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700 mil centroamericanos al año adoptan a las ciudades como hogar

El istmo es la zona de más rápida urbanización en América Latina y el Caribe

Vista de rascacielos en Ciudad de Panamá.
Vista de rascacielos en Ciudad de Panamá.Gerardo Pesantez (Banco Mundial )

Centroamérica es conocida por sus playas paradisíacas, tupidas zonas montañosas, imponentes volcanes y pueblos ancestrales. Pero son cada vez más quienes deciden dejar estas zonas remotas en busca de oportunidades en las junglas de cemento.

El istmo no es la zona más urbanizada de América Latina y el Caribe: casi el 60% de la población vive en ciudades mientras que el promedio para la región, la más urbanizada del mundo, es de más del 80%.

Sin embargo, sí tiene la segunda tasa de crecimiento de la población urbana más rápida del mundo. Y el ritmo es vertiginoso.

Según el estudio Oportunidades de una Centroamérica urbana, lanzado la semana pasada por el Banco Mundial en Antigua, Guatemala, las ciudades dan la bienvenida a 700,000 personas al año, lo que significa que para 2050, Centroamérica tendrá unos 25 millones de nuevos residentes en sus urbes.

En este sentido, Costa Rica tiene la mayor proporción de población urbana (75%) en la subregión, y al mismo tiempo uno de los ritmos más rápidos de crecimiento anual de su población urbana en el mundo en comparación con los países con niveles similares de urbanización (2,5% en 2014).

Por su parte, Guatemala y Honduras se encuentran en los niveles más bajos de urbanización, con más de la mitad de su población viviendo en ciudades, pero experimentan dos de las mayores tasas de crecimiento de la población urbana de la región (a una tasa anual del 3,4% y el 3,2%, respectivamente en 2015).

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Panamá, El Salvador y Nicaragua también tienen tasas de urbanización superior a la media mundial, comparables a las cifras de crecimiento urbano de Sudáfrica o Marruecos.

Pero adoptar el asfalto como el nuevo hogar tiene un sabor agridulce tanto por la población como para los gobiernos.

Desafíos y oportunidades del asfalto

La primera pregunta es donde vivirán y en qué trabajarán estos 25 millones de personas en un entorno donde los ya residentes se enfrentan a varios desafíos; los cuales se potencian ante la intempestiva llegada de nuevos moradores.

En la actualidad, un 29% de la población que vive en ciudades en Centroamérica, lo hace en asentamientos informales y en la mayoría de los casos, la falta de acceso a servicios básicos y el crimen y la violencia son parte de la vida diaria.

Para enfrentar los retos en términos de prevalencia de asentamientos informales, y de baja asequibilidad de la vivienda formal, el informe recomienda desarrollar políticas de vivienda integrales que combinen programas de mejoramiento de los barrios informales, y políticas que impulsan el mercado de vivienda formal asequible

“También es clave mejorar la articulación de estas políticas con las estrategias y los planes de desarrollo territorial a nivel local”, destacó Augustin Maria, especialista en desarrollo urbano del Banco Mundial y uno de los autores del informe.

Por otra parte, se estima que más del 4% de las casas en el istmo están en zonas de riesgo a desastres naturales. La ubicación geográfica de Centroamérica hace que sea muy propensa a los desastres naturales como huracanes, sequías, inundaciones, terremotos y fenómenos climáticos como El Niño.

Los expertos calculan que un 75% de los activos en riesgo por desastres naturales están en ciudades. Si un evento de igual magnitud a los terremotos del 2001 en El Salvador azotará en la actualidad, se perdería un 7% del PIB del país debido a la concentración de los activos económicos en zonas urbanas.

Para los especialistas es clave mejorar los sistemas de información municipales ante eventuales catástrofes, además de incorporar herramientas de gestión de riesgo de desastres naturales en planes locales y priorizar inversiones en infraestructuras resilientes.

Ciudadanos: ¿incluidos o excluidos?

El motivo detrás de esta masiva migración a las ciudades, en la mayoría de los casos, es puramente económico. Las grandes urbes ofrecen oportunidades de empleos y ostentan una economía más prospera que los entornos rurales.

Por esto, se estima que el 80,5% del PIB regional se concentra en ellas pero establece que “la urbanización es una oportunidad para mejorar la prosperidad y calidad de vida, pero los beneficios de la urbanización no son automáticos”.

“Si bien el proceso de urbanización ha sido acompañado de una reducción general de las tasas de pobreza, el crecimiento de la población urbana ha sido tan rápido que a pesar de una reducción en el porcentaje de la población urbana en situación de pobreza, la cantidad absoluta de pobres urbanos ha crecido”, señala Maria.

De hecho, se estima que entre 2006 y 2011, el número de residentes urbanos en situación de pobreza creció en 1,4 millones.

El estudio plantea que es necesario fomentar políticas de desarrollo económico local, las ciudades centroamericanas pueden facilitar la inclusión social de sus residentes y ofrecer mejores oportunidades económicas y de vida.

“Las zonas urbanas ofrecen mejores empleos, mejores salarios, un mejor acceso al agua potable, y distancias menores a los centros de salud. Al mismo tiempo, las ciudades pueden sostener el crecimiento económico si transforman sus economías en portafolios económicos de mayor valor añadido”, señala el informe.

María Victoria Ojea es productora online del Banco Mundial

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