_
_
_
_
_

Votos a cuentagotas en México

Los españoles en el extranjero se quejan de trabas administrativas

Pablo de Llano Neira

"Hola, buen día. Vengo a votar", le dice un señor con voz de barítono al portero mexicano del Consulado de España en Ciudad de México. Es temprano, hace sol, un punto de frío en el barrio rico de Polanco. Unos segundos después sale un español joven: "Nos han engañado. No han facilitado el voto y no he podido votar", se queja Alberto Morago, fotógrafo autónomo de 36 años.

Otros españoles con más experiencia en México no se han dejado sorprender por los vericuetos burocráticos. Pedro Serrano, escritor de 58 años, hijo de una familia de exiliados de la Guerra Civil, ha conseguido votar. No dice a qué partido, pero sí la intención: "Que cambie al acomodo tradicional de los grandes partidos", dice este español de acento mexicano.

En el Consulado de la Ciudad de México están registrados más de 110.000 españoles. De ellos han solicitado el voto unos 5.000. Un número bajo que entre otras cosas tiene que ver con la naturaleza del trámite: el ciudadano tiene que pedirlo, recibir las papeletas en casa e ir a votar al Consulado.

El plazo para el voto consular era de miércoles a viernes, pero la Junta Electoral Central, debido a retrasos en la entrega a domicilio de las papeletas, lo amplió a sábado y domingo.

"Yo pensé que podría hacerlo como en España", continúa Morago, que lleva tres años en México: "que vendría con el documento de identificación y habría aquí papeletas para votar".

"A mí nadie me avisó de que tenía que solicitar el voto", se lamenta otra electora frustrada, Isabel Carreras, 33 años, barcelonesa. "Yo estoy inscrita en el censo de españoles en México, pero además había que solicitar por escrito que querías votar...". Carreras cuenta que salió de España hace cuatro años por la crisis económica de su país y que se siente "feliz" en México.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Quería votar a Convergència. "Artur Mas es un súper buen político", opina esta arquitecta sobre el líder del fenómeno soberanista catalán.

Morago quería votar a Podemos: "Hace falta un cambio importante en España". Resolverá el problema de no haber votado gracias a que una amiga en España que no iba a votar meterá la papeleta por él.

El empresario granadino José Antonio Escoriza, de 32 años, casado con una mexicana, tampoco ha podido votar. Tampoco se enteró de cómo funcionaba el proceso. No dice a quién quería votar. Sólo que espera que en España mejore la economía. Lleva siete años en México y quiere regresar.

María del Pilar Gutiérrez, de 65 años, 45 en México (porque se casó con un mexicano) y sin intención de moverse de su país de adopción, llega con las papeletas en orden. También se reserva su voto ("Cosa privada"), aunque manifiesta sus simpatías: "El PP lo está haciendo bien".

De abrigo negro y zapatos acharolados, pasa al Consulado para –ella sí– poder votar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_