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Estados Unidos sanciona a 16 militares por el bombardeo de un hospital en Afganistán

Las penalizaciones son leves y no incluyen cargos judiciales por la muerte de 42 personas

Profesionales de MSF tratan a víctimas afganas de un ataque talibán en el hospital de Kunduz afectado por el bombardeo
Profesionales de MSF tratan a víctimas afganas de un ataque talibán en el hospital de Kunduz afectado por el bombardeoMSF

El Departamento de Defensa estadounidense ha sancionado con castigos leves a 16 militares por el bombardeo en octubre de un hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en Afganistán, en que murieron 42 personas. Ninguno de ellos afrontará cargos judiciales.

Las penalizaciones son el resultado de una investigación del Pentágono, que concluye que el ataque no fue intencionado. Los castigos, que se anunciarán oficialmente el viernes, fueron avanzados este jueves por medios de comunicación estadounidenses. Los 16 militares incluyen un general, la tripulación del avión de combate que bombardeó el hospital de la organización humanitaria y personal de fuerzas especiales.

El castigo más severo es la suspensión de un oficial, previsiblemente el general, de su puesto de comando y su salida de Afganistán, según informa el diario Los Ángeles Times citando funcionarios estadounidenses. De los otros 15 militares, siete recibieron cartas de reprimenda -que pueden suponer el fin de su carrera-, seis fueron enviados a sesiones de terapia y dos a cursos de entrenamiento.

MSF consideró el ataque un crimen de guerra y pidió una investigación independiente. La organización humanitaria había comunicado a las autoridades afganas y estadounidenses la ubicación exacta del hospital en Kunduz. El centro médico estaba en la lista de objetivos prohibidos del Ejército estadounidense. La operación tuvo lugar en el marco de la ofensiva de las tropas afganas, con apoyo estadounidense, para recuperar Kunduz de manos de los talibanes.

La incógnita es por qué un avión AC-130 hizo varias rondas de bombardeos durante 30 minutos al hospital pese a las llamadas de la ONG a funcionarios estadounidenses en Kabul y Washington para que detuviesen el ataque. El general John Campbell dijo en noviembre, cuando era el comandante estadounidense en Afganistán, que fue un “accidente trágico pero evitable causado principalmente por un error humano”.

El bombardeo afectó al edificio central del hospital, incluyendo la sala de emergencias y de cuidados intensivos. Murieron 24 pacientes, 14 empleados sanitarios y cuatro vigilantes. En los días posteriores al ataque, el presidente Barack Obama pidió disculpas a la jefa de MSF, Joanne Liu, y el Pentágono anunció que compensaría a las familias de los fallecidos.

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Sin embargo, el Ejército estadounidense dio versiones contradictorias. Inicialmente, dijo que sus propias fuerzas estaban siendo atacadas y pidieron cobertura aérea en la operación que afectó al centro médico de MSF. Pero a los pocos días, el Ejército aseguró que fuerzas de seguridad afganas asediadas por fuego talibán solicitaron la intervención aérea norteamericana.

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