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Alerta en Brasil por un virus vinculado a malformaciones en bebés

Los casos de microcefalia aumentan exponencialmente asociados a la picadura de un mosquito con el virus zika a embarazadas

Mosquitos Aedes aegypti, transmisores del virus zika, en el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo el pasado 8 de enero.
Mosquitos Aedes aegypti, transmisores del virus zika, en el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Sao Paulo el pasado 8 de enero.NELSON ALMEIDA (AFP)

En tan solo 51 días, entre noviembre del año pasado y enero de este año, el número de bebés y fetos con microcefalia, una malformación en la que el cerebro presenta un tamaño más pequeño de lo habitual, ha crecido un 377% en Brasil. El aumento exponencial de los casos, que ya han llegado a 3.530 y afecta a casi todos los Estados de Brasil, ha hecho que el país declare una situación de emergencia en salud pública. Aunque no está confirmada por completo, la relación entre este brote y un virus llamado zika transmitido por un mosquito, el Aedes aegypti, empieza a ser la opción más creíble.

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La preocupación ha rebasado las fronteras brasileñas y ahora el Centro de Control de Enfermedades de EE UU (CDC) estudia recomendar a las embarazadas que no viajen a países con zika, ha informado The New York Times (además de Brasil, Colombia, El Salvador, Guayana Francesa, Guatemala, Haití, Honduras, Martinica, México, Panamá, Puerto Rico, Paraguay, Surinam y Venezuela). Esto supondría un cambio importante. Hasta ahora, la única indicación que hacía este organismo, responsable de la política sanitaria de EE UU, era que las embarazadas –como el resto de la población- se protegieran de las picaduras de los mosquitos usando repelentes y mangas largas.

Descubierto por primera vez en el bosque de Zika, en Uganda, se mantuvo relativamente desconocido hasta 2007, cuando provocó un brote en la isla de Yap. Entre octubre 2013 y febrero de 2014, otro brote alcanzó la Polinesia Francesa. Brasil, que está acostumbrado a hacer frente a formas graves de dengue que provocan hemorragias, consideró la llegada del zika inofensiva, ya que los casos que llegaban a los hospitales evolucionaban sin gravedad. Por ello, no obligó a los sistemas de salud a notificar la enfermedad a las autoridades sanitarias federales.

Las claves de la enfermedad

¿Cuántos casos son? Hasta el 11 de enero, Brasil registró 3.530 casos sospechosos de bebés con sospechas de haber nacido con microcefalia debido al virus zika en 20 de los 26 Estados y en el Distrito Federal de Brasilia. El Gobierno también está investigando la muerte de 46 bebés

¿Qué es la enfermedad? Una malformación en la que el bebé nace con un perímetro cefálico más pequeño de lo normal (32 centímetros). Los niños con esta enfermedad pueden presentar secuelas graves para el desarrollo, como dificultad de visión, de audición y retraso mental. Los investigadores brasileños también han notado que los niños que nacen con microcefalia causada por el virus zika han mostrado anormalidades cerebrales tales como la calcificación de grandes áreas del cerebro, dilataciones y áreas de destrucción importantes, así como problemas en el globo ocular

¿Qué es el zika? Se trata de un virus que transmite el mismo Aedes aegypti, el mosquito vector de otras enfermedades, como el dengue, la fiebre amarilla y el chikunguña. Prolifera en el agua estancada limpia, como macetas y neumáticos y, por lo tanto, aumenta de circulación en los meses de lluvia

¿Dónde circula ya el virus? Se observó por primera vez en Uganda en 1947. Ha habido brotes importantes de la isla de Yap y en la Polinesia Francesa. Según la Organización Mundial de la Salud, hay casos autóctonos se han identificado en países de América como Colombia, Venezuela, México, Guatemala y Honduras, entre otros. Los EE UU también han confirmado un caso en Tejas, una mujer que había viajado a El Salvador.

Cuando los casos de microcefalia surgieron en Brasil y las madres de esos bebés comenzaron a relatar que habían presentado los síntomas de zika durante la gestación, se encendió una luz roja. La comprobación de la relación entre el zika y la explosión de casos de microcefalia vino mediante los análisis realizados en la sangre y los tejidos de un bebé con el cerebro más pequeño que nació muerto en Ceará (un Estado al noreste de Brasil) y que contenía el virus. El Gobierno brasileño pasaba a hacerle frente a “una situación sin precedentes en la investigación científica mundial”, según evaluó, sin ni siquiera saber cuál era el número de personas y, de forma más específica, de mujeres embarazadas que habían contraído el zika. En un cálculo aproximado, probablemente bastante subestimado, el Ministerio de Salud afirmó que cerca de 1,5 millones de personas pueden haber contraído la enfermedad el año pasado, teniendo en cuenta que un 80% tuvo el virus y no presentó ningún síntoma.

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Falta de repelente en algunas farmacias

El 21 de noviembre, el país ya contaba con 739 bebés o fetos con microcefalia. En el último informe, con datos del 11 de enero, había 2.791 casos más. Esta curva aumenta las preocupaciones por lo que sucederá en el futuro, porque el mosquito que transmite la enfermedad se reproduce con más intensidad en los meses del verano brasileño (ahora y hasta finales de marzo), que es cuando llueve más, ya que depende de agua limpia estancada para proliferar. En estos momentos, no hay otra forma de hacer frente a la epidemia de zika que no sea combatir al mosquito. Para ello, el país ha recurrido hasta al Ejército y a las policías locales, para buscar los potenciales focos de reproducción del Aedes aegypti. No son raras las imágenes de hombres uniformados que cargan por las calles de las ciudades neumáticos abandonados para evitar la acumulación de agua. Las directrices de que las mujeres embarazadas deben cubrirse de repelentes también causaron la falta del producto en muchas farmacias en el país.

Sin embargo, para los expertos, las medidas son tan solo paliativas. El país, de hecho, prevé que se va a enfrentar a una epidemia de zika en los próximos meses. “La situación es dramática. El Gobierno tardó ocho meses en actuar, pues debería haber tomado medidas cuando los primeros casos de zika comenzaron a surgir”, dijo Artur Timerman, presidente de la Sociedad Brasileña de Dengue y Arbovirosis y uno de los principales expertos del país. Él pone de relieve que el Gobierno ya debería, al menos, haber desarrollado una prueba serológica que hiciese posible identificar la enfermedad en grandes poblaciones, algo que aún no se ha hecho. “Ahora es urgente aislar rápidamente este virus e intentar crear una vacuna lo más rápido posible”, añade. El Gobierno brasileño dice que una vacuna para el zika tardará, como mínimo, dos años en llegar al mercado. Y, mientras tanto, el ministro de Salud, Marcelo Castro, señala que hay que “desear” que las mujeres contraigan el virus antes de entrar en su período fértil y, de ese modo, no necesiten una vacuna.

Aumento exponencial

Entre 2010 y 2014 el país había registrado entre 139 y 175 casos de microcefalia al año. En julio de 2015 los médicos de Pernambuco, un Estado del noreste del país, comenzaron a notar una cantidad anormal de fetos con el perímetro cefálico más pequeño de lo normal (32 centímetros). Pocos meses después, otros Estados, también del noreste, pasaron a notar un aumento en el nacimiento de bebés en la misma situación.

Los mismos Estados, al comienzo del año, habían registrado un aumento en sus hospitales de personas que se quejaban de fiebre, picores por el cuerpo y dolor en los ojos. Unos síntomas que en seguida se acreditaron al zika, un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que contagia la fiebre amarilla, el dengue y la dolorosa fiebre chikunguña.

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