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Raúl Castro permite a los cubanos viajar a la isla en barco

El Gobierno cambia la norma que amenazaba el primer crucero entre Miami y La Habana

Luis Barbero

El Gobierno de Raúl Castro ha decidido cambiar la norma que impedía a los cubanos que residen en el exterior regresar a la isla por vía marítima. La medida permite desbloquear un conflicto que se había suscitado en las últimas semanas y que amenazaba con retrasar el primer crucero entre Estados Unidos y Cuba en más de medio siglo, que está previsto que parta de Miami hasta el puerto de La Habana el próximo 1 de mayo.

Cuba anunció el cambio de la normativa a través del diario Granma. En concreto, el Ejecutivo de Castro afirma que a partir del próximo 26 de abril autorizará “la entrada y salida de ciudadanos cubanos, con independencia de su condición migratoria, en calidad de pasajeros y tripulantes de cruceros”. Hasta ahora, Cuba impedía a los ciudadanos nacidos en la isla que residen en el exterior volver por barco, aunque sí pueden hacerlo en avión.

La polémica se suscitó porque Carnival, la compañía que va a operar la línea de cruceros entre Estados Unidos y Cuba tras la reanudación de las relaciones diplomáticas, se negó inicialmente a vender pasajes a los ciudadanos cubanoamericanos. El exilio cubano se movilizó e hizo protestas ante la sede de Carnival en Miami y algunos afectados acudieron a los tribunales al considerar que la empresa estaba discriminándolos. Pero el momento decisivo se produjo cuando el secretario de Estado, John Kerry, se sumó a las críticas a Carnival por vetar a los ciudadanos cubanos que residen en EE UU.

Cuba sostiene que el cambio obedece a "la actualización de la política migratoria"

La empresa decidió cambiar entonces de estrategia tras el aviso del Gobierno de Barack Obama y a principios de esta semana anunció su decisión de vender los billetes a cualquier ciudadano que quisiera viajar en el crucero. Ante la presión del exilio y de las autoridades estadounidenses, advirtió además de que si Cuba no cambiaba la normativa antes del 1 de mayo, estaba dispuesta incluso a retrasar la puesta en marcha de la línea de cruceros. Desde el principio, Carnival sostuvo que estaba en conversaciones con el Gobierno de Castro para intentar modificar la normativa que impedía a los cubanos regresar a la isla por barco, una decisión que no ha llegado hasta el instante final, cuando el primer viaje estaba en el aire.

En la nota publicada por el diario Granma, el Gobierno cubano también autoriza la “entrada y salida” de los ciudadanos cubanos como pasajeros y tripulantes de los buques mercantes. Los cambios en la normativa, según la Administración cubana, obedecen a “la actualización de la política migratoria y la necesidad de ajustarla a las condiciones de presente y futuro previsible”.

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La organización Engage Cuba, que agrupa a empresas que pretenden poner fin al embargo que aún pesa sobre la isla y ha trabajado por la reanudación de las relaciones entre los dos países, ha alabado la decisión del Gobierno de Castro y ha instado a que Estados Unidos permita que cualquier ciudadano americano pueda viajar a la isla.

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Sobre la firma

Luis Barbero
Es subdirector de Actualidad de EL PAÍS, donde ha desarrollado toda su carrera profesional. Ha sido delegado en Andalucía, corresponsal en Miami, redactor jefe de Edición y ha tenido puestos de responsabilidad en distintas secciones del periódico.

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