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EE UU planea sobre el intento de diálogo entre Rusia y UE

El poder y el papel en el mundo de la potencia norteamericana fueron puntos de referencia compartidos entre Vladímir Putin y Matteo Renzi

Pilar Bonet

Pese a estar ausente como país del Foro de San Petersburgo, Estados Unidos, su poder y su papel en el mundo fueron puntos de referencia compartidos en el debate entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el jefe del gobierno italiano, Matteo Renzi. Putin reprochó a EEUU instigar a los europeos a mantener en vigor las sanciones contra Rusia. Renzi rechazó que Washington influya en las posiciones europeas, pero intentó mantener abiertas las vías de diálogo.

El presidente ruso, Putin, y el primer ministro italiano, Renzi
El presidente ruso, Putin, y el primer ministro italiano, RenziAP

Putin opinó que, con independencia de quien sea el ganador en las elecciones norteamericanas, "el sentido de responsabilidad del jefe del Estado norteamericano va a obligar al nuevo presidente a colaborar con Rusia y crear un mundo más seguro". Preguntado sobre Donald Trump, Putin dijo que se había limitado a calificar al candidato republicano como "llamativo" y que no veía nada malo en las palabras de Trump sobre la necesidad de "restablecer el formato de las relaciones ruso-norteamericanas". Sobre Hillary Clinton se negó a pronunciarse alegando que quien la conoce bien es el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov.

"Queremos y estamos dispuestos a trabajar con EEUU, y vayan como vayan (las elecciones), al final se celebrarán y el jefe de Estado tiene muchas competencias y en el mundo se necesita un país tan poderoso como EEUU, y nosotros lo necesitamos", dijo Putin, quien subrayó no obstante que Rusia está en contra de que EEUU ejerza presiones en la relación de Europa con Rusia. Según Putin, EEUU dice a sus socios europeos "que aguanten", pero ¿para qué aguantar?", afirmó, pasándole el tema a Renzi, tras haber cuestionado el carácter democrático del procedimiento electoral norteamericano.

Renzi terció a favor de EEUU y elogió el "gran modelo de democracia del que tenemos mucho que aprender". Abordando el tema de las sanciones europeas a Rusia, el italiano dijo que Washington no había decidido por otros, sino que hubo "un problema de respeto a la soberanía por parte de Rusia". A diferencia de Juncker, Renzi evitó la terminología que crispa a los dirigentes rusos a la hora de hablar de la política del Kremlin en Ucrania. "Putin pregunta hasta cuando vamos a a aguantar. La respuesta es muy simple: los acuerdos de Minsk", afirmó Renzi. "Creo que es necesario cumplir los acuerdos de Minsk completamente", dijo el político italiano y afirmó que había propuesto el modelo del Alto Adigio o Tirol del Sur (la región italiana de habla alemana) como posibilidad para el Este de Ucrania.

Putin y Renzi estuvieron de acuerdo en que la Guerra Fría no es parte del futuro. "La Guerra Fría no debe entrar en el léxico del tercer milenio" puesto que resulta "inútil" y lo que se necesita es que Rusia y la UE sean de nuevo "estupendos vecinos". Según Putin, "nadie quiere una guerra fría" y "no hay ninguna necesidad" de ella. "La principal lógica del desarrollo de las relaciones internacionales, por muy dramáticas que parezcan, no es una lógica de confrontación global", puntualizó el presidente ruso, que reiteró sus tesis sobre el aprovechamiento de la debilidad de su país por parte de Occidente al desintegrarse la URSS.

Putin manifestó que los insurgentes del Este de Ucrania son "gente que intenta asegurar sus derechos y que temen la represión" y acusó a Ucrania no había cumplido su parte de los acuerdos de Minsk. La circunstancia de que se sigue disparando en el Este de Ucrania no es motivo, según Putin, para no hacer transformaciones políticas. "Al contrario, deben hacerse más deprisa y algunas cosas deben hacerse en paralelo, tales como reforzar la misión de la OSCE, para que pueda tener armas de fuego. Lo que no se puede, dijo el ruso, aludiendo a la posición de Kiev, es "retrasar de forma indefinida la solución de problemas políticos alegando que hay enfrentamientos". También opinó que no se pueden realizar elecciones (en los territorios no controlados por Ucrania) mientras Kiev mantiene la "operación antiterrorista".

Refiriéndose a Siria, Putin manifestó que EEUU tiene que hablar con la oposición para que ésta adopte actitudes más constructivas que hay que pensar en "cómo incorporar a los representantes de la oposición al gobierno y qué competencias tendrá el gobierno". "Pero no hay a que exagerar", dijo, decantándose por una "actuación cuidadosa, paso a paso y creando confianza" y no por "declaraciones de fines inalcanzables". "Si se sigue como hoy la desintegración (de Siria) es inevitable y eso es lo peor que puede pasar", advirtió, señalando que tal eventualidad no supone que "las partes resultantes vayan a vivir en paz entre ellas". "Será una desestabilización para la región y para todo el mundo", sentenció. Renzi calificó la política rusa en Siria de "sabia".

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Putin se mostró abierto a la colaboración con Europa en diferentes campos, incluidas las altas tecnologías, y reiteró las ideas de una integración de estructuras integradoras a partir de la unión económica euroasiática, una entidad cuya idea original pertenece a Nursultán Nazarbáyev, el presidente de Kazajistán, que estaba presente también en el debate.

"Pese a todos los problemas en nuestras relaciones, la UE es nuestro socio clave, nuestro vecino más próximo y no nos es indiferente lo que pasa", afirmó Putin, quien aludió de nuevo a EEUU, esta vez para afirmar que las relaciones transatlánticas de Europa son una "apuesta por una sola asociación" y "restringe sus posibilidades" (las de Europa). Los políticos europeos, dijo, deben ir al encuentro de los empresarios y mostrar "sabiduría, amplitud de miras y flexibilidad". Rusia está dispuesta a salir al encuentro de los socios europeos pero "no puede ser un juego de una sola parte". 

Sanciones: en contra y a favor

Representantes de grandes empresas italianas, desde Pirelli a Finmeccanica, indicaron en el foro su firme volutad de seguir colaborando con Rusia. El entusiasmo del empresariado italiano, sin embargo no era compartido por el empresariado ruso, sobre todo en el sector agrícola. En una sesión dedicada a la agricultura, el ministro del sector, Alexandr Tkachov, cuya familia tiene poderosos intereses en el sector agrario, se mostró positivo ante las contrasanciones rusas que han compensado, según explicó, el efecto negativo del ingreso de Rusia en la Unión Mundial de Comercio y han permitido “restablecer un equilibrio”. Uno de los participantes en el debate recibió una gran ovación cuando pidió que las sanciones se prolongaran varios años más para dar a la agricultura la ocasión de fortalecerse.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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