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La declaración de 15 horas de un espía da un vuelco a la causa Nisman

Stiuso declara ante una juez y abona las sospechas de que el fiscal fue asesinado

Alejandro Rebossio
Policías argentinos trasladan el cuerpo del fiscal Alberto Nisman la noche del 19 de enero de 2015 en que fue hallado muerto en su piso.
Policías argentinos trasladan el cuerpo del fiscal Alberto Nisman la noche del 19 de enero de 2015 en que fue hallado muerto en su piso.MARCOS BRINDICCI (REUTERS)

La hipótesis de que el fiscal argentino Alberto Nisman fue asesinado por sus investigaciones sobre el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) va cobrando fuerza un año y un mes después de su muerte. Hasta ahora, la juez y la fiscal de la justicia de Buenos Aires que investigaban su deceso se inclinaban más por la tesis del suicido que por la del crimen, pero la primera de ellas ha cambiado de opinión. La juez Fabiana Palmaghini se declaró este martes incompetente en el caso y pidió que lo empezara a abordar la justicia federal ante la sospecha de que habría sido ejecutado por el cumplimiento de su misión como funcionario. Palmaghini modificó su parecer después de que este lunes escuchara durante 15 horas el testimonio del exjefe de Contrainteligencia de Argentina Jaime Stiuso, espía que mantenía una gran influencia sobre Nisman.

Si se trataba de un suicidio, la justicia local podía investigar el caso, pero el presunto carácter político del homicidio obliga a derivarlo a los tribunales federales. "La muerte (de Nisman) estaba íntimamente vinculada al trabajo que estaba realizando", dijo Stiuso a Palmaghini, según el escrito judicial al que ha tenido el periódico 'La Nación'. La juez también pidió que el caso pasara a manos federales ante su creencia de que la escena del crimen pudo haber sido "contaminada" por policías y familiares la noche del 19 de enero de 2015 en que fue hallado muerto el fiscal en su piso de Buenos Aires. Además sospecha que los ordenadores y móviles de Nisman también pudieron haber sido adulterados. 

En Argentina se sospecha desde hace décadas que la justicia federal está muy influida por los poderes políticos, pero tampoco la juez y la fiscal de Buenos Aires habían logrado avanzar en la resolución del misterio del deceso de Nisman. “Que no se sepa nada del caso Nisman es impunidad”, había dicho en febrero pasado el presidente de la Corte Suprema de Argentina, Ricardo Lorenzetti, a El País.

La declaración del espía Stiuso cambió el devenir del caso. No se sabe con precisión qué dijo el exjefe de Contrainteligencia, pero está claro que levantó sospechas firmes de que Nisman fue asesinado por su investigación, que apunta no solo a los presuntos autores iraníes del ataque terrorista que mató a 85 personas en Buenos Aires en 1994 sino también a los que, según él, era sus supuestos encubridores, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y otros exfuncionarios y militantes kirchneristas. Días antes de morir, Nisman apuntó contra Kirchner porque consideró que había protegido a los presuntos terroristas al firmar en 2013 un memorandum de entendimiento con Irán para que estos acusados declararan en la justicia de su país, en lugar de rendir cuentas ante la de Argentina. La entonces jefa de Estado había reclamado siempre contra Teherán por la extradición de los imputados, pero, a la par que se acercaba a la política exterior de Venezuela, decidió pactar con el Gobierno iraní con el argumento de que la estrategia anterior había resultado infructuosa.

Stiuso ha sido uno de los espías más poderosos de Argentina durante décadas hasta que Kirchner lo echó un mes antes de la muerte de Nisman. Sobre él recaen también sospechas. El mismo lunes en que declaró ante la juez Palmaghini, fue denunciado por presunto lavado de dinero por el concejal porteño Gustavo Vera.

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