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Tel Aviv se consolida como un centro del turismo gay

200.000 personas se concentran en la ciudad israelí para celebrar el Orgullo Gay

Pablo León
Celebraciones de la fiesta del Orgullo Gay en Tel Aviv, Israel.
Celebraciones de la fiesta del Orgullo Gay en Tel Aviv, Israel.Oded Balilty (AP)
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Festival del Orgullo Gay en Tel Aviv 2016
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Víspera de sabbath en Tel Aviv. A las diez de la mañana un sol esplendoroso recibía en parque Meir, decorado con decenas de banderas arco iris, a quienes no querían perderse el evento más importante de la 18 edición del Orgullo de Tel Aviv: la manifestación-desfile que surca la ciudad defendiendo los derechos del colectivo LGTB. "Hace 18 años nadie se podía imaginar que esta ciudad podría ser un ejemplo de tolerancia y aceptación", defendía Ron Huldai, alcalde de Tel Aviv horas antes de dar el pregón con el que arrancaba la marcha. "Hemos marchado desde hace muchos años y ahora seguimos haciéndolo reclamando igualdad y esperando que el pluralismo, la tolerancia y las libertades de esta ciudad se extiendan a todo el país, a todo Oriente Próximo y a todo el mundo", dijo el alcalde durante la presentación del Orgullo más multitudinario de la historia de la ciudad, que el viernes concentró a 200.000 personas, según datos del Ayuntamiento.

Pero las celebraciones del Orgullo más importante de la región, una referencia a nivel global, y el ambiente festivo arrancaron varios días antes del viernes. Desde el miércoles, actos, exposiciones, un festival de cine LGTB (que se prolongará hasta el 7 de junio), y por supuesto, fiestas —una de ellas dedicada a los hitos de Eurovisión— calentaban el ambiente de la ciudad. 

La celebración clausuró su 18 edición el sábado con una macrofiesta, en la que el reconocido dj Offer Nissim actuaba en el estadio Bloomfield y para el que se agotaron las entradas. "No hay que olvidar que esto no es solo una fiesta", avisaba Dana International, artista israelí ganadora de Eurovisión en 1998, "hay mucha gente del colectivo en otros lugares del mundo, algunos muy próximos, que no pueden disfrutar de la libertad de ser ellos mismos y de vivir su sexualidad". La cantante, que acudirá al Orgullo madrileño, fue una de las encargadas de despedir la cita con una actuación sorpresa. Otras caras conocidas, como los actores Alan Cunning (The Good Wife) o Lea DeLaria (Orange is the new Black) formaron parte de la cita como embajadores de la misma. "Las chicas judías están muy buenas", bromeaba DeLaria.

Las mujeres han sido las protagonistas del Orgullo: Mujeres por el cambio era la principal reivindicación de la manifestación-desfile que cruzó la ciudad pasando por el paseo marítimo y acabando en la playa. "Es increíble vivir un Orgullo junto al mar", contaba Rafa Ríos después de cuatro horas de caminata. Vive en Madrid y ha venido con dos amigos al evento: "Los chicos de aquí son lo más", añade. Como él, 35.000 personas se han desplazado a Tel Avivi para vivir el Orgullo. El Ayuntamiento esponsoriza todo el encuentro realizando una inversión de casi un millón de euros en actividades relacionadas con el colectivo LGTB. A pesar de ello, muchos militantes locales se quejan de que se invierte demasiado en la promoción de Tel Aviv como ciudad gay friendly y poco en mejorar la situación del colectivo por lo que han organizado una celebración alternativa.

Durante estos días también se ha celebrado el concurso Miss Trans. El premio (15.000 dólares para ser atendida por un cirujano plástico en Tailandia y el billete para Miss Trans Star en Barcelona y que fue fallado el miércoles), se lo ha llevado Talin Abu Hana, de 21 años, una joven árabe israelí cristiana. "¿Puedes imaginar que esto pasara en alguna otra ciudad del país e incluso del mundo?", se preguntaba Dana International. En la marcha reivindicativa del sábado también aparecieron algunas pancartas quejándose del "lavado de cara" que Tel Aviv —y por extensión Israel— hace con el Orgullo (algo que los colectivos definen como Pink Wash): "Turistas, habéis visitado ya los checkpoints? Fin de la ocupación", defendía un manifestante con un cartel en una de las calles. "Hay opiniones para todo, pero creo que no hay que mezclar las cosas", defendía el actor y activista gay Tal Kallai. "No hay duda de que el Orgullo de Tel Aviv visibiliza y defiende los derechos LGTB de todo el mundo. "No me parecer bien atacar a una cita que pelea por los derechos de una minoría; por el colectivo LGTB sin pensar en razas ni religiones ni nada", añade lamentando que se intente vincular el conflicto israelí-palestino con el Orgullo.

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Justamente, el año pasado, durante la celebración del Orgullo en Jerusalén, el judío ultraortodoxo Yishai Shlissel asesinó a la adolescente Shira Banki, de 16 años, apuñalándola. El radical había salido de la cárcel hacía poco por haber atacado y herido a un manifestante en otra concentración en defensa de los derechos gais en la Ciudad Santa. De ahí que todos los actos estuvieran controlados y acompañados de fuertes medidas de seguridad. "Allí todo es diferente", apunta el actor Kallai en referencia a Jerusalén, donde durante una de sus actuaciones como drag queen vivió también un intento de ataque que se quedó en un susto. "Por eso llamamos a Tel Aviv la ciudad burbuja; es un lugar muy diferente al resto de Israel. Un lugar inspirador y con un mensaje que, poco a poco, va calando en el país y que tiene que extenderse a todo el mundo", añade.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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