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Juncker pide al PP europeo que se distancie de otros partidos de derechas

Tusk: el PPE debe "hacer compatible las ideas de Merkel y las de Orbán"

Claudi Pérez

Poco que celebrar: la plana mayor del Partido Popular Europeo (PPE) se ha reunido para su 40º aniversario en Luxemburgo con una advertencia sobre los efectos de la rara combinación de formidables crisis que acechan a la Unión Europea. La canciller alemana, Angela Merkel, ha propuesto pragmatismo: contra la crisis de refugiados, ha puesto como ejemplo el acuerdo con Turquía para destacar la "combinación de valores e intereses" que necesita Europa para salir airosa de los problemas actuales. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha citado reiteradamente "el fantasma de la ruptura" ante la cercanía del referéndum sobre la pertenencia al club del Reino Unido o los defectos de la respuesta conjunta ante la crisis del euro o la crisis migratoria, y a renglón seguido ha hecho un llamamiento para "hacer compatibles las ideas de Angela Merkel y de Viktor Orban", el primer ministro húngaro (el mismo que asegura que la inmigración "trae el crimen y el terror a nuestras naciones", y que estaba presente en el auditorio de la capital luxemburguesa).

Frente a esas dos visiones, el jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha asegurado ante 700 delegados del PPE que su partido debe tener como prioridad la lucha contra los populismos. "No todo el que está en desacuerdo con la Comisión es populista. Pero el que corre tras los populistas corre el riesgo de convertirse en un populista. Tiene que haber una clara división entre el PP europeo y las demás fuerzas de derechas dentro de la UE", ha dicho en un alegato en el que, aparentemente, sugiere que quizá eso no siempre ocurra. En esa línea se ha manifestado también Antonio López-Istúriz, secretario general del PPE, que ha llamado a su partido a "luchar contra el populismo" y ha lamentado en esa línea "el declive de los socialdemócratas, que en países como España están siendo sustituidos por fuerzas populistas".

En el discurso más aplaudido de la noche, Merkel ha hecho balance de la policrisis de los últimos años para concluir que el euro "ha salido más robusto" de sus problemas, y para reclamar "acción" y conseguir algo parecido con la crisis de refugiados. "Europa tiene que ser más rápida en la toma de decisiones", ha explicado la canciller, en un discurso en el que ha apelado a "no olvidar nunca de dónde venimos", a "no olvidar que es fácil destruir un proyecto que ha costado mucho levantar". "Estamos ante el mayor desafío desde la II Guerra Mundial. Y conflictos como el de la ex Yugoslavia en los 90 o el de Ucrania demuestran que nada se puede dar por supuesto", ha concluido ante la ovación cerrada de su partido.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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