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Doce muertos y más de 50 heridos en un doble atentado a las afueras de Damasco

Es en el cuarto ataque en esta barriada chií en lo que va de año

Natalia Sancha

Un doble atentado terrorista golpeó en la mañana de este sábado el barrio de Saida Zeinab, a 12 kilómetros al sur de Damasco, y ha causado al menos 12 muertos y 55 heridos, según fuentes del hospital Al Sadr de Damasco. Se trata del cuarto atentado perpetrado en esta barriada chií en lo que va de año. Si bien ningún grupo ha clamado su autoría aun, fuentes del Gobierno de Damasco apuntan al Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), quien reivindicó los ataques anteriores.

El lugar de unos de los atentados de este sábado en el barrio de Saida Zeinab, a las afueras de Damasco.
El lugar de unos de los atentados de este sábado en el barrio de Saida Zeinab, a las afueras de Damasco.AFP

“La primera explosión fue perpetrada por un suicida que detonó la carga de su cinturón explosivo en la entrada de Saida Zeinab. Mientras que la segunda se produjo en la calle al Tin por coche comba”, informó la Agencia Nacional de Noticias siria Sana. Imágenes del lugar del atentado circulaban rápidamente por las redes sociales mostrando grandes destrozos en los edificios colindantes a las explosiones. Situada en el área de al Diyabie en las cercanías del mausoleo de Saida Zeinab, la calle al Tin que acoge un popular mercado de verduras se ha convertido en objetivo repetido de los yihadistas.

El pasado 22 de febrero, tres suicidas y un coche bomba atentaban en la misma calle, matando a 120 personas y dejando más de 200 heridos en lo que se ha convertido en el peor atentado vivido en Siria. Dos meses más tarde, otro atentado dejó 15 muertos en las cercanías de Saida Zeinab. Huyendo de los conflictos en el norte del país, miles de desplazados han buscado refugio en esta popular y masificada barriada atraídos por el bajo coste de los alquileres. El doble ataque se ha producido en pleno arranque del ramadán, mes sagrado y de ayuno para los musulmanes.

El mausoleo de Saida Zeinab alberga los restos de la nieta del profeta Mahoma,  y es destino, incluso durante los años de guerra, de centenares de peregrinos chiíes llegados de Indonesia, Líbano o Irán. Sus alrededores están custodiados por los hombres de la milicia-partido libanesa Hezbolá, aliados de Bachar el Asad en la guerra siria, así como por combatientes de la también milicia libanesa chií Amal. Fue precisamente la protección de los lugares santos chiíes en Siria el argumento que el líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, enarboló en 2013 para justificar la injerencia de su brazo armado junto a las tropas regulares sirias.

Considerados como paganos por los extremistas del ISIS, las barriadas y mausoleos chiíes se han convertido en objetivo yihadista. “Daesh [acrónimo peyorativo en árabe para referirse al ISIS] está perdiendo territorio en el país y fuentes de ingreso al perder rutas de avituallamiento hacia Turquía e Irak. Por lo que nos tememos que intensifiquen los atentados terroristas en la capital siria y la costa para sembrar el caos y el terror entre la población”, valora desde Damasco un oficial del Ejército sirio. El pasado mes de mayo, una serie de atentados terroristas clamados por ISIS causaron 78 muertos y más de un centenar de heridos en las costeras ciudades de Latakia y Tartous, bastión alauí del régimen sirio. Tanto al Nusra (rama local de Al Qaeda), como ISIS han sido excluidos de la frágil tregua en vigor sellada el pasado 27 de febrero entre rebeldes y el Gobierno de Damasco en Ginebra.

Durante las últimas semanas, múltiples enemigos asedian los frentes del ISIS en el norte del país. El Ejército sirio junto con la aviación rusa pujan desde el sur de Deir Ezzor y bastión yihadista. En el flanco norte de Raqa, capital del autoproclamado califato, ISIS sufre el ataque de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS y alianza de milicias kurdas, árabes y turcomanas) apoyadas por fuerzas especiales norteamericanas y los bombarderos de la coalición liderada por Estados Unidos. Al noroeste de Raqa, grupos rebeldes en coordinación con milicianos kurdos y del FDS lograron en la tarde del viernes cercar a los yihadistas en la estratégica localidad de Manbij, y cruce en una importante vía de aprovisionamiento con Turquía.

El doble atentado se produce en pleno estancamiento de las negociaciones de paz auspiciadas en Ginebra por el enviado especial de la ONU para Siria, Steffan De Mistura. Con las delegaciones de ambos bandos encalladas en la forma que habrá de tomar la transición política en Siria y por ende el futuro de Bachar el Asad, De Mistura ha tenido que posponer las próxima ronda de negociaciones. El próximo 1 de agosto vence el plazo para que el régimen y la oposición pacten una hoja de ruta hacia la transición política. En un discurso ante el Parlamento sirio, Bachar el Asad arremetía hace unos días contra el plan de la ONU asegurando que no "habrá Gobierno de transición en Siria sino de unidad". Entretanto, la ONU intenta mantener una política de acuerdos mínimos: establecer el acceso de la ayuda humanitaria a las poblaciones cercadas y hacer respetar a ambos bandos el alto el fuego acordado.

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