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La ayuda humanitaria llega a cinco localidades sitiadas en Siria

Un centenar de camiones llega a una parte de las 15 poblaciones cercadas en el país

Un convoy de ayuda humanitaria de la ONU y la Media Luna Roja aguarda este miércoles a las puertas de la localidad sitiada de Moaadamiye, en Siria.
Un convoy de ayuda humanitaria de la ONU y la Media Luna Roja aguarda este miércoles a las puertas de la localidad sitiada de Moaadamiye, en Siria.N. S.

Tras 675 días de cerco de las tropas gubernamentales sirias, un convoy de ayuda humanitaria de Naciones Unidas y la Media Luna Roja (SARC) entró este miércoles en Muadamiya, a 10 kilómetros de la capital. El inesperado encuentro en Damasco entre el enviado especial de la ONU, Steffan De Mistura, y el ministro de Defensa sirio, Walid Mouallem, se plasmaba en el envío de 100 camiones cargados de ayuda a cinco de las 15 localidades cercadas en el país.

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En el último control militar del Ejército sirio antes de Muadamiya, Malek de 16 años, observa la llegada de los camiones con el sello de la Unión Europea y la Media Luna Roja. Su madre, Um Malek, y sus tres hermanas pequeñas están atrapadas dentro de la localidad junto con 27.000 vecinos. “No hay electricidad, ni tampoco queda combustible para los generadores”, dice Um Malek al teléfono desde el interior de Muadamiya. El kilo de arroz cuesta 13 euros, frente al euro de hace un año. Apenas un puñado de personas puede franquear el doble control impuesto por rebeldes y militares para comerciar de contrabando con los pocos kilos de alimentos que logran llevarse.

Es obligación del Gobierno sirio permitir a la ONU proporcionar ayuda humanitaria”, declaraba De Mistura 24 horas antes en la capital siria. El acuerdo prevé por primera vez un acceso continuado de la ayuda a las poblaciones asediadas por ambos bandos. El apresurado acuerdo se convertía este miércoles en una penosa carrera de obstáculos para los trabajadores humanitarios, que tardarán 12 horas en descargar 35 camiones en Muadamiya. “Llevamos 4.500 cajas de alimentos, 8.800 sacos de harina y medicamentos”, explica Mohannad Assadi, del departamento de comunicación de las SARC. Se trata del segundo convoy que logra romper el cerco en lo que va de año.

“El Gobierno se ha comprometido a que las distribuciones en las poblaciones cercadas sean continuas”, asegura Assadi. Un llamamiento que ha cobrado fuerza desde que, a principios de año, decenas de imágenes de lactantes y ancianos fallecidos por hambruna en Madaya sacudieran a la opinión pública. Según la ONU, 4,5 millones de sirios viven en zonas de difícil acceso. Al menos 480,000 se encuentran asediados en 15 localidades.

En Fouaa y Kafraya —cercadas por rebeldes al norte del país— y Madaya y Zabadani —asediadas por tropas regulares en la periferia damasquina—, los camiones estaban a última hora de la noche aún en las zonas entre ambos bandos.

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Sin vuelta a casa

Junto a las barreras de Muadamiya se divisan varios civiles bajo el sol. Malek escudriña las siluetas en busca de la de su madre. A cada convoy, repite el mismo ritual, sin que por ello le hayan permitido cruzar junto a su familia. “Lo intentaré de nuevo en el próximo convoy”, dice resignado y con los ojos enrojecidos. En abril de 2014, al terminar su jornada en el restaurante donde trabaja, Malek no pudo regresar a casa. El Ejército sirio sellaba la única entrada de la localidad. Este jueves habrá de regresar al restaurante convertido en su dormitorio.

A las puertas de la ciudad sitiada, soldados regulares registran los camiones. En unas antiguas oficinas reconvertidas en garita, éstos no ocultan su indignación. “Se trata de un montaje mediático de la ONU”, protesta Hassan Gandour, líder del Comité de Reconciliación Nacional. Gandour asegura que el Gobierno de Damasco distribuye comida asiduamente e incluso mantiene los sueldos de los profesores que imparten clase a hasta 5.000 niños en la localidad.

Oriundo de Muadamiya, Ghandour conoce a muchos de los rebeldes de dentro. Son desde el antiguo panadero al médico de su barrio. Acusa a los países del Golfo de perpetuar la guerra a base de talones. “Ya hemos recuperado a nuestro lado cerca de 1.000 de los 2.800 armados. Aunque haya 17 Ginebras, están todas abocadas al fracaso. Tan solo la iniciativa civil de reconciliación logrará traer una paz duradera en Siria”, valora este líder local, a escasas horas del vaticinado, aunque poco probable, alto el fuego en Siria.

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