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Argentina ofrece pagar 6.500 millones de dólares a los fondos buitre

El Gobierno de Macri propone una quita del 25% para resolver un problema clave

Carlos E. Cué
El presidente de Argentina, Mauricio Macri.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri. EFE

Una de las negociaciones más importantes para el Gobierno de Mauricio Macri, la de los fondos buitre, ha comenzado ya en serio con una oferta encima de la mesa del Ejecutivo Argentino: 6.500 millones de dólares. Es lo que propone pagar a los fondos buitre para resolver un conflicto que arrastra desde 2010 y que tiene bloqueado el acceso de Argentina a los grandes mercados financieros. Es mucho más dinero del que invirtieron esos fondos buitre y del que pedían hace unos años, cuando empezó el conflicto. Pero es mucho menos, el 25% menos, de los 9.000 millones de dólares que Argentina tendría que pagar si sigue adelante el proceso judicial que lleva el juez de Nueva York Thomas Griesa.

"Esta es la primera vez que Argentina hace una oferta formal a los holdouts. Este acuerdo de reestructuración preliminar ya ha sido aceptado por algunos fondos principales, como Montreux Partners o Dart Management. Esta aceptación se suma al acuerdo alcanzado previamente con los 50.000 bonistas italianos de TFA", asegura el Gobierno argentino en un comunicado. Efectivamente, este país acaba de alcanzar un acuerdo con los acreedores italianos y ahora confía en que los fondos buitre más duros de EEUU, como el de Paul Singer, acepten una quita importante. Para ellos en cualquier caso supone una ganancia enorme sobre lo invertido para comprar esta deuda, pero la negociación acaba de comenzar.

Ahora hay que esperar la contraoferta de los fondos buitre pero lo que es evidente es que Macri quiere pagar y resolver rápido este problema para poder acceder a los mercados internacionales. Desde la oposición critican esta negociación porque creen que Argentina está entregando su soberanía a unos fondos que se especializan en aprovecharse de países con problemas. El comunicado también aclara algo evidente: cualquier acuerdo tendrá que pasar por el Congreso argentino, donde Macri no tiene mayoría pero puede contar con apoyos porque la oposición kirchnerista se está fracturando. Esta batalla clave del Ejecutivo de Macri parece encaminada pero aún quedan muchos pasos y sobre todo saber cómo reaccionan los fondos buitre ante esta oferta.

 El comunicado desde Nueva York del mediador, Daniel Pollack, muestra la importancia de la oferta argentina y la presión que él mismo está lanzando sobre los fondos buitre que no aceptan de momento esta cantidad, en especial el más duro, el de Singer. Pollack habla de "gran progreso" y señala: "El litigio lleva ya casi 15 años desde el default de 2001 y la propuesta argentina es un avance histórico que, si se dan las condiciones que acabo de describir, le permitirá a Argentina reingresar al mercado internacional financiero para recaudar el capital que tanto necesita. He hablado personalmente hoy por teléfono con Mauricio Macri y, más temprano, con el Ministro de Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Ambos tuvieron una posición sólida respecto a su propuesta. Ambos mostraron ánimo y flexibilidad para negociar este problema de larga data que ellos no causaron. También deseo informar los incansables y significativos aportes de su equipo en Nueva York, liderado por el Secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el Vicejefe de Gabinete, Mario Quintana. Otros miembros de su equipo también trabajaron incansablemente para facilitar las negociaciones y hubo muchos ministros en Buenos Aires que, a pesar de no estar físicamente presentes, fueron importantes en el proceso, en especial el Jefe de Gabinete, Marcos Peña", dice el texto, mostrando la importancia política de la decisión de Macri de pagar después de la negativa durante años del Gobierno de los Kirchner, que consideraban abusivas las condiciones impuestas por los fondosbuitre.

"Dos de los seis líderes “holdout” tuvieron éxito en hacerlo y firmaron los acuerdos; cuatro de los seis todavía tienen que llegar a un acuerdo. Tengo la firme esperanza de que, con las continuas negociaciones, el resto de los bonistas también firmen estos acuerdos. Del lado de los Bonistas “holdout” están todos trabajando constructivamente para alcanzar ese fin", remata Pollack como forma evidente de presión a los que aún se resisten a firmar.

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