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Frei Betto: “Lula sería bastante tonto si tratase de esconder algo indebido”

Para el escritor y religioso, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores, el juez Moro benefició sin querer al partido

Frei Betto, en una imagen de 2010.
Frei Betto, en una imagen de 2010.Carlos Cecconello (Folhapress)

Para Frei Betto, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores (PT) e integrante del primer mandato del entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el interrogatorio del expresidente por parte de la policía federal, el pasado viernes, constituyó un “abuso de autoridad” y le dio un mayor impulso al partido, que pasaba por una etapa de baja autoestima debido a las denuncias de corrupción.

Coordinador del programa social Hambre Cero, que al principio de la era Lula fue sustituido por el actual Bolsa Familia, escribió dos libros en los que analizó los Gobiernos del PT: La mosca azul - Reflexión sobre el poder y Calendario del poder. Desde Quito, adonde fue esta semana para dar conferencias, respondió por email a las preguntas de EL PAÍS sobre el momento político actual.

Pregunta. ¿Cómo evalúa la conducción coercitiva (obligación a declarar) del expresidente Lula?

Respuesta. Lo veo como un abuso de autoridad. El juez Sérgio Moro tiene el deber de respetar a los expresidentes de la República, Lula inclusive. El Ministerio Público y la policía federal podrían haber interrogado a Lula en su casa, no había necesidad de aquella pirotecnia del coche patrulla, hombres armados, etc. La dictadura militar trató mejor expresidente Juscelino Kubitschek, al interrogarlo, que la democracia a Lula.

P. ¿Cómo ve la reacción del PT de pedirle a sus afiliados que saliesen a la calle? ¿Cree que la polarización entre los lados se puede convertir en algo grave para el país?

R. El juez Sérgio Moro, sin querer, benefició al PT, que, debido a las denuncias de corrupción a algunos de sus líderes, andaba con la autoestima baja. El apoyo de amplios sectores de la población a Lula demuestra que sigue siendo un líder de masas, tal vez el único en el Brasil de hoy. Creo que no habrá polarizaciones graves, más allá de discusiones y empujones y algunos golpes. Sin embargo, me preocupa el hecho de que el PT no haya aprovechado sus 12 años en el Gobierno para politizar a la nación. Por eso, hoy en día, el debate político es más emocional que racional.

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P. ¿Cree que la base del PT aún está dispuesta a defender a Lula, incluso ante las sospechas de corrupción y los cortes realizados por el Gobierno Dilma?

R. Sí. La base del PT la integran el movimiento sindical, movimientos populares, sectores de las pastorales populares de la Iglesia Católica y un amplio contingente de votantes. Aunque critique la desastrosa política de ajuste fiscal del Gobierno Dilma, esta base se moviliza cuando se trata de evitar el proceso de destitución y el retorno de la derecha al Ejecutivo federal.

P. ¿Usted cree en la inocencia del expresidente Lula?

A. No tengo ninguna razón para dudar de la integridad de Lula. Sería muy tonto si, con una historia de vida tan expuesta, tratase de esconder algo indebido.

P. ¿Cómo ve el hecho de que el expresidente viva y use con frecuencia inmuebles de amigos?

R. Es una opción suya, no tiene nada de ilegal, ilícito o inmoral.

P. ¿Cómo ve el futuro del PT? ¿Qué necesita el partido para salir de esta crisis?

R. Necesita hacer una profunda autocrítica. Aunque los Gobiernos Lula y el primer mandato de Dilma hayan sido los mejores de nuestra historia republicana, se cometieron muchos errores en esos 12 años de Gobierno. Uno de ellos, el haber priorizado el acceso de los brasileños a bienes personales, tales como automóviles, electrodomésticos (nevera, cocina, microondas, etc.), televisor en color, teléfono móvil, etc. Debería haberse priorizado el acceso a bienes sociales, como la educación, la salud, la vivienda, el saneamiento, el transporte, la seguridad, etc. Resultado: se creó una nación de consumistas y no de ciudadanos. De ahí la rabia de amplios sectores que, sacrificados por el aumento de la inflación y el desempleo (que ya supera los dos dígitos), ya no pueden comprar como antes.

P. Lula ya se ha lanzado como candidato para 2018. ¿Él mismo debe presentarse o cree que es hora de que el PT se aleje del poder y se reestructure?

R. Lula solo no será candidato a presidente en 2018 si muere antes o si Dilma concluye su mandato con menos de un 10% de aprobación.

P. ¿Cuál es el camino para el Gobierno Rousseff?

R. Cambiar la política económica, movilizar el apoyo de los movimientos sociales, promover reformas estructurales, como la política, la agraria y la fiscal.

P. ¿Cambiar la política económica significa un retorno al desarrollismo? Los economistas creen que eso podría ser peligroso para el país en este momento.

R. Peligrosa es esta recesión, agravada por el aumento de la inflación y del desempleo. No soy economista, pero si de lo que se trata es de hacer un ajuste fiscal, el Gobierno debería, en primer lugar, exigirles sacrificios a los que más tienen. Promover una reforma fiscal que obligue a los más ricos, a las 5.000 familias brasileñas que poseen un 49% del PIB, a que contribuyan más. Hay que imponer un sistema tributario justo.

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