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La miliciana que combate al ISIS

Um Alí es su nombre de guerra. Tiene 44 años y es la única mujer que ha luchado contra el Estado Islámico en Al Qariatein

Natalia Sancha
Um Alí posa con su arma en el centro del poblado sirio Al Qariaten tras combatir y expulsar de la aldea al ISIS.
Um Alí posa con su arma en el centro del poblado sirio Al Qariaten tras combatir y expulsar de la aldea al ISIS.N. S.

Entre centenares de rostros agotados y cubiertos por la arena del desierto, sobresale el de una mujer. La miliciana Um Alí (nombre de guerra), de 44 años, es la única mujer que ha luchado contra los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en Al Qariatein. Antes ya lo hizo en Mehin, a unos 130 kilómetros al suroeste de Palmira y en pleno desierto. Lleva el cabello cubierto por un pasamontañas y viste de color verde caqui. Al saltar del vehículo carga su fusil y se desplaza con rapidez para asegurar una de las calles por las que han de pasar sus compañeros.

Cinco años atrás, el estallido del conflicto sirio sacudió la vida de esta ama de casa reconvertida en guerrillera. Cambió las faldas por el uniforme y la cocina por el campo de batalla. Dejó a su marido, peón de profesión, a cargo del hogar y de sus dos hijos de nueve y 13 años. “Él sabe que es mi deber y me apoya”, resume mientras inspecciona una tienda cuya puerta ha sido reventada por un mortero. En el brazo luce un brazalete con la insignia del Partido Social Nacionalista Sirio (SSNP, por sus siglas en inglés). Junto a ella combaten milicianos iraquíes, sirios o libaneses para los que la confesión y el género carecen de importancia.

Una vez asegurado el perímetro, Um Alí se relaja y, risueña, bromea con un combatiente libanés. “Mamá te he comprado una casa, ven a verla”, grita asomado a un balcón otro de sus compañeros. Titubea antes de admitir que es siria. “Somos todos parte de la Gran Siria”, precisa. Um Alí, al igual que su partido, discrepan de lo que en la actualidad se conoce como Oriente Medio. La Gran Siria por la que lucha no reconoce las fronteras de un mapa que dos diplomáticos, el británico Mark Sykes y el francés François Georges-Picot, trazaron en secreto un siglo atrás.

La Siria por la que Um Alí se juega la vida desde hace un lustro abarca desde el sur de Turquía al norte de Arabia Saudí. Y desde la frontera con Irán a la isla de Chipre explica. Un proyecto político e ideológico a las antípodas del que proclama el Califato aunque compitan por un mismo territorio. Y una creencia que, en la coyuntura actual, lleva al SSNP a luchar junto con las tropas de Bachar el Asad. “Hoy hemos expulsado al ISIS de Qariatein y seguiremos hasta liberar Raqa y después Mosul”, dice quien no piensa abandonar las armas hasta que haya erradicado al último de los combatientes del grupo terrorista. “Liberar la tierra también conlleva liberar a sus gentes”, añade en referencia a los territorios hoy ocupados por ISIS, como Raqa y Deir Ezzor, donde las mujeres son sometidas a unas leyes de la más acérrima lectura del Islam.

Echa de menos a sus hijos “tanto como el resto de los soldados”, puntualiza mientras ayuda a sus compañeros a arrastrar unos pesados neumáticos para bloquear el acceso de una calle. Una vez aseguren Al Qareitaein, Um Alí regresará unos días junto a sus hijos y marido. Después, retomara su fusil para sumarse a su unidad en dirección a Deir Ezzor, bastión del ISIS.

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