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México le debe una disculpa a la mujer otomí injustamente encarcelada

Amnistía Internacional exige a la Fiscalía que cumpla el ordenamiento judicial que la obliga a disculparse con Jacinta Francisco

Jacobo García
Jacinta Francisco, la mujer condenada por un secuestro que no ocurrió.
Jacinta Francisco, la mujer condenada por un secuestro que no ocurrió.Centro Pro DH

A Jacinta Francisco, indígena otomí, cuerpo menudo y torpe español para defenderse, la condenaron a 21 años de cárcel por un secuestro de seis policías que nunca sucedió.

Pasó tres años en la cárcel y Amnistía Internacional (AI) exige ahora que los responsables de tan absurda condena pidan disculpas públicas.

Una indemnización no resarce "por sí sola el daño ocasionado", señala la organización que sostiene que la indígena ñhañhu (otomí) “fue detenida, procesada y condenada ilegalmente por el delito de secuestro que no cometió", aseguró en un comunicado en el que exige el perdón de la Procuraduría General de la República (PGR).

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Jacinta Francisco permaneció más de tres años encarcelada, de 2006 a 2009, acusada del secuestro de seis miembros de la Agencia Federal de Investigación (AFI), quienes realizaban un operativo para decomisar mercancías piratas en un mercado ambulante de Querétaro. La indígena fue liberada tras la decisión de la Fiscalía de no presentar conclusiones acusatorias en su contra, sin embargo, ésta misma instancia se negó a reconocer su inocencia.

La semana pasada, un tribunal ratificó la sentencia que obliga a la fiscalía (PGR) a disculparse y difundir que es inocente. “La decisión judicial es inapelable, por lo que la PGR está judicialmente obligada a cumplir lo ordenado” insistió AI.

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El caso de Francisco movilizó a los organismos de derechos humanos ante el aberrante juicio vivido y una surrealista condena que no cumplió los mínimos estándares. Era difícil creer que una mujer menuda y dos amigas pudieran secuestrar a seis agentes. Durante el juicio, Jacinta no contó con traductor y la PGR presentó pruebas inventadas, según el de DDHH Centro Agustín Pro, que defendió su caso.

Sin embargo, la injusticia no cesa. “A más de seis años de ocurridos los hechos, no ha habido una reparación del daño: Jacinta no ha sido exculpada públicamente, no se ha castigado a los responsables de los abusos y tampoco ha sido indemnizada”, señala la organización.

El caso también atrajo la atención de Amnistía Internacional, que la nombró presa de conciencia.

La organización con sede en Londres exige también que aquellas dos amigas que supuestamente ayudaron a Jacinta puedan escuchar la palabra #perdón# de quien inventó pruebas para que pasaran cuatro años entre rejas.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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