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ENTREVISTA A CARLOS GUTIÉRREZ, EXSECRETARIO DE COMERCIO DE EE UU

“En el último año hemos avanzado más que en 55 años”

El presidente del Consejo Empresarial Estados Unidos-Cuba analiza el viaje de Obama

Silvia Ayuso
Carlos Gutiérrez, en una imagen de archivo
Carlos Gutiérrez, en una imagen de archivoAFP

Carlos Gutiérrez (Cuba, 1953) acaba de realizar su último viaje a Cuba, en vísperas de la histórica primera visita del presidente Barack Obama.

Para Gutiérrez, que actualmente preside el Consejo Empresarial Estados Unidos-Cuba de la Cámara de Comercio norteamericana, es su quinto viaje en medio año. O en más de medio siglo. Porque desde que abandonó la isla con sus padres en 1960, el que fuera secretario de Comercio del presidente republicano George W. Bush no había vuelto a poner pie en su país de origen hasta que en agosto acompañó al secretario de Estado, John Kerry, a reabrir la embajada estadounidense en La Habana. Nada mal para un hombre que recibió en un principio con gran recelo el anuncio de la normalización de relaciones.

Pregunta: ¿Cómo valora el viaje del presidente Obama?

Respuesta: Creo que es una muy buena idea, tiene un simbolismo muy importante. Y creo que vamos a ver todos que los cubanos están felices, que esto es algo que quiere el pueblo cubano, una normalización entre Estados Unidos y Cuba.

P: Hay quienes afirman que Cuba no ha hecho aún lo suficiente en materia económica ni de derechos humanos para merecer este “premio”.

R: En el último año se ha avanzado más que en los últimos 55 años. Se está usando mucho más el WiFi en Cuba, hay ya dos acuerdos con compañías americanas, Sprint y Verizon, ya hay un acuerdo de líneas aéreas para que se pueda volar sin un vuelo chárter o tener que hacer cosas ridículas para llegar a Cuba. Hay más actividad del sector privado de Cuba, más negocios privados. Cuba está cambiando. Y lo que mucha gente tiene que comprender es que el derecho a trabajar, a ganarse la vida es también un derecho humano, un derecho fundamental. No sé por qué la gente dice que no están avanzando en derechos humanos.

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P: Usted salió de niño de Cuba, trabajó para la administración Bush, que endureció el embargo, y primero fue escéptico con la normalización de relaciones. ¿A qué se debe su conversión?

R: Estas cosas no pasan de un momento a otro. He estado la vida entera pensando en Cuba y leyendo sobre Cuba. Pero para mí lo más importante fue el día que visité Cuba. Es muy difícil ir a Cuba y regresar y pensar que las sanciones son buenas. Estamos dañando al pueblo, que necesita ayuda, y no creo que sea una política que favorezca a la imagen de EE UU ante la historia, porque ya pasaron 57 años. Cuba quiere cambiar y empezar a permitir una especie de economía mixta con empresas libres y creo que tenemos casi el deber de ayudar al pueblo.

P: ¿Cómo trata de convencer a otros republicanos, y también algunos demócratas, escépticos con este proceso?

R: Si Cuba está cambiando económicamente, y creo que está cambiando hacia una dirección de la cual estamos de acuerdo, entonces es cosa de ayudar a los cubanos. No puedo imaginar un solo cubano que viva en Cuba que piense que las sanciones son una buena idea. Hay que ir a Cuba, hay que reconocer que esto es para el pueblo, para el país, la tierra natal de mucha gente de aquí de Miami, la tierra natal de sus padres, de sus abuelos, ¿por qué no tener un poco de interés en ayudar a la gente y en ayudar a la tierra? Esa es la oportunidad que tenemos y sería una lástima no aprovecharla para ayudar a los cubanos.

P: Como líder empresarial, ¿por qué interesa tanto una isla pequeña y relativamente pobre a los empresarios estadounidenses?

R: Esa es la gran pregunta de la historia, por qué tanta gente se enamora de ese país. Cuba son 11 millones de habitantes, pero tiene una ubicación estratégica, tiene una fuerza de trabajo altamente calificada; el problema es que hay ingenieros manejando taxis porque no pueden conseguir un trabajo donde apliquen lo que aprendieron. Pero Cuba lo tiene todo: agricultura, ubicación, lugares turísticos únicos… Cuba siempre ha estado arriba de su potencial. Y creo que Cuba, con un poco de energía de un sector no estatal, con más inversión extranjera, puede ser una gran economía. Y creo eso lo ve mucha gente. El consumo per cápita en Cuba algún día va a ser mucho más alto.

P: ¿Qué le falta a Cuba para estar al mismo ritmo de cambios que EE UU?

R: No cabe duda que ha habido una cierta falta de paciencia, la gente, las empresas piden que esto se mueva más rápido, y sí, es un poco lento, hay que tomar viajes a La Habana, regresar, hablar con OFAC… en Cuba también están tomando pasos muy cautelosos. A pesar de eso, ha habido ya cinco o seis empresas que han hecho un acuerdo con Cuba.

Hay mucho que hacer de ambos lados. EE UU puede ayudar mucho a que Cuba reingrese en las instituciones financieras internacionales. Una de las cosas importantes de la visita de Obama es que va a contribuir a que, más y más, este proceso sea irreversible.

P: Ha pasado ya más de un año y en el Congreso no ha avanzado ninguna ley para acabar con el embargo. ¿Es usted optimista que esto pueda suceder pronto?

R: Me gusta pensar en sanciones, porque hablamos del embargo y no es una unidad, sino una cantidad de reglamentos complejos bastante profundos. Creo que lo que va a suceder es que se van a ir quitando algunas sanciones poco a poco. No veo un voto que quite el embargo en su totalidad, pero sí veo por ejemplo la provisión de viajes, es lo primero que se puede cambiar. Pero va a tardar un poco más para todas las sanciones en su totalidad. Hay muchas complejidades y también se están negociando las expropiaciones.

P: ¿Queda espacio para que Obama pueda actuar por su cuenta?

R: Sí, pero el factor son las elecciones presidenciales, quién sale. Si es (Hillary) Clinton, creo que eso favorece una continuación del ritmo que existe hoy. ¿Y si sale Donald Trump? Ahí nadie sabe, nadie sabe quién es Donald Trump.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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