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Ucrania se niega a pagar a Rusia la deuda de Yanukóvich

La ayuda del FMI corre peligro si no hay cambios en los Presupuestos para 2016

Unos soldados ucranios refuerzan ayer un refugio en la línea de frente, en Pavlopil.
Unos soldados ucranios refuerzan ayer un refugio en la línea de frente, en Pavlopil.Pierre Crom (Getty)

El Gobierno de Ucrania declaró el viernes una moratoria en el pago a Rusia de 3.500 millones de dólares (3.230 millones de euros). La deuda fue contraída hace dos años, siendo presidente Víctor Yanukóvich. Balanceándose al borde de la bancarrota, Kiev ha reestructurado este año su deuda con los acreedores, que aceptaron sus rebajas y condiciones, pero Rusia exige la reintegración completa del dinero y ha anunciado que demandará a Ucrania si ésta no paga tras el vencimiento, el próximo domingo.

En noviembre, Ucrania ya anunció una moratoria en el caso de que Moscú no aceptara la reestructuración de la deuda. Ucrania la mantendrá hasta que Rusia acepte sus condiciones o hasta que haya una decisión judicial, manifestó este viernes en Kiev el jefe del Gobierno, Arseni Yatseniuk, que dijo estar preparado para la demanda anunciada por Moscú.

La moratoria afecta a las obligaciones estatales por valor de 3.075 millones de dólares que fueron emitidas a fines de 2013 por el Gobierno ucranio y compradas por Rusia. Afecta también a dos créditos por valor conjunto de 507 millones de dólares garantizados por el Estado y facilitados por bancos rusos a empresas ucranias. Hace ahora dos años, el 17 de diciembre de 2013, Yanukóvich, acompañado de un séquito de ministros y altos cargos, acudió a Moscú para revitalizar la relación con Rusia, después de haber renunciado a firmar el Tratado de Asociación con la UE. En aquella visita, Moscú concedió a Kiev 15.000 millones de dólares mediante el compromiso de compra de obligaciones emitidas por el Estado ucranio. Sin embargo, debido a la agitación social y política que produjo la huida de Yanukóvich, Rusia sólo llegó a comprar obligaciones por 3.000 millones de dólares, que vencen el 20 de diciembre. El presidente Petró Poroshenko ha calificado aquella operación de “soborno” a Yanukóvich a cambio de renunciar al acuerdo con la UE.

“Kiev no debe nada a los agresores”

Tras la huida de Yanukóvich el 21 de febrero de 2014, la relación entre Kiev y Moscú se ha deteriorado de forma radical, con la anexión de Crimea (febrero-marzo de 2014) y los enfrentamientos armados con los secesionistas del este del país, apoyados por Rusia (a partir de abril de 2014), en los que han perecido al menos 8.000 personas.

Rusia no se ha planteado compensaciones por la anexión de Crimea y la “nacionalización” de la propiedad ucrania e internacional de la península. “Kiev no tiene ninguna deuda con los ocupantes y agresores”, señala un politólogo ucranio, haciéndose eco del sentir de muchos de sus compatriotas.

El rumbo de las relaciones económicas entre Rusia y Ucrania es hoy opuesto al que pretendían darle Putin y Yanukóvich. Ucrania ha firmado el Tratado de Asociación con la UE, y Rusia ha anunciado que suprime el régimen de libre comercio con Ucrania a partir de enero, cuando entra en vigor la parte económica del acuerdo con Bruselas. En una rueda de prensa el jueves, Putin anunció que Ucrania no gozará de ninguna ventaja en el comercio con Rusia y deberá pagar aranceles del 6% de media.

Las amplias relaciones industriales ruso-ucranias del pasado se han congelado, y Rusia, que comenzó a castigar las importaciones de su vecino ya en el verano de 2013, ha prescindido de forma sistemática de las mercancías de Ucrania. Desde Ucrania ni siquiera hay conexiones aéreas entre los dos países.

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A vueltas con el gas

Pero, pese a los propósitos y ocasionales declaraciones de sus dirigentes, Rusia difícilmente va a poder prescindir de Ucrania en el futuro próximo para transportar su gas a la UE, teniendo en cuenta que se han torcido los planes de Gazprom para puentear a Ucrania como país de tránsito de combustible, mediante un gasoducto por el fondo del mar Negro. En diciembre de 2014, Rusia renunció al gasoducto Corriente del Sur alegando las dificultades puestas por Bruselas y la actitud de Bulgaria; ahora Moscú ha renunciado al llamado gasoducto turco por las dificultades con Ankara.

El jueves Putin se manifestó en contra de cortar el tránsito de gas hacia Europa por Ucrania, y manifestó que iba a seguir colaborando con este país, si es capaz de ofrecer las mismas condiciones de seguridad jurídica y regulación que el gasoducto Corriente del Norte, que va desde Rusia a Alemania por el fondo del Báltico.

El 16 de diciembre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que la deuda de Ucrania con Rusia era oficial y soberana, pero que eso no suponía un obstáculo para seguir financiando a Ucrania. Antes, el FMI eliminó la prohibición de dar créditos a países con deudas impagadas. Así, Ucrania ha podido seguir contando con recursos financieros del FMI, pese al impago a Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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