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Tranquilidad en el Levi's Stadium antes de la Super Bowl

San Francisco se prepara para la final de la liga de Fútbol Americano este domingo. 70.000 espectadores verán el juego en el estadio

Stephen Hill, de los Carolina Panthers, se toma una selfie en el estadio.
Stephen Hill, de los Carolina Panthers, se toma una selfie en el estadio.Marcio Jose Sanchez (AP)

Las butacas rojas vacías del Levi’s Stadium de Santa Clara brillaban esta mañana. Hoy sólo se escuchaban los motores de los aviones que cada diez minutos surcaban el cielo azul de la bahía de San Francisco. Mañana, 70,000 espectadores jugarán la Super Bowl desde las gradas y los aviones no se oirán.

Todo está casi listo para la gran cita. Escoltados por camionetas blindadas de la policía militar, distintos camiones entran en las instalaciones del Levi’s Stadium para ultimar los detalles antes de la Super Bowl. Los policías, un tanto nerviosos, recuerdan constantemente a los peatones que no se salgan de la acera y se mantengan por fuera del perímetro de seguridad del estadio.

En los aledaños del estadio de Santa Clara, los fieles de esta religión llamada NFL pasean apurando las últimas horas tranquilas antes de la locura de mañana. Grupos de chavales, familias, parejas jóvenes, incluso bebés. Camisetas de los Broncos y de los Panthers, pero también de los Oakland Raiders, los Miami Dolphins o los locales, los 49ers de San Francisco. Es una fiesta para los amantes del fútbol americano, no sólo un duelo entre dos equipos.

A lo lejos, la música alta irrumpe de la zona sur del estadio. A media mañana comenzaba una fiesta VIP para las familias de los jugadores. Y, efectivamente, cinco minutos después entran en el complejo hasta seis autocares con las familias de los jugadores de Denver. Entre abuelos, madres y padres, hay niños y mujeres con tacones, presuntamente las esposas de los jugadores, que parecen ir más a una pasarela que a una fiesta de fútbol americano al aire libre. Todos portan la camiseta naranja de los Broncos.

Al otro lado, del estadio algunos espera en fila para comprar camisetas y gorras de sus jugadores y equipos favoritos. Parece que las regalan. Esperarían horas si hiciera falta. La fiebre NFL puede con todo. Mientras, otros espectadores igualmente pacientes, esperan para sacarse una foto con una de las estatuas “50” que el comité organizador de la Super Bowl ha desplegado por todo San Francisco y los aledaños del Levi’s.

Hoy, los transeúntes pasean, fotografían, intercambian risas casuales. El ritual de las fotos, las camisetas, y las cervezas previas al partido son igual, o más importantes que el partido en sí. Hoy, los aficionados, esperan con calma el partido de mañana, casi sin ganas de que llegue, porque a partir de mañana por la noche ya no habrá más domingos de NFL hasta la temporada que viene. Pero mañana, la autopista 101 que conecta San Francisco con el Levi’s Stadium de Santa Clara se colapsará. Desde pronto por la mañana, los aficionados se congregarán en las tradicionales fiestas tailgate que preceden los partidos de la NFL. Y entrarán a las 3:30 de la tarde al Levi’s sintiéndose un jugador más, creyendo que de ellos, de sus cánticos, dependerá la victoria de su equipo en la Super Bowl.

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