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La muerte de tres ciclistas abre el debate sobre la seguridad vial en DF

Mil personas mueren al año en Ciudad de México, como consecuencia de incidentes viales

Ciclistas en el paseo de la Reforma de Ciudad de México.
Ciclistas en el paseo de la Reforma de Ciudad de México.SAÚL RUIZ

El paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de Ciudad de México, luce cubierta de mariposas en las proximidades donde el pasado martes perdió la vida Monserrat Paredes. Sirven para denunciar la muerte de esta joven de 21 años que fue atropellada por un autobús mientras circulaba en bicicleta por un carril en el que gozaba de preferencia. Su caso es uno de los siete atropellos a ciclistas que han ocurrido en los últimos ocho días en la capital. El último hoy en la avenida Insurgentes de la capital.

En el Distrito Federal, mil personas mueren al año en incidentes relacionados con la circulación, según datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra). “Hay años en los que las cifras son más altas que las que se le achacan al crimen organizado”, señala Areli Carreón, portavoz del colectivo ciclista Bicitekas A.C. En la mayoría de los ocasiones, la víctima es un peatón y en un 96% de los casos el culpable es la persona que conducía el vehículo a motor.

La indefensión que sufren ciclistas y peatones en las calles de la capital ha llevado a Visión Cero, un colectivo que agrupa a trece asociaciones de ciclistas, peatones y usuarios del transporte público, a exigir que de forma inmediata se ponga en marcha un programa vial que “garantice la vida de todos”. “La inseguridad no debe ser el fin de ningún camino como ocurrió con Monserrat. Llenamos Reforma de mariposas para darle alas y vida a quien tenía que seguir con nosotros”, aseguró Carreón.

Monserrat estudiaba y trabajaba. Y precisamente la tarde de aquel martes 17 en la que perdió la vida se dirigía a la universidad, procedente de su oficina, en una bicicleta del servició público de alquiler, EcoBici. Se encontraba frente al Bosque de Chapultepec, el parque en el que numerosos domingos iba con su familia a pasear en bicicleta, cuando un autobús se cruzó en su camino y la arrolló. El conductor se dio a la fuga, dejando a Monserrat tendida en el suelo. Horas después la Policía pudo detenerlo.

“Este es uno de los actos más inhumanos y cobardes que hay”, señala el padre de la joven. Arropado por las numerosas muestras de cariño de la sociedad civil, Román Gabriel Paredes reitera, en cada entrevista y acto de homenaje, su agradecimiento a la ciudadanía, para después recordar que el de su hija es solo uno “de los muchos casos que se producen” en la capital.

La mayoría de los casos: impunes

V. U.

La mayoría de los accidentes viales terminan en ese limbo jurídico en el que quedan una inmensa parte de los delitos que se comenten en México: la impunidad. “Así podría haber pasado con el de mi hija, si la Policía no hubiese detenido al conductor antes de 48 horas desde que se cometió el accidente (...). La Justicia da plazos muy cortos para realizar averiguaciones”, señala Román Gabriel.

En otros muchos casos es la familia, la que decide no denunciar lo ocurrido o desiste ante lo tedioso del proceso y la cantidad de recursos económicos que se requieren. "Ante el dolor del duelo hay gente que es incapaz de iniciar este proceso judicial", asegura Carreón.

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En su discurso evita señalar culpables, “eso lo decidirá el juez”, apostilla. Y defiende como una de las causas de la alta siniestralidad que se produce en las calles de Ciudad de México las “pésimas condiciones laborales de los trabajadores del transporte público”. “Los conductores están bajo mucho estrés, en ocasiones trabajan hasta 16 horas seguidas y tienen que consumir ciertas sustancias para cumplir con los objetivos que les marcan”.

Exige cambios en las concesiones del transporte público, así como en el programa de seguridad vial. “Por el carril en el que va un autobús no puedes pintar una bicicleta y decir que ya es una ciclovía” señala.

Monserrat no es el único caso

También un autobús arrolló este miércoles a un ciclista que circulaba por Insurgentes, una de las principales arterias de la capital mexicana. El fallecido, un hombre de la tercera edad, fue embestido en la zona norte de esta larga avenida.

Su muerte se suma a la que se produjo el jueves, cuando otro ciclista perdía la vida en la delegación de Iztacalco. Felipe Torres de 62 años fue atropellado por un camión al este de la capital. La policía pudo detener al conductor que arrolló a este hombre cuando trataba de incorporarse a una avenida.

Uno de los puntos negros de la capital es el paseo de la Reforma. Allí perdió la vida Monserrat y este miércoles fue atropellado un ciclista por un camión de granaderos (policía antidisturbios). El joven de 25 años, que conducía una bicicleta de EcoBici, salió despedido contra la acera y sufrió numerosas contusiones.

También en las proximidades de esa avenida, un automóvil arrolló a un ciclista de 23 años. Fue el segundo caso que se produjo en este martes negro para los ciclistas del Distrito Federal, en el que otro coche embistió a una joven de 27 años en la colonia del Valle, al sur de la ciudad. Tres atropellos que se suman al que se ha producido hoy en el norte de la ciudad. Un microbús ha golpeado a un repartidor de agua que viajaba en un triciclo.

"Hay bulevares de la muerte en los que hay atropellos todos los días, pero como no son tan conocidos como Reforma e Insurgentes, no salen en los medios. Calzada Zaragoza es uno de ellos. Es la salida hacia Puebla. Un lugar en el que la ciudad ha crecido si orden ni control y la gente baja del transporte público y circula por lo que se ha convertido en una carretera”, señala Carreón.

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Sobre la firma

Víctor Usón
Es redactor de EL PAÍS desde 2015. Trabajó en la delegación del periódico en México durante cuatro años y anteriormente estuvo en las agencias Europa Press y DPA. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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