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Brasil en liquidación

Con la crisis y la subida del dólar, las adquisiciones de empresas nacionales por parte de extranjeros superan a las de los brasileños

Monedas y billetes estadounidenses y brasileños.
Monedas y billetes estadounidenses y brasileños.EFE

La crisis económica y política brasileña y la apreciación de casi un 50% del dólar frente al real en los últimos 12 meses les han proporcionado a los inversores extranjeros el escenario ideal para desembarcar en el país. Por un lado, los empresarios brasileños están con la soga al cuello al ver cómo la desaceleración de la economía derriba la demanda y la subida del dólar aumenta la deuda. Por otro, los extranjeros con moneda fuerte en sus bolsillos encuentran la oportunidad de comprar activos brasileños a precios más bajos.

El año pasado el número de adquisiciones de empresas brasileñas por parte de extranjeros superó al de las transacciones de inversores nacionales, según un estudio de la multinacional de consultoría KPMG. En 2015, en cambio, las transacciones de fusiones y adquisiciones en Brasil cayeron un 5,5%, en comparación con el año anterior. “El actual escenario económico y la devaluación del real frente a las principales monedas extranjeras pueden haber acelerado la entrada y la expansión de las compañías internacionales en Brasil a pesar del empeoramiento de las expectativas de crecimiento y del riesgo país”, explica Luis Motta, socio de KPMG.

En 2015 se realizaron 773 fusiones y adquisiciones en Brasil. De ellas, 296 fueron de extranjeros que compraron empresas ubicadas en este país. Una cifra todavía mayor si se suman a las 102 transacciones realizadas entre extranjeros que vendieron o compraron empresas brasileñas el año pasado.

Los sectores de la economía brasileña con mayor número de transacciones fueron tecnología de la información (121 transacciones), empresas de internet (70 transacciones) y alimentos, bebidas y tabaco (65 transacciones).

La venta de la división de cosméticos de Hypermarcas, propietaria de líneas como Bozzano, Monange, Risqué y Biocolor, a la multinacional Coty, por 3.800 millones de reales (929 millones de dólares), fue una de las más significativas, en opinión de Rogério Gollo, socio de PwC Brasil y especialista en fusiones y adquisiciones. La estrategia de la empresa fue reducir su endeudamiento y centrarse en el área farmacéutica.

Para Gollo, compras como esas por parte de empresas extranjeras seguirán aumentando y la tendencia es que la diferencia entre las operaciones nacionales y las extranjeras también suba. “Las consultas sobre operaciones están aumentando y ahora, básicamente, el factor que atrae es el dólar”, explica. Este incentivo debe de seguir durante algún tiempo, según especialistas del mercado, que creen que la moneda norteamericana continuará al nivel de los cuatro reales. El miércoles el dólar se cotizaba a más de 4,10 reales. La cifra es la más alta desde septiembre.

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“Este movimiento de adquisiciones por parte de extranjeros es positivo, pues hay una entrada de recursos de forma permanente para operar en el país. Y quien vende puede invertir o realizar inversiones en Brasil, es el tipo de inversión que el país necesita”.

Los inversores con más apetito y que quieren aprovechar este Brasil barato son principalmente los sectores de tecnología, el de alimentación y el comercio minorista, explica Gollo. En términos de la cantidad de operaciones, los países que más han invertido en Brasil son los Estados Unidos y el Reino Unido. “Los chinos tienen fuerza, pero hacen operaciones en sectores específicos, como el de infraestructura”, dice Rogério Gollo.

Avance chino

Una de las mayores transacciones del pasado año se produjo en el sector eléctrico. Los chinos de la Corporación Tres Gargantas remataron las concesiones de las plantas hidroeléctricas de Jupiá e Ilha Solteira por 13.800 millones de reales (3.377 millones de dólares), a raíz de la reunión de la presidenta Dilma Rousseff y del primer ministro chino, Li Kiqiang, el año pasado. Otra operación importante se produjo en noviembre, cuando el grupo chino NHA hizo oficial la adquisición del 23,7% de la aerolínea Azul, en una transacción de 1.700 millones de reales (416 millones de dólares). 

El embajador Luiz Augusto de Castro, presidente del Consejo Empresarial Brasil-China, también está de acuerdo en que, a pesar de la recesión, hay una tendencia a comprar activos brasileños. “Brasil es una economía importante, un gran mercado. La crisis espanta a los inversores que piensan en un plazo relativamente corto. Sin embargo, quienes tienen una visión más estratégica y piensan en resultados dentro de 10 años quieren comprar ahora. Saben que la recesión pasará”, afirma.

En el caso de China, la inversión en Brasil va más allá de los precios más bajos de los activos. La estrategia consiste en exportar capitales en un momento de transición de modelo económico. “Pero este cambio, que tendrá más énfasis en el mercado interno, todavía tardará un poco. La economía china creció inmensamente basada en las exportaciones y en este momento tiene una gran capacidad ociosa, con excedente de capital, y no tiene dónde invertir. Por su parte, Brasil carece de inversiones de infraestructura, lo que les interesa”, explica.

Los inversores chinos se preparan también para entrar en el sector de carreteras en Brasil. Según el diario Valor Econômico, están en negociaciones avanzadas para adquirir la BR-153, en el tramo entre Anápolis (GO) y Palmas (TO), otorgado a Galvão Ingeniería, que está involucrada en la operación anticorrupción Lava Jato y nunca comenzó las obras de la carretera. La española Ferrovial también ha mostrado interés en las próximas licitaciones de aeropuertos y carreteras de Brasil, según Valor Econômico.

Eólicas 

El discurso es similar en otros sectores y con capital de orígenes diversos. Este mes, Cúbico Inversiones Sostenibles, una empresa que tiene al banco español Santander y a fondos canadienses como accionistas, anunció la compra de dos complejos eólicos por casi 2.000 millones de reales (489 millones de dólares), incluyendo deudas, de la desarrolladora brasileña Casa dos Ventos. Las instalaciones se encuentran en la región noreste del país. El jefe de Cúbico Brasil, Eduardo Klepacz, fue claro, según Reuters, al poner de relieve que la solidez financiera de la empresa será un “diferencial” en el momento actual del mercado brasileño de energía eléctrica, en el que las empresas sufren dificultades para captar recursos. “Estamos haciendo una apuesta a largo plazo”, dijo.

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