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“Los problemas con el Gobierno no se resuelven por las armas. Esto no puede pasar en América”

El sheriff del condado de Harney, Oregón, donde están atrincherados unos rancheros contra el Gobierno de EE UU, hace un emotivo llamamiento a la resolución pacíficia del conflicto

Pablo Ximénez de Sandoval
El sheriff de Harney, Dave Ward, en la rueda de prensa.
El sheriff de Harney, Dave Ward, en la rueda de prensa.AP

Al sheriff del condado de Harney, Oregón, se le quebró la voz este miércoles al decir estas palabras: “Si tenemos problemas con el Gobierno tenemos la responsabilidad como ciudadanos de actuar de manera apropiada. No tomamos las armas y nos rebelamos, trabajamos en los canales adecuados. Esto no puede volver a pasar. Esto no puede pasar en América y no puede pasar en el condado de Harney”. El sheriff se llama Dave Ward y esto fue lo que dijo, visiblemente emocionado, en una rueda de prensa al día siguiente de que muriera una persona a tiros durante la detención de los líderes de una protesta de rancheros que ha tenido a su condado en vilo durante casi un mes.

En la noche del martes, el FBI y las fuerzas locales procedieron a la detención de Ammon Bundy, su hermano Ryan y otras tres personas en una carretera de la localidad de Burns, Oregón, cuando se dirigían a un pueblo cercano. Los Bundy son los líderes de una protesta de rancheros extremistas que el pasado 2 de enero ocuparon un refugio forestal público en la reserva natural de Mahleur, condado de Harney, un lugar remoto del interior de Oregón. En la detención murió uno de los rancheros, Robert LaVoy Finicum, que actuaba como portavoz del grupo.

La nota de la oficina federal sobre el incidente no aportaba ningún detalle de cómo se produjo. Solo asegura que durante la detención "hubo disparos", pero no de quién ni en qué momento. El agente especial al cargo del FBI en Oregón, Greg Bretzing, rechazó este miércoles aclarar más detalles porque se trata de una investigación aún abierta.

Los extremistas están fuertemente armados y evitar una confrontación a tiros ha sido una prioridad desde el primer momento para las autoridades. El episodio de violencia del martes ha disparado la tensión. El sheriff Ward dejó patente este miércoles su frustración con lo que había pasado: "He estado trabajando para resolver esto pacíficamente desde el principio, cuando los individuos arrestados anoche vinieron a mi oficina con demandas que no podía aceptar", dijo. "Esto no tenía que haber sucedido. Todos tomamos decisiones en la vida y a veces salen mal".

La situación al día siguiente es confusa. Lo que empezó como una milicia de varios cientos de hombres armados ahora es de unas decenas de personas que permanecen atrincheradas dentro del refugio. El FBI ha acordonado la zona y no se puede entrar ni salir sin ser identificado. Las informaciones del interior del refugio son confusas y se basan en conversaciones telefónicas de los atrincherados con los medios locales. En estas conversaciones los líderes de la protesta aseguran que van a resistir. Si están dispuestos a un enfrentamiento armado con las fuerzas federales es lo que no está claro.

A este respecto, el sheriff dijo: “Es hora de que todo el mundo en esta ocupación ilegal pase página. No debe haber un baño de sangre en nuestra comunidad”. El agente Bretzing dijo que todos los actuales ocupantes del refugio son “libres de salir”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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