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“¿Quiénes son estos alemanes?”

Un refugiados sirio causa sensación con un vídeo de denuncia grabado en Berlín

Imagen del vídeo que Firas al-Shater (derecha) colgó en YouTube.
Imagen del vídeo que Firas al-Shater (derecha) colgó en YouTube.

Hasta hace tan solo dos semanas, Firas al-Shater, un refugiado sirio que vive desde hace dos años y medio en Berlín, era un perfecto desconocido. Su meta en la vida era terminar los estudios en una academia de cine para poder dedicarse a rodar documentales con fuerte contenido social. Pero el joven aprendiz de cineasta de 25 años, que habla un alemán excelente, tuvo una idea genial, que lo ha convertido en el refugiado más famoso del país, alabado por la prensa de todos los colores y aplaudido y venerado en las redes sociales.

El joven, que ya había dado sus primeros pasos de cineasta en su país, colgó un vídeo de tres minutos en YouTube y también en una web dedicada a los refugiados donde se formula una pregunta que tiene una profunda actualidad en un país que ha recibido más de un millón de refugiados. “¿Quiénes son, en realidad, estos alemanes?”, se pregunta Firas en el vídeo.

Para buscar una respuesta, el joven decidió recurrir a una provocación. Un buen día apareció en la Alexander Platz, se tapó los ojos con un pañuelo y escribió en un cartel una frase provocativa. “Soy un refugiado sirio. Yo tengo confianza en ti. ¿Tú confías en mí? ¡Abrázame!”. La reacción de los transeúntes tardó en llegar, pero el resultado final convenció a Firas para colgar el vídeo en YouTube, donde cuenta algunos detalles de su vida en Siria y las conclusiones que logró sacar después de su experimento.

Sentado en un sofá pasado de moda, Firas, que luce aretes en sus dos orejas, un pequeño piercing que le atraviesa el labio inferior y una tupida barba, cuenta que nació en Siria y que se dedicaba a hacer documentales, cuando no le enviaban a prisión. “Llegué a Berlín y quería aprender el idioma y conocer a la gente, pero antes que nada, quería saber qué tipo de gentes son estos alemanes”.

“La primera persona que me abrazó fue un turista que quiso hacerse un selfie”, cuenta el joven. “Pero después de un tiempo, la gente comenzó a acercarse”. Fue entonces cuando Firas llegó a la conclusión de que los alemanes, cuando comienzan con algo, son incapaces de parar.

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Creo que la integración [de los refugiados] será un éxito

“Aprendí que los alemanes necesitan más tiempo, pero luego no pueden parar. Por eso, creo que la integración [de los refugiados] será un éxito”, afirma con una amplia sonrisa dibujada en su cara.

El vídeo de Firas al-Shater ya ha sido visualizado por más de 400.000 personas en YouTube. El éxito es fácil de explicar en un país donde una gran mayoría de alemanes se interroga cada día sobre las consecuencias que tiene para el país la llegada de cientos de miles de refugiados, en su mayoría musulmanes. ¿Son buenos profesionales, son buenos trabajadores, son gente honesta o son peligrosos?

Firas le da la vuelta al tema y con ingenuidad, humor y una buena pizca de ironía decidió enviar un mensaje amable y conciliador a sus anfitriones. Aunque su vídeo no acabará con la campaña que llevan a cabo grupos de ultraderecha contra los refugiados, ya ha conseguido que mucha gente vea a los refugiados con otros ojos.

Firas aprendió el arte de comunicarse con la gente en Damasco, donde estudió actuación. Cuando estalló la primavera árabe y se iniciaron las manifestaciones contra del régimen de Bachar el Asad, el aprendiz de actor no dudó un instante y se sumó a las protestas, una decisión que le costó la expulsión de la universidad.

Su siguiente paso fue conseguir una cámara para mostrarle al mundo lo que estaba pasando en su país. Los servicios secretos lo detuvieron, lo torturaron y después de nueve meses pudo recuperar la libertad. Su familia había pagado por ella. Después de vivir una breve temporada en Turquía, Firas logró llegar a Berlín para participar en un proyecto cinematográfico sobre su país.

En la capital alemana Firas decidió no regresar Siria y se convirtió, a causa de la represión que había vivido, en un asilado político.

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