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El segundo atraco al sobrino del Papa reaviva el temor por la inseguridad en Buenos Aires

José Ignacio Bergoglio sufrió un secuestro exprés con amenazas de muerte

Los sucesos se repiten a pesar del patrullaje de las 3 fuerzas de seguridad.
Los sucesos se repiten a pesar del patrullaje de las 3 fuerzas de seguridad.Ricardo Ceppi

La inseguridad en la provincia de Buenos Aires no distingue víctimas. Un sobrino del Papa fue interceptado por dos delincuentes que abordaron a su auto y lo llevaron a una villa miseria. Sólo le dejaron los pantalones y antes de dejarlo escapar en su vehículo le dijeron “corré porque cuento hasta 3 y te lleno de plomo”. Pocas horas después, un policía fue asesinado de un disparo en el pecho. Durante el fin de semana, dos bandas de motoqueros (moteros) se dispararon 150 tiros en pleno día. Rodrigo Espíndola, jugador de Nueva Chicago, murió el viernes a manos de unos atracadores en Monte Grande, también en la periferia de la capital. Este tipo de noticias, más allá de las cifras, que según el Gobierno están mejorando, reavivan la preocupación de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, la más poblada, rica e insegura del país.

El pasado sábado por la mañana, José Ignacio Bergoglio, sobrino del Papa Francisco, llevó a su novia Mariana Muro a la universidad en el auto de la pareja, un Chevrolet Corsa. Después de dejarla, Bergoglio emprendió el regreso a la fundación “Haciendo Lío”, en la que trabajan juntos en labores solidarias. Y entonces le atracaron. Fue en la zona norte de la Provincia de Buenos Aires, el borde caliente de la capital. Allí, en el Conurbano, viven 14 millones de personas y en los últimos 4 meses se cometieron unos 400 homicidios.

“Paró en un semáforo y vio a sus ladrones pero no tuvo tiempo a nada”, relató Mariana a EL PAÍS, “se le metieron en el auto y recorrieron 10 cuadras hasta llegar a Villa Jardín. Le dijeron que lo querían matar y eso lo impactó”. Los delincuentes que asaltaron al joven lo obligaron a manejar con dos armas apuntando a su cabeza. Una vez en la villa miseria, “lo hicieron bajar del auto y le pidieron las cosas que tenía en el baúl; en ese momento le ordenaron que se arrodille y que mire el piso”. Le quitaron su móvil, su ropa y donaciones que eran para la fundación. “Sólo le dejaron los pantalones y su auto”, contó Mariana.

“Luego de eso lo volvieron a subir al auto y lo obligaron a manejar hasta un sitio con un portón de rejas negras donde había unas 20 personas que miraban cómplices. Le dijeron ‘corré porque cuento hasta 3 y te lleno de plomo’. José manejó rápido y se subió en la autopista. Recién pudo llorar cuando paró en el peaje y pudo dar aviso a la policía”, agregó la joven. El hecho es investigado por la Comisaría de San Fernando y tomó intervención la Fiscalía del mismo distrito.

Es el segundo atraco que sufre la pareja. En junio de 2015 fueron sorprendidos por delincuentes al ingresar en su casa de Ituzaingó. “Fue dos semanas antes de ir a ver a Francisco a Paraguay y nos robaron toda la colecta para el viaje”, recordó Mariana.

Hace menos de un mes, la propia gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, del partido de Mauricio Macri, reconoció que “lo que no nos deja dormir a ninguno de los que vivimos en la provincia, y en especial a mí, es el miedo, la inseguridad”.

Los datos oficiales indican que entre 2008 y 2015, la tasa de homicidios dolosos aumentó 10% y el índice de robos aumentó un 9%. Según el ministerio de Seguridad de la Nación, el decomiso de cocaína se redujo de 12.112 kilos a 6.038. En cuanto a los delitos contra la propiedad, aumentaron un 3% en el mismo período, mientras que el índice de amenazas se incrementó un 38% y el de lesiones dolosas subió un 20%.

Sin embargo, esos guarismos comienzan a bajar en los últimos meses, según los datos ofrecidos a EL PAÍS por el propio ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires. Si se compara los datos entre el 10 de diciembre de 2014 y el 25 de abril de 2015 con los últimos 4 meses, esto es el mismo periodo del año, el total de homicidios dolosos (con voluntad deliberada) cayó un 25,69%.

Así, los 545 casos del período anterior bajaron a 405. Las muertes acaecidas tras una riña cayeron un 31,47%. Le siguen los ajustes de cuentas (la disminución es del 32,65%) y el conjunto de delitos relacionados con la violencia de género (caída del 11%). Por último, los homicidios dolosos en ocasión de robo bajaron de 37 a 30 casos en los períodos de referencia, lo que representa un 18,92%. Los datos, al menos según el ministerio, están bajando, pero la preocupación crece y las noticias impactantes se suceden. La inseguridad y la lucha contra el narcotráfico fue uno de los asuntos clave con los que Macri ganó la campaña en Buenos Aires. Ahora está obligado a lograr resultados visibles.

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