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El hijo de Bachelet lanza una ‘bomba’ a La Moneda y al oficialismo chileno

Sebastián Dávalos acusa al exhombre de confianza de la Presidenta en su declaración ante la Fiscalía por el caso de especulación inmobiliaria Caval

Rocío Montes
Michelle Bachelet y su hijo Sebastián Dávalos, en diciembre.
Michelle Bachelet y su hijo Sebastián Dávalos, en diciembre.M. RUIZ (EFE)

Entre todas las tramas de política y dinero que se han destapado en Chile este 2015, probablemente el caso Caval es el más delicado tanto por sus protagonistas como por sus alcances: la familia de la Presidenta Michelle Bachelet y el desempeño del propio Gobierno. Aunque la Fiscalía todavía no ha formalizado la acusación sobre los principales involucrados en los polémicos negocios inmobiliarios de la firma Caval, cuyo 50% pertenece la nuera de Bachelet, Natalia Compagnon, la causa judicial ha tenido efectos políticos insospechados desde que explotó en febrero pasado. Una de las mayores consecuencias ha sido la caída de los principales atributos de la socialista, como la credibilidad, y la bajada los índices de aprobación, instalados en el 24% de acuerdo a la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP).

El segundo semestre de 2015 había sido medianamente tranquilo, probablemente porque el caso Caval estuvo detenido: el fiscal a cargo, Luis Toledo, tuvo que apartarse de la causa por su frustrada postulación a la Fiscal Nacional. En estos últimos meses La Moneda logró retomar la agenda de Gobierno y la propia Presidenta comenzó a ejercer nuevamente su liderazgo, tras un período largo de inmovilismo. Pero en noviembre pasado, Toledo retomó su investigación y comenzó a realizar las diligencias pendientes. Entre ellas, la tercera declaración del primogénito de la Presidenta, Sebastián Dávalos, que se desempeñaba como gerente de proyectos de Caval y que junto a su esposa participó de una gestión clave en 2013, en plena campaña, para conseguir el préstamo bancario que permitió sellar el negocio inmobiliario.

Las declaraciones de Dávalos ante la Fiscalía, en calidad de imputado, se efectuó este martes 21 y han trascendido a la prensa hace algunas horas. Sus efectos políticos han sido inmediatos: han representado una especie de bomba tanto para el Ejecutivo como para el oficialismo chileno y han reabierto un flanco complicado para el Gobierno.

El politólogo de 37 años y padre de los dos nietos de Bachelet relató ante los fiscales las razones que tuvo para borrar la información del ordenador que ocupaba en La Moneda, donde se desempeñaba como director sociocultural hasta que renunció cuando estalló el caso Caval. Dávalos arremetió sobre todo contra exhombre fuerte de la Administración de Bachelet, Rodrigo Peñailillo, que la Presidenta sacó de su cargo de ministro del Interior en mayo pasado por la pérdida de confianza y esquirlas de la trama. “(Pedí) que borraran mi perfil de usuario y password, porque no quise exponerme a que fuera manipulado (…) pues tenía el temor fundado de que así podía ocurrir”, dijo el primogénito de Bachelet ante los fiscales. En referencia a Peñailillo y sus colaboradores, Dávalos indicó: “Me preocupaba que estas personas, por la forma en que habían obrado en los últimos 11 meses, pudieses manipular la información contenida en el computador, ya sea introduciendo archivos o mandando email a mi nombre”.

Dávalos apunta también a dirigentes relevantes del oficialismo como parte de una operación política para dañarlo

El hijo de la Presidenta contó en detalle ante los fiscales la compleja relación que tuvo con Peñailillo mientras ambos trabajaban en La Moneda, entre marzo de 2014 y febrero de 2015. Dávalos relató que su nombramiento como director sociocultural de la Presidencia provocó una “fuerte reacción adversa” en Peñailillo y su sector político G90, militantes del centroizquierdista Partido por la Democracia (PPD), que rondan los 40 años. “Según ellos, estaban llamados a ser la generación de recambio en la política”, señaló. Según el hijo de la Presidenta, la relación se hizo aún más conflictiva y distante con Peñailillo cuando él asumió en la Dirección Sociocultural de La Moneda y desechó los nombramientos que la G90 había realizado anteriormente. “Yo no seguía sus líneas políticas, introducir en cargos a personas inidóneas y sus ansias de manejos de poder, que, según mi parecer, se orientan a llegar a ser Presidente algún día”, indicó Dávalos.

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En su declaración ante los fiscales, Dávalos apunta también a dirigentes relevantes del oficialismo como parte de una operación política para dañarlo. El hijo de Bachelet indicó que a comienzos de 2015, los rumores indicaban que tanto Peñailillo como dirigentes de la coalición Nueva Mayoría estaban involucrados en la trama Soquimich, los aportes irregulares a la política de la empresa del exyerno de Pinochet. “La información del negocio de Caval fue conservada y utilizada por parte del G90 o un sector del PPD para utilizar este caso y su cobertura mediática para bajar el perfil al caso Soquimich, que los involucraba, y terminar de desplazarme en mis funciones e intervención el Gobierno. Sin embargo, quienes utilizaron la información nunca imaginaron las enormes consecuencias de su decisión que finalmente terminó por costarle el cargo también al ministro de Interior (Peñailillo)”, aseguró Dávalos en referencia a políticos reconocidos en Chile como Sergio Bitar, Guido Girardi y Fernando Ayala.

Para el hijo de la mandataria socialista, en definitiva, “el tema Caval es, en parte, toda una operación política para ir bajando el perfil a otros casos relacionados con el financiamiento de la política, entre ellos Soquimich, y para perjudicar al Gobierno”. Y reitera su inocencia: “Se me ha acusado de tráfico de influencias, negociación incompatible, fraude informático, fraudes tributarios y otras imputaciones. De cada una de ellas no tengo participación alguna, no he cometido ninguna falta ni delito”.

Las tensiones y la rivalidad entre Dávalos y Peñailillo, el hijo natural y el hijo político de Bachelet, han sido conocidas a cuentagotas por la opinión pública local en este 2015. Hasta ahora, sin embargo, nunca se la había escuchado a Dávalos propinar un golpe tan directo a Peñailillo, el principal colaborador de su madre desde el primer Gobierno (2006-2010) y que actualmente también está involucrado en causas de financiación irregular de la política. Los nuevos antecedentes de esta trama judicial y política han trascendido a aspectos más personales que llegan hasta los anillos más íntimos de la Jefa de Estado. Desde que en febrero estalló el caso Caval, tanto Dávalos como su esposa parecen resguardar su independencia de La Moneda y no mantienen un especial compromiso político con el Gobierno. La pareja no ha logrado reconstruir una vida normal y, sin trabajo ni poder salir a la calle sin problemas, se ha dedicado sobre todo a preparar su defensa.

En los próximas semanas, la Fiscalía haría las primeras formalizaciones de la causa. Hasta ahora, el Palacio de La Moneda ha guardado silencio sobre las declaraciones de Dávalos, que dejan a la Presidenta en una incómoda posición ante su Gobierno y bloque.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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