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Una decena de condenados en Holanda por reclutar yihadistas

El fallo afirma que simpatizar con el ISIS no es punible, pero sí favorecer la violencia

Isabel Ferrer
Asistentes al juicio acceden al tribunal de Ámsterdam.
Asistentes al juicio acceden al tribunal de Ámsterdam.ALEXANDER SCHIPPERS (AFP)

El primer juicio holandés contra el terrorismo yihadista se celebró en 2005 contra 14 jóvenes relacionados con el asesino del cineasta Theo van Gogh, descendiente directo del pintor. El segundo ha concluido este jueves, y los diez acusados --uno de ellos murió supuestamente en Siria-- han sido hallados culpables de formar una asociación con fines terroristas dedicada a la incitación a la violencia islamista y al reclutamiento para la lucha en Siria e Irak, radicada en el barrio con mayor población inmigrante de La Haya. Condenados a penas de distinto grado, el cabecilla del grupo, Azzedine C., de 33 años, pasará seis en la cárcel. Aunque en principio, Azzedine C. estaba acusado de alistar holandeses para viajar a Siria, de este cargo ha sido absuelto finalmente.

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Sus dos principales asociados, Rudolph H., holandés autóctono converso de 25 años, y Oussama C., de 19 años, estarán encerrados tres años. Este último, que sí ha sido sentenciado por reclutamiento, es considerado el líder espiritual del grupo a pesar de su juventud. Oussama C. no podrá volver a utilizar Internet. Los jueces han subrayado “la ausencia de pruebas que demostraran la intención de atentar en Holanda”, por parte de los detenidos.

El fallo también recuerda que “simpatizar abiertamente con el denominado Estado Islámico (EI), o bien criticar la democracia no es punible. Sí lo es incitar al odio y favorecer la violencia, dos de las acusaciones probadas. Para el tribunal, “la libertad de culto es absoluta, solo se pueden castigar los comportamientos”. En cambio, la libertad de expresión, considerada también un valor superior, no es total: “termina en cuanto limita las libertades de los demás”. Por ello, la sentencia recuerda que reunirse para estudiar el islam, incluso en su variante más rigorista, el salafismo, no puede castigarse “siempre que sea de forma pacífica”. Según la defensa de Azzedine C., los procesados “solo animaban el debate público al centrar sus simpatías en la lucha con el presidente sirio, [Bachar] El Asad, pero no en la muerte de civiles inocentes”.

Otros dos miembros del grupo, de 26 y 24 años, respectivamente, han sido sentenciados en ausencia a seis años de prisión. Los fiscales creen que viajaron a Siria y no han regresado. Hicham El, de 30 años, que si ha vuelto, ha sido condenado a cinco años de encierro. Jordi de J, de 22 años, y asimismo converso, pasará 155 días en arresto domiciliario por haber visitado un campo de entrenamiento islamista en Siria “y no mostrar arrepentimiento”. Al igual que su amigo Moussa L., de 41 años, que estará 43 días arrestado, no podrá ponerse en contacto con sus antiguos asociados. La única mujer procesada, Imane B., de 26 años, y esposa de Azzedine C., permanecerá una semana encerrada por “repetir mensajes de Twitter llamando a la violencia”.

El caso ha podido llegar a los tribunales gracias a las denuncias de las familias de los varones enviados a Siria por los condenados. Los fiscales desconocen la cifra exacta de los que viajaron.

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