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El capo mexicano Don Neto ya cumple condena en casa

El narcotraficante fue uno de los jefes de la primera gran organización criminal en el país, el cartel de Guadalajara

Pablo Ferri
Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto.
Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto.

Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, uno de los jefes del cartel de Guadalajara, la primera organización criminal que traficó drogas a gran escala de México a Estados Unidos, cumplirá el resto de su condena en casa. El Gobierno mexicano trasladó la madrugada de este jueves al capo a su residencia, en Atizapán, cerca de la Ciudad de México. Don Neto cumplirá allí los 10 años que le restan de condena. Detenido en 1985, Fonseca Carrillo paga una pena de 40 años por los asesinatos de un agente y un colaborador de la DEA en Guadalajara en ese año.

Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación mexicano, ha explicado que los esfuerzos de la Comisión Nacional de Seguridad para evitar su excarcelación resultaron ineficaces. Ahora el Gobierno federal asumirá la decisión del juez que veía el caso y vigilará al reo fuera de prisión.

Don Neto era el principal aliado de Rafael Caro Quintero, alias el Narco de Narcos. Jefes del cartel de Guadalajara, ambos aprendices de Miguel Ángel Félix Gallardo, alias El Padrino, principal impulsor del narcotráfico moderno en México, los dos amigos armaron un verdadero imperio entre Sinaloa y Jalisco.

Don Neto y Caro Quintero nacieron en el mismo pueblo de Sinaloa, Badiraguato, cuna también de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Los viejos capos mejoraron los cultivos de amapola y marihuana en los campos del triángulo dorado, en la sierra de Sinaloa, Durango y Chihuahua. Fueron ellos, también, quienes empezaron a traficar cocaína de manera masiva a Estados Unidos.

Pero todo se truncó a principios de 1985. Pistoleros del cartel secuestraron a Enrique Camarena en Guadalajara. Camarena integraba el grupo de agentes que la agencia antidroga de Estados Unidos, la DEA, mantenía en la capital jalisciense. Lo torturaron y luego lo mataron. Hicieron lo mismo con Alfredo Zavala, un informante de la agencia. El cartel se vengaba así de una pérdida millonaria, miles de metros cuadrados de cultivos ilícitos que el Ejército había interceptado gracias a información de la DEA.

Detenidos ese mismo año, Caro Quintero y Don Neto pasaron en prisión más de dos décadas hasta que fueron sentenciados.

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El primero ya salió, la justicia le otorgó un amparo y recuperó la libertad en agosto de 2013. En medio del escándalo por la excarcelación del capo, el Gobierno federal culpó al Poder Judicial pues, al parecer, no le había notificado de que Caro Quintero saldría de la cárcel si sus recursos prosperaban. Investigaciones periodísticas revelaron sin embargo meses más tarde que el Gobierno había recibido nueve notificaciones al respecto. En enero del año pasado, la justicia mexicana condenaba de nuevo al capo, que se convertía en un prófugo. En una entrevista con el semanario Proceso publicada hace unos días, Caro Quintero desmentía las informaciones sobre su vuelta al mundo criminal que se publican en México desde hace meses; y decía, además, que no había tenido nada que ver con la muerte de Camarena.  

Mientras tanto, Don Neto prepara sus bártulos para salir del penal e irse a casa. De los viejos capos, solo El Padrino, Miguel Ángel Félix Gallardo, sigue en prisión.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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