Recuperado en el río el cuerpo del hijo de un exministro argentino

Tres días le llevó a la Prefectura Naval Argentina encontrar en el delta del río Paraná el cadáver del hijo de Federico Storani, ex ministro de Interior de la gestión del ex presidente Fernando de la Rúa (1999-2001), perdido en el río luego de que su lancha fuese impactada por otra en la noche del jueves 31 de marzo, en un accidente que dejó 3 muertos.

El cuerpo de Manuel Storani, de 14 años, apareció semisumergido a sólo 400 metros del lugar del choque, ocurrido en un canal que vincula el Río Luján con el Paraná de las Palmas, a unos 2.000 metros de la desembocadura con el Río de la Plata, 20 km al norte de la ciudad de Buenos Aires.

Junto con Manuel murió su madre, María de los Ángeles Bruzzone, quien iba a su lado en el momento del accidente. Las pericias forenses determinaron que ambos murieron por el golpe y no ahogados, como se supuso en un primer momento. La tercera víctima viajaba como acompañante en la embarcación responsable del choque.

La muerte del menor causó una gran conmoción en el ambiente político argentino. Storani, de 65 años, es un dirigente respetado dentro de la Unión Cívica Radical (UCR), partido que forma parte de la alianza que llevó al poder al presidente Mauricio Macri, pero la salida anticipada de De la Rúa en diciembre de 2001 lo apartó de la primera línea de la política. Ayer, la red Twitter se convirtió en caja de resonancia de los dirigentes de todos los partidos que decidieron apoyar al político.

Storani acompañó a la Prefectura en la búsqueda del cuerpo y estuvo presente para reconocerlo cuando le informaron del hallazgo. Entre lágrimas, al término de la ceremonia de despedida de su hijo, el político aclaró que lo ocurrido en el río no había sido un accidente. “Hay situaciones que tienen que cesar en Argentina, ya que es el segundo país con accidentes mortales y la mayoría de las veces se debe a conductas negligentes. Acá hubo una persona que venía a una velocidad altamente elevada y los embistió violentamente", se quejó.

El canal Vinculación, donde se produjo el accidente, es una vía de unos 40 metros de ancho y gran profundidad, ruta habitual de buques de carga de mediano porte. Pero los fines de semana centenares de lanchas, veleros, cruceros y motos de agua lo utilizan para dirigirse al delta del Tigre, hasta convertirlo en la “autopista del delta”, como se lo conoce en el ambiente náutico. En la noche del accidente el río se encontraba despejado, como es costumbre para el horario y el día. El relato de los sobrevivientes determinó que ambas embarcaciones, de unos 6 metros de eslora cada una, avanzaban de frente a gran velocidad, sin que quede claro por qué no pudieron evitarse.