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El revisor del tren, implicado en la muerte de dos españoles en Portugal

Un testigo cuenta que las víctimas fueron arrolladas por evitar la espuma que les lanzaba

Foto de homenaje al grafitero Nord.
Foto de homenaje al grafitero Nord.

La muerte de tres grafiteros —dos españoles y un portugués— atropellados por un tren en la localidad de Maia, próxima a Oporto, la noche del lunes, ha tomado una versión diferente tras conocerse un nuevo testimonio. "Vimos a jóvenes encapuchados. Solo se les veía los ojos", ha relatado el pasajero Miguel Bruno Toreia a la cadena RTP. "Al principio, con esto del terrorismo, pensamos que era un asalto al tren; pero luego vimos que no entraban, que solo impedían que se cerraran las puertas para así impedir la marcha del tren".

Mientras dos jóvenes encapuchados bloqueaban una puerta, según el relato de Toreia, otros tres comenzaban a pintar el exterior del vagón. "El revisor entró en la cabina, cogió un extintor y lanzó la espuma contra los jóvenes". Los grafiteros lanzaron piedras al revisor. "Alguna golpeó el cristal de mi ventana", cuenta el pasajero. Entonces, el revisor volvió a lanzarles espuma y los grafiteros, para esquivarla, pasaron a la otra vía, en donde en ese momento cruzaba un tren interregional, sin parada allí, a 120 kilómetros por hora.

Los dos españoles fallecidos tenían entre 18 y 20 años. La policía portuguesa les ha identificado con la colaboración de la policía española, aunque no ha revelado sus nombres. El portugués era conocido como Nord en el grupo grafitero Hip Hop de Matosinhos, tenía 19 años y era un habitual en esta actividad callejera. El mundo del street art homenajea al joven en las redes sociales, entre ellos Vhils, el grafitero portugués más universal, que comenzó haciendo lo mismo en los trenes de Lisboa.

Aunque en un primer momento la policía y las autoridades judiciales estimaron el suceso como un accidente, el testimonio del pasajero ha hecho variar su tratamiento oficial. También en un primer momento quien declaró fue el maquinista del tren, que no se movió de su puesto de trabajo durante el incidente, como ordena su reglamento laboral.

Tras conocerse el testimonio del pasajero en RTP, la policía lo ha llamado a declarar y el ministerio público ha abierto una investigación más profunda, con la implicación del revisor del tren, el testimonio de los pasajeros y de los dos grafiteros que huyeron, también españoles.

Según datos de la empresa ferroviaria CP, en 2010 fueron pintados 40.000 metros cuadrados de vagones, la mayoría en los peajes interurbanos de Lisboa y Oporto, lugar del accidente.

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