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Polémica en Rusia por la supuesta corrupción de los hijos del fiscal jefe

El fiscal ruso sostiene que la denuncia es una campaña instigada desde el extranjero

Pilar Bonet
Alexei Navalni, a la derecha, y el exprimer ministro Mijaíl Kasianov, en un acto político en Moscú el pasado día 11.
Alexei Navalni, a la derecha, y el exprimer ministro Mijaíl Kasianov, en un acto político en Moscú el pasado día 11.ALEXANDER NEMENOV (AFP)

Un documental basado en una investigación del opositor ruso Alexei Navalni y colgado en Internet este mes ha logrado 3,5 millones de visitas en 15 días. El vídeo acusa de diversos delitos y maquinaciones a dos hijos del fiscal general, Yuri Chaika. La polémica ha ido creciendo con un fiscal general que se defiende con argumentos propios de la guerra fría y acusaciones contra los servicios secretos de Estados Unidos.

El fiscal general de Rusia, Yuri Chaika, ha acusado al político de oposición, Alexéi Navalni, de participar en una campaña instigada desde el extranjero para desacreditar a Rusia, pero no ha comentado ninguno de los delitos y maquinaciones de los que son acusados sus hijos, Artiom e Igor en un documental difundido por el Fondo Anticorrupción (FBK, en sus siglas en ruso), dirigido por Navalni. El documental, basado en una investigación del FBK, fue difundido por Internet el 1 de diciembre, y tenía cerca de de 3,5 millones de entradas a fecha de 15 de diciembre. Los medios de comunicación rusos ya habían recogido parte de los episodios mencionados en la investigación, pero no de un modo tan sistemático.

En una carta publicada en el diario Kommersant el lunes, el fiscal Chaika arremete contra William Browder, un financiero de origen norteamericano al que acusa de patrocinar el vídeo con ayuda de los servicios secretos de EE UU. Browder fundó Hermitage Capital Investment Fund, una compañía especializada en gestionar acciones de empresas rusas, pero en 2013, Browder, a quien le había sido prohibida antes la entrada en Rusia, fue acusado de operaciones ilegales con acciones de Gazprom, el monopolio ruso de gas, y condenado a 9 años de prisión en ausencia. Su abogado, Serguéi Magnitski, murió en la cárcel en Moscú y el Congreso norteamericano impuso sanciones a varios funcionarios rusos por considerarlos responsables de las violaciones de derechos humanos que habrían contribuido a su muerte. Browder aseguró que no tenía nada que ver con el vídeo de Navalni.

Durante algo más de 40 minutos, el documental pasa revista a las actividades de Artiom e Igor Chaika y alega que éstos han actuado protegidos por los subordinados de su padre en distintas regiones para hacer fortuna, en parte mediante adjudicaciones en truculentos concursos de privatización. El vídeo afirma que personas vinculadas con la fiscalía, como Olga Lopátina, ex esposa del vicefiscal general, fue cofundadora de la empresa “El Azúcar del Kubán”, junto con Angela-María Tzapok, la esposa del jefe de una banda delictiva del pueblo de Kruchovka (en la región de Krasnodarsk) que en 2010 asesinó a 12 personas, incluidos varios niños. Artiom Chaika y Olga Lopátina, han negado las acusaciones y han anunciado que se querellarán contra el FBK.

Según la investigación del FBK, Artiom Chaika es copropietario, junto con Lopátina, de un lujoso hotel en Grecia, así como de una lujosa villa en Suiza y su imperio tiene minas de sal, canteras y hasta una naviera en el Baikal. Uno de los métodos de enriquecimiento ha sido participar en concursos de privatización mediante varias empresas que aparentaban competir y compraban a precios más bajos que en el mercado tras eliminar a otros competidores reales. El vídeo del FBK muestra unas declaraciones televisivas, fechadas en diciembre de 2002, en las que Nikolái Palenii, jefe de la naviera del Alto Lena, manifestaba entonces que su empresa estaba siendo amenazada por gente “no honrada” detrás de la cual actuaba Artiom Chaika.

Poco después de aquellas declaraciones Palenii fue encontrado colgado en su garaje y según el vídeo del FBK, existe un certificado médico que indica que fue estrangulado, aunque el caso fue considerado un suicidio. El comité de investigación, que examinó el caso, consideró que no había base para un expediente penal. Según el vídeo, los buques de la naviera fueron transferidos a otra empresa controlada por Artiom Chaika.

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El hijo menor del fiscal, Igor Chaika, a su vez, fue asesor del gobernador de la provincia de Moscú y consiguió la concesión de la recogida de basuras de la capital, además de participar en los negocios de su hermano. “No solo se trata de corrupción, sino de robo y extorsión”, comenta Navalni en la película. Según este político, el fiscal “es absolutamente manejable. Hace lo que le dicen y por eso resulta necesario y Putin lo sabe”.

Formalmente, el Kremlin ha mostrado indiferencia por el vídeo que según Chaika es un material “por encargo” en el que se vierten “falsedades a ciencia cierta y sin ningún fundamento”. Según medios rusos informados, el fiscal habría ofrecido su dimisión a Putin, pero que éste le ordenó seguir en su puesto.

En su carta a Kommersant, Chaika pone en duda que Navalni sea el autor del documental y afirma que este fue realizada por gente que “odia” a Rusia y quiere “desacreditar” a la fiscalía por su trabajo. El responsable de la película, según Chaika, es Browder y “los servicios secretos que están detrás de él”. El fiscal dice sentirse víctima de “un poderoso ataque sin precedentes” desde diversos medios de comunicación y en “varios países europeos a la vez”. “Organizar un ataque de tal envergadura no está siquiera al alcance de gobiernos de muchos países”, afirma. La película, según Chaika, persigue también presentar a Rusia como un país “que se merece sanciones económicas y de otro tipo”.

Fuentes rusas opinan que la información difundida por Navalny puede proceder de filtraciones desde otros sectores de la élite política arbitrados por Putin. Uno de ellos podría ser el Comité de Investigación, un departamento que fue desgajado de la Fiscalía. Esta entidad investigó en 2011 una trama de casinos ilegales de la provincia de Moscú en la que se implicó también (sin consecuencias) a la familia del Fiscal General.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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