_
_
_
_
_

Nueve de los 20 rehenes asesinados en Bangladesh son italianos y siete japoneses

El asalto a un restaurante del barrio diplomático de Dacca fue asumido por el ISIS

Un agente herido tras un atentado en un restaurante español en Dacca, BangladeshFoto: atlas | Vídeo: EFE

El asalto de un comando terrorista que tomó como rehenes a los comensales de un restaurante en Dacca, la capital de Bangladesh, terminó con 22 personas muertas. La mayoría eran extranjeros: entre ellos nueve italianos, siete japoneses, un estadounidense y un indio, según informaron las autoridades de sus respectivos países. También murieron dos agentes de la policía local.

Más información
La policía turca detiene a otras 28 personas en relación al atentado
La normalización del terror anestesia la vida cotidiana en Turquía
Turquía cree que los terroristas de Estambul eran originarios de ex repúblicas soviéticas
Turquía, entre el aislamiento y las bombas
Un atentado suicida causa 41 muertos en el aeropuerto de Estambul
La policía española sigue la tesis turca del ISIS como autor del atentado

El grupo de hombres armados entró el viernes por la noche en el restaurante Holey, ubicado en la zona diplomática de la ciudad. Mantuvieron como rehenes a clientes y empleados. Tras toda la noche de enfrentamientos, poco después de las siete de la mañana, el Ejército asaltó el local, liberó a 13 rehenes y mató a seis de los atacantes y arrestó a uno.

El Estado Islámico había asumido el ataque el mismo viernes en una nota a Amaq, una agencia de comunicación afín al grupo yihadista.

Bangladesh, de mayoría musulmana, ha sido escenario en el último año y medio de una serie de atentados mortales sobre todo contra blogueros o activistas ateos que defendían el laicismo o ideas progresistas. Aquellos ataques fueron perpetrados casi siempre con machetes o cuchillos. El asalto de anoche a un restaurante en Gulshan, el barrio que alberga la mayoría de las embajadas y más frecuentado por los extranjeros (muchos de ellos empleados del potente sector textil, sacudido en 2013 por un derrumbe en el que murieron más de mil trabajadoras ) supone un salto cualitativo en los ataques yihadistas en el país asiático.

Los asaltantes ordenaron a los bangladesíes que se levantaran antes de empezar a asesinar a los extranjeros presentes, según una fuente citada por Reuters que fue informada sobre la investigación. El diario local Daily Star informa de que los atacantes torturaron a los que no supieron recitar versículos del Corán. Entre las víctimas está la esposa de un empresario italiano, que fue asesinada a machetazos, según informa Reuters, que añade que su marido logró huir y pasó la noche escondido fuera del restaurante.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
El chef argentino Rossini, el pasado diciembre.
El chef argentino Rossini, el pasado diciembre.IGOR G. BARBERO (EFE)

El Gobierno de Bangladesh ha solido negar que el ISIS opere en el país. La especialista en terrorismo del Instituto para los Estudios para la Paz y el Conflicto de India, Rajeshwari Krishnamurthy, explica: “Aunque no está claro que sea una filial del Estado Islámico, sí puede ser un grupo afín, con ideología y contacto con ese grupo, pero operado por gente local. Grupos como Jamaat-ul-Muyahidin son una gran amenaza confirmada para Bangladesh y también para India”. La experta añade que la asunción del ataque les hace parecer más poderosos y con mayor influencia en diferentes partes del mundo.

Este ha sido un ataque especialmente sangriento, incluso en un país que ha sufrido un aumento de ataques fundamentalistas en los últimos años. “Ha sido un acto extremadamente atroz. ¿Qué tipo de musulmanes son? No tienen ninguna religión”, declaró la primera ministra, Sheij Hasina, tras el atentado.

Hace un par de semanas el Gobierno lanzó un gran operativo contra los fundamentalistas islámicos en el que arrestó a miles de personas. Sin embargo fue criticado por actuar tarde y de detener sobre todo a delincuentes comunes y a sus opositores políticos.

"Tenía un protocolo de seguridad desde el año pasado, así que subí [a la terraza]. Subimos unas diez personas, pusimos muebles en la puerta. Pensamos que los terroristas matarían a los clientes y se irían, pero al rato notamos cómo empujaban la puerta, como si fuera una película de terror", relató.

Según Rossini, que hoy cumple 42 años, los agresores eran jóvenes, "entre 20 y 30 años", iban equipados con pistolas, rifles automáticos y uno de ellos llevaba una bolsa con granadas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_