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Virginia Raggi: “Roma es una ciudad devastada”

La candidata del Movimiento 5 Estrellas puede convertirse el próximo domingo en la primera mujer que gobierne la capital de Italia

Virginia Raggi el 19 de mayo en Roma.
Virginia Raggi el 19 de mayo en Roma. TONY GENTILE (REUTERS)

Virginia Raggi, una abogada de 37 años experta en derechos de autor, propiedad intelectual y nuevas tecnologías, tiene muchas papeletas para convertirse el próximo domingo en la primera alcaldesa en la historia de Roma. En las elecciones municipales celebradas el día 5, la candidata del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo obtuvo el 35,29% de los votos frente al 24,80% de Roberto Giachetti, el aspirante del Partido Democrático (PD) de Matteo Renzi. Por tanto, la segunda vuelta que ambos disputarán el domingo 19 no solo servirá para indicar quién debe gestionar una ciudad caótica e intervenida por el Gobierno tras graves sospechas de infiltración mafiosa, sino que marcará en gran medida la salud política del primer ministro italiano y la capacidad del M5S para convertirse en alternativa de Gobierno. Virginia Raggi dice ser consciente de las dificultades: “Roma es una ciudad devastada. Y yo no tengo una varita mágica. Pero, tras más de 20 años de malos gobiernos, es urgente cambiar la política que está llevando a esta ciudad al colapso”.

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En el complejo mundo de la política italiana, la historia de Virginia Raggi es tan sencilla que parece increíble: “Soy una ciudadana normalísima que en un momento de su vida tuvo un hijo. Llevándolo en el cochecito me di cuenta de las condiciones de deterioro de mi barrio, que antes no había frecuentado porque trabajaba todo el día. Así que, como se dice en Italia, pensé en hacer un mundo nuevo para mi hijo. Me inscribí en un comité ciudadano y, en 2011, fundé junto a mi marido el primer grupo del M5S en mi municipio. En el 2013 resulté elegida concejal y cuando a finales del pasado año salió de la alcaldía Ignazio Marino [el anterior regidor, del PD, dimitió tras resultar salpicado en un caso de corruptelas, más tarde retiró la dimisión y finalmente fue apeado del cargo y sustituido por un interventor designado por el Gobierno], la red me votó como la candidata del Movimiento 5 Estrellas a la alcaldía de Roma”.

Aunque las encuestas ya venían apuntando su posible victoria, Raggi admite que no esperaba un resultado tan rotundo: “Aún estoy emocionada. Es un hecho histórico que una mujer pueda aspirar a la alcaldía de Roma. Sobre todo porque Italia es un país muy machista. No solo en la política, sino en la administración pública y en la sociedad en general. Aquí las mujeres siguen teniendo que elegir entre hacer carrera en su profesión o ser madres. Una dicotomía a la que no se someten los hombres. Todos los políticos son padres, pero tienen a la mujer en casa o con un trabajo menos exigente”.

A pesar de que Renzi y el PD ya han puesto toda su maquinaria a funcionar para no perder una alcaldía tan emblemática, Virginia Raggi está convencida de que el dolor y la rabia de los romanos ante la decadencia crónica de su ciudad serán determinantes: “Roma necesita un cambio de ruta. Necesitamos una clase política que no ceda a los interesas de los lobby, una clase política que sean simples ciudadanos que se preocupan por lo que realmente importa a los ciudadanos. El escándalo de Mafia Capital dejó claro que el PD o Forza Italia [el partido de Silvio Berlusconi, cuyo candidato se tuvo que conformar con un humillante cuarto puesto] ya no pueden seguir gobernando”.

Raggi se refiere a la oleada de detenciones que, en el verano y la Navidad de 2015, dejaron al descubierto una red criminal formada por mafiosos, políticos, empresarios y funcionarios que venían esquilmando desde hace años las arcas de la ciudad. Un entramado corrupto bautizado como Mafia Capital al que Ignazio Marino intentó enfrentarse y salió malparado. Así que la pregunta es obligada: ¿no tiene miedo? Virginia Raggi deja pasar unos segundos y responde: “…No. Tengo mucho más miedo de dejar las cosas así como están. Seguramente todavía hay muchas cosas que permanecen ocultas. Si llegan las amenazas, ya veremos qué hacemos, pero no puedo darle otra respuesta. Si la alternativa es dejar las cosas como están, yo le digo: queremos intentar limpiar esta ciudad”. También en el sentido literal. El programa de Raggi tiene entre sus prioridades el transporte público, la administración de los residuos, la transparencia y el medioambiente. “Los romanos”, explica la candidata, “seguimos estando orgullosos de nuestra ciudad, pero el problema es que nos encontramos en una ciudad muy hermosa en la cual es imposible vivir”.

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