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Obama sobre la violencia policial: “No es un problema negro... Es un problema americano”

La muerte de dos afroamericanos a manos de la policía planea sobre la gira europea del presidente

Marc Bassets
Obama, durante su declaración tras llegar a Varsovia
Obama, durante su declaración tras llegar a VarsoviaSusan Walsh (AP)

El racismo persistente en Estados Unidos, una de las asignaturas pendientes del presidente Barack Obama al término de su presidencia, le persigue hasta Europa. Poco antes de la una de la madrugada del viernes, hora local, recién aterrizado en Polonia, primera etapa de un viaje que este fin de semana le llevará a España, Obama abordó los últimos episodios de violencia policial contra negros Baton Rouge (Luisiana) y Minneapolis (Minnesota).

“Hemos visto tragedias como esta demasiadas veces”, dijo el presidente en un hotel en la capital polaca, Varsovia, donde participará en una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN. “No es solo un problema negro. No es solo un problema hispano. Es un problema americano, y a todos debería preocuparnos”.

Obama esgrimió en una declaración de 17 minutos la evidencia de que los afroamericanos y otras minorías sufren un trato peor que los blancos por parte de las fuerzas del orden y dijo que esto es un problema que debería preocupar a todos los norteamericanos, sea cual sea su etnia o raza. También defendió que este llamamiento no es contradictorio con el reconocimiento de trabajo difícil de los agentes de la policía. Y admitió que el legado de la discriminación racial en EE UU —persistente desde la fundación del país por terratenientes esclavistas— probablemente no se resolverá durante su vida ni la de sus hijas adolescentes.

“A todos los americanos deberían preocuparnos estos tiroteos, porque no son incidentes aislados. Son sintomáticos de una serie de disparidades raciales más amplias que existen en nuestro sistema de justicia criminal”, dijo Obama.

Los afroamericanos representan en torno al 13% de la población de EE UU y casi el 40% de la población carcelaria. Una estadística citada con frecuencia revela que hoy hay más negros en prisión o bajo el control del sistema penitenciario (en libertad condicional, por ejemplo) que el número de esclavos negros al empezar en 1861 la Guerra Civil de EE UU, un conflicto que terminó con la abolición de la esclavitud.

El demócrata Obama respondió a quienes, dijo, hablan de ‘corrección política’ para referirse a las protestas contra la violencia policial, y a quienes descalifican el nombre del movimiento Black lives matter (Las vidas negras importan) con el argumento de que "todas las vidas importan". El candidato republicano a las elecciones presidenciales de noviembre, Donald Trump, ha hecho del rechazo a la corrección política uno de sus argumentos de campaña. También dice que "todas las vidas importan".

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"Todas las vidas importan", replicó Obama, "pero los datos muestran que los negros son más vulnerables ante este tipo de incidentes".

“Les pediría a estas personas”, dijo el presidente a los que equiparan las protestan con la 'corrección política', “que se paren un momento y piensen. ¿Y si esto ocurriese a alguien de su familia? ¿Cómo se sentiría?”

La violencia racista ha sido un problema incómodo para Obama, el primer presidente negro, desde que en 2009 llegó a la Casa Blanca. Ha tenido que evitar aparecer como el presidente de una parte del país y ha defendido el respeto a las fuerzas del orden, pero al mismo tiempo no ha podido callar ante la realidad de los abusos policiales contra las minorías y los reiterados incidentes que jalonan su mandato.

Que su primera declaración al inicio de la que puede ser su última gira por Europa, trate de la violencia policial en su propio país, responde a las urgencias a la actualidad, al malestar creciente, en las últimas horas, por las muertes de esta semana. Y refleja la gravedad del problema. La proyección de EE UU en el mundo también depende de su capacidad de ser un país ejemplar. Episodios como los de Baton Rouge o Minneapolis socavan esta imagen. La política interior es política internacional.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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