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Objetivo: sacar un 750 en selectividad

Más de nueve millones de chinos se enfrentan estos días al 'gaokao', la prueba de acceso a la universidad. El objetivo es acercarse en lo posible a la máxima nota, 750 puntos

Una estudiante de selectividad china muestra un billete de cinco yuanes antes de su examen. En China se considera que da suerte. REUTERSFoto: atlas
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Una nota entre cero y 750. Ese es el resultado final de los exámenes que más de nueve millones de estudiantes chinos obtendrán de las pruebas de selectividad (gaokao, en chino) que se celebran hoy martes y mañana miércoles. Para lograrlo, tendrán que superar con éxito los exámenes de matemáticas, chino y lengua extranjera (en su mayoría inglés). Son las tres asignaturas obligatorias. El resto de los exámenes depende del itinerario profesional elegido: química, física y biología para los estudiantes de ciencias; historia, política y geografía para los de ciencias sociales y humanidades. 

Pero, a diferencia de las pruebas de selectividad en otros países, la nota final no depende solo de hincar codos y estar atinado mientras el papel está sobre la mesa. También se consiguen puntos adicionales si el estudiante pertenece a una minoría étnica, es hijo de padres emigrantes que volvieron a China o si el candidato es un soldado que dejó el Ejército, entre otros.

Uno de los candidatos a pasar el gaokao celebra el fin de la primera jornada de las pruebas en la provincia de Jiangsu.
Uno de los candidatos a pasar el gaokao celebra el fin de la primera jornada de las pruebas en la provincia de Jiangsu.REUTERS

Aún no está confirmado el número de participantes en la convocatoria de este año, pero en 2015 fueron 9,42 millones. Este año se espera que la cantidad sea ligeramente menor por el efecto de la política del hijo único, que ha mermado la cantidad de jóvenes). Quienes aprueban el gaokao son menos que en España en proporción (un 74,3% en China, 93% en España) pero lógicamente no en número: 7 millones de aprobados. De ellos, 3,66 millones (52,23%) ingresaron en universidades, mientras que los 3,34 millones restantes fueron a escuelas de formación profesional por no contar con una puntuación suficientemente alta.

Al igual que en España, el examen chino no es igual en todo el país. Varía en cada provincia. Esto provoca que no haya un baremo común y que las plazas en cada universidad se adjudiquen según las cuotas por provincia que marca el Gobierno central. Es decir, los estudiantes compiten con los de su región. Pekín defiende este sistema porque permite que los mejores alumnos de las provincias pobres tengan acceso a los centros más prestigiosos.

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La mejor universidad, por encima de los 548 de nota

Las calificaciones mínimas para el acceso también cambian dependiendo de la provincia. En Pekín, por ejemplo, la puntuación requerida para entrar en una universidad de primer nivel se situó el año pasado en los 579 (el equivalente en España o Argentina sería 7,72/10) puntos para Humanidades y en los 548 (7,31/10) para Ciencias. En Tíbet, el umbral fue de 440 (5,87/10) y 420 (5,6/10) puntos, respectivamente.

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