mensaje muy poderoso a explorar”, dice.

Formato similar, audiencia segmentada

El experto sostiene que la producción de vídeos responde a una jerarquía clara y una coordinación estrecha. El formato está definido: todos los vídeos son cortos, impactantes (no hay escenas de cuevas remotas como en los de Al Qaeda) y con “imágenes que les sean familiares a sus audiencias potenciales”. El objetivo son los jóvenes de entre 15 y 20 años en cualquier parte del mundo a los que se llega mediante vídeos. “Saben que la generación a la que se está dirigiendo está familiarizada con el GTA, no con ir a la mezquita a escuchar a un imán”.

El ISIS apela a una identidad transversal, no focalizada en la religión, que abarca elementos culturales y estéticos que pueden atraer igual a un joven europeo o árabe.

El mensaje audiovisual también se adapta a los países. Lesaca explica que el ISIS utiliza las etiquetas populares en las redes sociales de cada país para asegurarse de que su mensaje llegue al público. A diferencia de Al Qaeda, también diversifica sus portavoces. Por ejemplo, sabe que un yihadista con acento británico o australiano tendrá mayor impacto en sus respectivos países.

Una vez el vídeo está colgado en Internet, se distribuye en círculos yihadistas pero también es de fácil acceso para audiencias más pasivas. “Para un jóven que empieza a sentirse atraído, a tener curiosidad, es muy fácil buscarlo en Internet”, dice Lesaca. Un simple vídeo, esgrime, no hará que una persona se una a las filas yihadistas, pero puede allanar el camino para que indague más e inicie comunicaciones directas con simpatizantes en Internet o en persona.

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