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La extrema derecha europea arropa la campaña del ‘Brexit’

Le Pen cree que el referéndum británico obliga a la UE a cambiar en cualquier caso

El líder del FPÖ, Heinz Christian Strache, y la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, este viernes en Viena.
El líder del FPÖ, Heinz Christian Strache, y la dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, este viernes en Viena.VLADIMIR SIMICEK (AFP)

Cuando faltan seis días para el Brexit, la pujante extrema derecha europea se ha reunido en Viena para arropar a los británicos que quieren abandonar el club comunitario y para exigir otra Unión Europea: más nacionalista, más proteccionista y más blindada.

Marine Le Pen, al frente del poderoso Frente Nacional francés ha sido la estrella invitada del encuentro. “Europa no se ha dado cuenta de que el mundo ha cambiado. La UE es una quimera en la que el pueblo ya no cree”, ha interpretado en una conferencia de prensa celebrada en el Parlamento austriaco ante una enorme expectación mediática. Le Pen cree tanto si gana como si pierde el Brexit, “la UE va a estar obligada a reaccionar. No pueden responder a todos los problemas pidiendo más Europa”.

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La crisis griega, la de los refugiados, la violencia, los estragos de la globalización. El abanico de males que Le Pen atribuye a la Unión Europa es amplio y para erradicarlos, pide “una Europa a la carta, que respete la singularidad de cada país”. Reino Unido y Dinamarca, ya emprendieron ese camino, que Le Pen aspira a generalizar. “Proponemos un proyecto que respete la libertad del pueblo”, ha dicho sin dar más detalles. Los reunidos ayer en Viena no quieren abandonar la Unión, quieren reformarla radicalmente.

Bajo el lema “La primavera de los patriotas”, hasta ocho partidos nacionalistas —Austria, Francia, República Checa, Italia, Reino Unido, Bélgica, Alemania y Rumanía— han hecho alarde de su fortaleza en Austria.

Saben que el viento sopla a su favor. Por un lado porque las encuestas les sitúan entre las fuerzas más votadas en países como Holanda o Francia, pero sobre todo porque son conscientes de que han sabido leer y azuzar los miedos del europeo medio, en un periodo de enorme incertidumbre. Atentados terroristas, crisis financiera y cientos de miles de huidos de la guerra a las puertas de Europa han desatado la ansiedad y la necesidad de control en millones de ciudadanos. Los patriotas reunidos hoy en Viena aseguran tener la solución a todos esos problemas, aunque hoy no lograran explicar con claridad en qué consiste.

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El anfitrión del evento ha sido Heinz Christian Strache, líder del FPÖ austriaco, el partido de la extrema derecha que en mayo perdió las elecciones presidenciales por la mínima y que ahora las cuestiona en los tribunales. Strache se presentó como el salvador de una Europa que cree está suicidándose. “Estaríamos pecando si no ayudáramos a la UE a no suicidarse”. Y siguió: “No queremos el centralismo de Bruselas, no queremos ser los Estados Unidos de Europa”.

Strache hizo especial hincapié en el tratado de libre comercio con Estados Unidos, el TTIP, del que las fuerzas ultranacionalistas son enemigos declarados y cuya oposición les sirve para seducir a los votantes perdedores de la globalización. “Tenemos que defendernos de las grandes multinacionales, que están destrozando a nuestros agricultores”. El político austriaco pidió más democracia directa a la suiza, frente a los eurócratas de Bruselas y se mostró convencido de que son “el motor de la reforma de Europa. Somos patriotas convencidos”.

Merkel invita a los refugiados

El político austriaco dedicó duras críticas a Angela Merkel, la canciller alemana que ha abierto la puerta a los refugiados sirios. “no son refugiados, son inmigrantes económicos y vienen porque la señora Merkel los ha invitado. Los demás países no tenemos por qué aguantarlo”. El rechazo a los refugiados, de los que 90.000 llegaron el año pasado a Austria es uno de los grandes ejes del exitoso FPÖ. A su lado, se sentaba Markus Pretzell, del ultraconservador y antiinmigración Alternativa para Alemania quien ha pedido también “un contramodelo de la UE” para evitar que Europa sea “una mezcla gris y homogénea de culturas dirigida por Bruselas. A lo largo de nuestra historia, siempre ha habido diferencias culturales”.

Mientras los líderes de la llamada nueva derecha hablaban, a las puertas del Parlamento en Viena, un grupo de manifestantes, convocados por Facebook protestaban. “Nazi, fascista, alerta, alerta”, coreaban.

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