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Maduro y la oposición venezolana aceptan al Vaticano como mediador

La ampliación del equipo de facilitadores era una de las demandas de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para sentarse a conversar con el Gobierno

Nicolás Maduro durante una reunión con los mediadores en Miraflores.
Nicolás Maduro durante una reunión con los mediadores en Miraflores.EFE

A pesar de los pésimos augurios que las antecedieron, las gestiones diplomáticas para lograr un diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana se van abriendo paso. Este jueves el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el expresidente colombiano Ernesto Samper, pudo anunciar que todas las partes aceptaron la incorporación de un representante del Vaticano a la comisión de facilitadores del diálogo, compuesta hasta ahora por los expresidentes Martín Torrijos, de Panamá, Leonel Fernández, de República Dominicana, y José Luis Rodríguez Zapatero, de España.

La ampliación del equipo de facilitación fue una de las demandas planteadas por los dirigentes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) para sentarse a conversar con el Gobierno, pues consideran que la terna de expresidentes tiene un sesgo favorable al régimen de Caracas.

La liberación de los presos políticos arrestados desde el inicio de la mediación de los expresidentes, el cambio de lugar para las conversaciones –hasta ahora establecido en el balneario dominicano de Punta Cana- y, sobre todo, la garantía de que el diálogo no dilatará la realización de un referendo revocatorio contra Maduro, son otras de las exigencias que los opositores han formulado para sumarse a las negociaciones.

Por su parte, Maduro ha dejado saber su rechazo a cualquier condicionamiento previo a las rondas de debate, y vaticina que el referendo, de realizarse, no tendrá lugar antes de 2017, pues, de acuerdo al mandatario, la oposición inició muy tarde las diligencias para convocarlo.

La aceptación de que la Santa Sede participe en la mesa de negociaciones se percibe como un gesto de flexibilidad del régimen de Caracas. El chavismo ve con suspicacia a la Iglesia, a la que supone cercana a las posiciones de la MUD, y hasta ahora se resistía a que la jerarquía eclesiástica local o representantes de Roma tuvieran un papel en la solución política para Venezuela.

Samper también adelantó que ya empieza a cobrar forma una agenda de discusión, que incluiría, además de la emergencia económica, lo que “tiene que ver con que no haya violencia en la actividad política venezolana, y con que haya una comisión de verdad, paz y justicia”.

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El exmandatario colombiano ofreció las declaraciones en el Palacio de Miraflores, en el centro de Caracas, a la salida de un encuentro con el presidente Maduro en el que también participaron los expresidentes mediadores.

Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández completaron una visita exprés de menos de 48 horas a Caracas, donde cumplieron una apretada agenda que incluyó, además de la reunión con Maduro, una sesión de trabajo con los hermanos Delcy y Jorge Rodríguez –Canciller de la República y Alcalde del Municipio Libertador de Caracas, respectivamente, y ambos miembros de la comisión delegada por el Gobierno venezolano para el diálogo-; y con representantes de la oposición.

Al mediodía de este jueves, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, y líder de Acción Democrática –uno de los partidos coaligados en la MUD-, acusó públicamente el recibo de una carta firmada por Samper en la que este lo invita a aceptar la invitación formulada hace semanas por Maduro para conversar. Entonces, Ramos declinó la oferta. Pero en esta ocasión aseguró que durante el fin de semana sopesará la respuesta en conjunto con sus pares de la MUD.

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