_
_
_
_
_

Dos adolescentes mueren en un tiroteo en una discoteca de Florida

Los fallecidos tenían 14 y 18 años. La policía descarta un motivo terrorista

Imagen del dispositivo policial tras el tiroteo en Florida.Foto: reuters_live

La violencia armada vuelve a alterar una noche de diversión en Florida. Dos adolescentes murieron la madrugada del lunes en un tiroteo en una discoteca juvenil en Fort Myers. Hay 18 heridos. La policía desconoce los motivos del suceso, pero descarta que sean terroristas. El ataque tiene lugar al mes y medio del perpetrado por un simpatizante yihadista que mató a 49 personas en una discoteca gay de Orlando, el peor tiroteo de la historia de Estados Unidos.

Los fallecidos son Sean Archilles, de 14 años, y Ste'fan Strawder, de 18. Ambos eran muy aficionados al baloncesto. El tiroteo tuvo lugar a las 00.30 hora local en el aparcamiento del Club Blue de Fort Myers, en el suroeste de Florida, cuando los padres de los adolescentes que acudían a la fiesta iban a recogerlos. Los heridos, de entre 12 y 27 años, fueron trasladados a un hospital, donde falleció uno de ellos. Hay dos heridos en estado grave.

Más información
Tres jóvenes se graban mientras son tiroteados en EE UU
Al menos tres muertos en un tiroteo en un tribunal en Michigan

La policía desconoce si una o más personas fueron las autoras de los disparos. Tres sospechosos han sido interrogados. La discoteca descarta que quién o quiénes dispararon hubieran asistido antes a la fiesta, cuya temática era sobre trajes de baño. Las autoridades investigan si el ataque guarda relación con otro ocurrido en la ciudad contra una vivienda y varios vehículos.

Como sucede tras cada tiroteo en Estados Unidos, se repite un ritual parecido: las autoridades condenan el asalto y honran a las víctimas; policías, periodistas y opinión pública tratan de indagar en los motivos del atacante y en cómo obtuvo las armas; los responsables del lugar atacado prometen mejorar la seguridad; y afloran voces que piden endurecer la venta de armas, pero les cuesta mucho lograr ese objetivo y las posibilidades de abrir un debate profundo sobre la violencia armada se desvanecen según pasan los días.

A la espera de conocer los detalles del tiroteo en Fort Myers, lo que sí se sabe es que hubo unos 30 disparos. La discoteca asegura que tenía personal de seguridad tanto dentro como fuera del local. Pero el número de disparos y que esa protección fuera insuficiente para evitar el ataque revela el alcance y la dificultad de combatir la epidemia de violencia armada en EE UU, el país del mundo con la mayor proporción de armas por ciudadano.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Se estima que en la primera potencia mundial hay casi el mismo número de habitantes (321 millones) que armas de uso privado, un derecho amparado por la Constitución y un mantra para muchos estadounidenses. Cada día, 297 personas reciben disparos de armas de fuego (89 mueren), según un promedio de la Campaña Brady.

“Lo sentimos profundamente por todos los afectados. Intentamos dar a los adolescentes lo que nosotros creíamos que era un lugar seguro para que pasaran un buen rato”, dijeron los responsables de la discoteca de Fort Myers, una localidad costera de 62.000 habitantes.

Como sucedió con la discoteca Pulse de Orlando en junio, el tiroteo en el Club Blue alterará para siempre la historia del local -pensando como toda discoteca como un lugar en el que sentirse protegido y desinhibirse- y reforzará el temor a la violencia armada entre la opinión pública.

No es una situación nueva en Fort Myers. En octubre de 2015, ya tuvo lugar un tiroteo en una discoteca, en el que murió una persona y seis resultaron heridas durante una fiesta de disfraces de Halloween.

“Esquivando balas y corriendo”

"Esquivando balas y corriendo, agachándose entre coches. Es ridículo que estos chicos tengan que pasar por esto. No pueden disfrutar", dijo a medios locales Syreeta Gary, cuya hija y su amigo (que resultó herido de bala en la pierna) vivieron in situ el tiroteo en el aparcamiento de la discoteca de Fort Myers.

Un testimonio lo describió como "una casa de locos", en la que la gente corría desesperadamente tratando de protegerse mientras se oían lloros y llamadas de pánico. Otro explicó que los asistentes gritaban sus nombres para comunicar que estaban vivos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_