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Egipto recurre al FMI y solicita un préstamo de 11.000 millones de euros

El crédito permitirá al país árabe afrontar una grave crisis provocada por la caída de sus reservas de divisas

El Gobierno de Egipto llegó ayer a un principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo por un valor de 12.000 millones de dólares (unos 11.000 millones de euros) durante los próximos tres años. El país árabe atraviesa una situación económica muy delicada, pues se ha visto golpeado por varias crisis al mismo tiempo. La principal y más urgente es la caída de las reservas de divisas que posee el Banco Central, que amenazaba con provocar una devaluación desordenada de la libra egipcia. Así pues, la asistencia del FMI representa un balón de oxígeno para el mariscal Abdelfatá al Sisi, que ha visto como los últimos meses se erosionaba su popularidad.

Dos mujeres egipcias caminan delante de un mural de la Revolución Egipcia, que reclamaba justicia social.
Dos mujeres egipcias caminan delante de un mural de la Revolución Egipcia, que reclamaba justicia social. Amr Nabil (AP)

De momento, no se han hecho públicas las condiciones ligadas al préstamo, pero en Egipto se teme que conlleven recortes draconianos del gasto público, sobre todo de los subsidios públicos a los combustibles y a los productos de primera necesidad, que representan cerca de un 30% del presupuesto público. “El Gobierno reconoce la necesidad de una implementación rápida de las reformas económicas para restaurar la estabilidad macroeconómica”, se limitó a declarar a través de un comunicado. Chris Jarvis, máximo responsable de la delegación del Fondo se desplazo a El Cairo para cerrar el acuerdo. El propio presidente Al Sisi ya había advertido recientemente a la población que se acercaban tiempos difíciles y que tocaba apretarse el cinturón.

La economía egipcia sufrió un duro golpe tras la Revolución de 2011 del que todavía no se ha repuesto. En los últimos cinco años, marcados por la inestabilidad política y la violencia, el déficit público anual ha superado el 10% del PIB, y la entrada de divisas se ha desplomado a causa de la caída del sector turístico y de las inversiones extranjeras. De ahí que el Gobierno solo disponga de 15.500 millones de dólares en divisas, menos de la mitad que en 2010. Hasta ahora, el régimen de Al Sisi había sido capaz de capear el temporal gracias a la ayuda multimillonaria de las petromonarquías del Golfo Pérsico, sus grandes aliados en el escenario internacional.

Sin embargo, con el precio del petróleo bajo mínimos desde hace meses, la generosidad de estos países ha alcanzado su límite, por lo que El Cairo se ha visto obligado a recurrir al Fondo. Varios de los gobiernos del periodo posrrevolucionario iniciaron conversaciones con la institución basada en Washington, pero nunca llegaron a cerrar ningún acuerdo a causa de su elevado coste político. Y es que la imagen del FMI entre la sociedad egipcia es bastante negativa, pues está íntimamente asociada a las políticas neoliberales aplicadas durante los últimos años del régimen del ex dictador Hosni Mubarak, y que tuvieron como consecuencia una multiplicación de las desigualdades sociales.

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